EL MUNDO › ECHó A UN CARDENAL ACUSADO DE ABUSO SEXUAL Y DIO LUZ VERDE A ADELANTAR EL CóNCLAVE
Benedicto XVI aceptó la renuncia presentada por el jefe de la Iglesia Católica en Escocia, acusado por cuatro curas. También firmó una orden dándole libertad al Colegio de Cardenales para que pueda anticipar el cónclave sucesorio.
El Vaticano anunció ayer que el papa Benedicto XVI aceptó la renuncia presentada por el jefe de la Iglesia Católica en Escocia, el cardenal Keith O’Brien, quien dimitió como arzobispo y no participará en la elección del próximo pontífice. Asimismo, Benedicto XVI emitió un motu proprio a través del cual dio libertad al Colegio de Cardenales para que pueda anticipar el cónclave, documento papal que hizo público la Santa Sede durante la jornada.
El Vaticano informó que el Papa aceptó la renuncia presentada por el jefe de la Iglesia Católica en Escocia. Este cardenal, conocido por sus posiciones contra los homosexuales, renunció a su cargo como arzobispo de St. Andrews y Edimburgo tras denuncias de “actos impropios” sexuales contra varios sacerdotes, pero rechazó las acusaciones en su contra y confirmó que emprenderá acciones legales. Este fin de semana, el dominical inglés The Observer reveló que tres sacerdotes y un ex prelado, todos ellos de la diócesis de St. Andrews y Edimburgo, denunciaron al cardenal por “actos impropios” sexuales cometidos en los años ’80. Los sacerdotes elevaron la queja formal al representante del Papa en el Reino Unido, el nuncio Antonio Mennini, en la semana anterior al 11 de febrero, cuando Benedicto XVI anunció su renuncia. Sin embargo, el portavoz vaticano, Federico Lombardi, detalló que el Papa aceptó la renuncia de O’Brien el 18 de febrero, en conformidad con el Artículo 401/1 del Código de Derecho Canónico, es decir por “motivos de edad”.
Por su parte, O’Brien no celebró el domingo la misa en la Catedral de St. Mary’s en Edimburgo, en la cual se iba a conmemorar el octavo aniversario de papado de Benedicto XVI. Tras la aceptación de su dimisión, el renunciante dijo ayer que no quería que la prensa se centrara en él en Roma, sino más bien en el pontífice y en su sucesor. “En cuanto a mis años de ministerio, doy gracias a Dios por todo lo bueno que he podido hacer. Por mis fracasos pido perdón a todos a los que ofendí”, explicó el único eclesiástico de Gran Bretaña que podía votar en el cónclave.
En este contexto, se conoció también que los cardenales no deberán esperar dos semanas desde la renuncia del Papa para celebrar el cónclave que elija a un sucesor, sino que la reunión podrá celebrarse en cuanto estén todos reunidos en Roma. De esta forma, la Iglesia quiere garantizar que habrá un nuevo pontífice para las celebraciones de Pascua, a fines de marzo. “Dejo al Colegio Cardenalicio la facultad de anticipar el inicio del cónclave si consta que están presentes todos los cardenales electores, como también la posibilidad de atrasarlo si hay motivos graves”, afirmó Benedicto a través del documento. Y precisó que, transcurridos veinte días desde el inicio de la Sede Vacante, “todos los cardenales presentes tienen que proceder a la elección”. Dado que usualmente los papas se mantenían en su cargo hasta morir, las dos semanas que transcurrían desde el deceso (“Sede Vacante”) eran utilizadas para la celebración de funerales y para dar tiempo a que los cardenales viajaran a Roma desde distintas partes del mundo. En este caso, la Sede Vacante comenzará en el momento en que la renuncia de Benedicto XVI al papado sea firme, es decir un segundo después de las 20 de Roma (las 16 de Argentina) del jueves.
Aunque en Roma se especulaba con que la reunión podía comenzar el 10 u 11 de marzo, la Iglesia no anunció por ahora la fecha exacta en que comenzará el cónclave. “No estamos en condiciones de fijar la fecha del cónclave”, dijo el portavoz vaticano. En su opinión, el colegio cardenalicio tomará la decisión en los primeros días de marzo. Los prelados con derecho a voto –previsiblemente 116– se reúnen el 1º de marzo para preparar la elección del sucesor de Benedicto XVI. El Papa también redactó un juramento para mantener en secreto lo que ocurre dentro del cónclave, que los cardenales deberán prestar. En caso de no cumplirlo, serán excomulgados. Benedicto XVI anunció el 11 de febrero de manera inesperada que renunciaría a su pontificado. El Papa, de 85 años, es el primero desde hace casi 600 años que deja el puesto de manera voluntaria.
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