Lun 25.02.2013

EL MUNDO  › EL MANDATARIO VENEZOLANO VOLVIó A SU PAíS, PERO LOS CUBANOS SIGUEN PENDIENTES DE éL

Chávez está presente en La Habana

El líder bolivariano estuvo más de dos meses en la capital cubana, sometiéndose al tratamiento del cáncer que padece. Aunque haya partido, en la isla se sigue en detalle la evolución de la salud del aliado de los Castro.

› Por Gustavo Veiga

Desde La Habana

Hugo Chávez abandonó esta capital pero su espíritu parece que siguiera rondando entre Miramar y La Habana Vieja, entre el Malecón y Marianao. Los cubanos siguen pendientes de su salud. Se nota en la calle y en la televisión, en ciertos actos de la concurrida Feria del Libro y en que el petróleo no parece ser un grave problema. El transporte es bastante más adecuado y frecuente que en pleno período especial. Hay autos y camionetas modernas que usan naftas refinadas, como también almendrones (los Buicks o Chevrolet de fines de los años ’50) abastecidos por un combustible de inferior calidad. Se observan ómnibus de línea bien cuidados que hace tiempo reemplazaron a los curiosos camellos (eran un híbrido entre camión y ómnibus).

Los periodistas venezolanos que asistieron a un Congreso de Redes Sociales en el Palacio de las Convenciones comprobaron in situ por qué interesan tanto su presidente y también su país: el líder bolivariano es un aliado estratégico de la Revolución, pero además, un amigo cercano de Fidel y Raúl Castro. El yerno de Chávez, el ministro de Ciencia y Tecnología, Jorge Arreaza, se había dado el gusto de mostrar los primeros indicios de su recuperación cuando difundió aquellas tres fotografías que recorrieron el mundo: en una, su suegro sonreía recostado, flanqueado por dos de sus hijas (está casado con Rosa Virginia); y en las restantes leía el diario Granma, donde se veía un artículo sobre José Martí. “La prensa...” como la vocean los canillitas en las esquinas o en pequeños puestitos.

Los blogueros chavistas tienen puntos de contacto con los que defienden la Revolución Cubana, que los hay e hicieron un encuentro en Matanzas en 2012, aunque estén invisibilizados –son al menos 500– o eclipsados por Yoani Sánchez, que parece la única voz encomiable para los adversarios del gobierno cubano. Uno de ellos, Iroel Sánchez, acaba de presentar su libro Sospechas y disidencias, con gran éxito de concurrencia en la Feria del Libro.

En la construcción de sentido, del hecho noticioso, se disputa cuadra por cuadra del espacio virtual. En torno de las fotos de Chávez (incluida la apócrifa que publicó el diario El País) se libró el último combate entre los medios estatales que defienden al venezolano y sus detractores de Globovisión. Había que ver cómo los partidarios del presidente aguardaban noticias sobre su enfermedad. Arreaza denunciaba la “necrofilia periodística” y sostenía que su líder “está tomando decisiones en lo familiar, en lo gubernamental”. Cuando se deshizo en elogios para el equipo médico del presidente, no desaprovechó la posibilidad de agradecerle a Fidel Castro, a su hermano Raúl y al pueblo cubano tanta hospitalidad expresada en graffitis y carteles su apoyo al venezolano.

Eso se percibe en las calles de esta capital. Sobre el Paseo Prado, frente al Hotel Inglaterra de La Habana Vieja, un ex combatiente de Playa Girón, de 85 años, el cuerpo encorvado y la tos seca del fumador, está sentado en la plaza con varios mensajes hechos a mano sobre cartulina blanca: “Dios dice que Fidel y Chávez son grandes humanistas” escribió en uno. Y agrega que daría la vida por los comandantes.

Arreaza, cuentan sus compatriotas aquí, solía viajar casi todas las semanas para acompañar a su esposa mientras duró la larga convalecencia del jefe bolivariano. Esa no fue la única señal de presencia venezolana en la isla mayor de las Antillas durante este verano. En el Congreso sobre Redes Sociales que organizó el área de prensa de la Cancillería cubana hubo una más: la “Presentación especial sobre las campañas mediáticas contra Venezuela”.

En Venezuela se libra una contienda en los medios cuyos ramalazos continúan llegando hasta Cuba. Telesur la ilustra en detalle. No es para menos. Chávez permaneció en la isla desde su operación el 11 de diciembre hasta el lunes 18 de este mes. Nicolás Maduro, el vicepresidente que lo reemplaza en el cargo, fustiga a la oposición porque sólo “tiene desprecio y odio”. El ex candidato a presidente Henrique Capriles Radonski se quejó de los “dirigentes del gobierno que no fueron electos y que todos los días aparecen por la televisión con un cuento distinto” sobre la salud del líder.

Un día lluvioso y fresco reapareció Chávez en La Habana, donde siempre se sintió contenido. Ahora descansa en Caracas, lejos de los bicitaxis y las bocinas que suenan con estrépito en la Ciudad Vieja. Su cara sonriente puso en situación incómoda a sus adversarios, aun cuando se lo veía todavía recostado sobre una cama. En Cuba, está claro, siguen en detalle la evolución de su salud. Aunque haya partido, es como si siguiera aquí. En la Feria del Libro que terminó ayer en la Fortaleza San Carlos de la Cabaña hubo actos sobre Venezuela y Chávez, aunque este año el país invitado es otro viejo aliado, Angola. El sábado se realizó un Conversatorio (así llaman a las charlas aquí) denominado “Logros culturales de la Revolución Bolivariana”.

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