EL MUNDO › EL VETERANO DE VIETNAM Y DIALOGUISTA YA ES MINISTRO DE OBAMA
El Senado norteamericano aprobó al republicano disidente como nuevo secretario de Defensa, tras una batalla legislativa poco frecuente en la historia del país del Norte. La oposición lo cuestionó por sus posturas respecto de Irán e Israel.
El Senado de Estados Unidos confirmó definitivamente a Chuck Hagel, de 66 años, como nuevo secretario de Defensa, tras una batalla legislativa poco frecuente en la historia del país. La votación, de 58 contra 41, tuvo lugar luego de que la minoría republicana resolviera dejar de obstaculizar la designación. El condecorado veterano de la guerra de Vietnam puede asumir sus funciones a partir de hoy, en sustitución de Leon Panetta.
Para el presidente estadounidense, Barack Obama, la llegada de Hagel al gobierno es esencial en un momento en el que el país acelera su retirada de Afganistán y el Pentágono enfrenta profundos recortes de gastos. Su designación suscitó una batalla legislativa raramente vista en el Capitolio. En general, los candidatos a cargos ministeriales son aprobados por amplia mayoría.
Ex senador republicano con gran reputación, cercano al mandatario estadounidense cuando ambos estaban en el Senado, a Hagel se le reprochan sus declaraciones pasadas sobre la influencia del lobby judío en Washington o que se opusiera al entonces presidente republicano George W. Bush y a su partido en relación con la guerra en Irak. De hecho, la prensa local destacó el significativo voto en contra de influyentes republicanos como John McCain o Lindsey Graham, quien hasta después de la confirmación de Hagel lo siguió criticando. “Había otras opciones más capaces y lamento que el presidente Obama no eligiera ninguna de ellas”, sostuvo Graham en un comunicado.
Y es que el nombramiento de Hagel contó desde el principio con una fuerte oposición de los republicanos –más de algún demócrata– por declaraciones del veterano de Vietnam sobre Israel, Irán –poniendo en duda la efectividad de las sanciones contra Teherán– o su oposición respecto de la guerra de Irak, entre otros asuntos. Aunque durante su confirmación Hagel matizó fuertemente sus anteriores opiniones e incluso llegó a calificar a Teherán como una “importante amenaza”, dejando claro que, en el trato con ese país, estarán todas las opciones sobre la mesa, su nominación sufrió casi todos los obstáculos legislativos posibles hasta ayer. Incluso no logró convencer a algunos de sus ex colegas acerca de su capacidad para plantarse firmemente ante Irán para evitar que acceda al arma nuclear. “No deberíamos confirmar a un secretario que evidentemente no está calificado para el cargo, cuyas opiniones son peligrosamente erróneas en algunos de los asuntos más importantes de seguridad nacional”, dijo ayer el republicano John Cornyn.
Desde la Casa Blanca se congratularon por su confirmación. “Vamos a tener el secretario de Defensa que necesita nuestro país y el líder que se merecen nuestras tropas”, dijo Obama en una declaración, en la que aseguró además que contará con la “opinión y consejos” de Hagel para tomar futuras decisiones en materia de Defensa. Una tarea que promete ser ingente. Entre las decisiones más apremiantes que le esperan a Hagel está la negociación de los recortes al presupuesto de Defensa y la ejecución de la salida definitiva de Estados Unidos del atolladero Afganistán.
Tras la incorporación de Hagel, el gobierno “Obama II” está lejos de haber sido completado. Sólo fue confirmado en su cargo por el Senado el secretario de Estado John Kerry. Carteras como Interior, Trabajo y el Tesoro esperan por su nuevo responsable. Jack Lew, nominado para ocupar el departamento del Tesoro, recibió ayer el aval de la Comisión de Finanzas del Senado y su confirmación en sesión plenaria debería tener lugar esta semana. Ex brazo derecho del presidente en la Casa Blanca, Lew es un experto en materia de presupuesto. Fue él quien bajo la presidencia de otro demócrata, Bill Clinton, permitió al país volver a conocer excedentes presupuestarios, a fines de los años 1990.
En el verano boreal de 2011, Lew participó activamente en las negociaciones entre la Casa Blanca y el Congreso sobre el presupuesto, que condujeron a la implementación de recortes automáticos que deben comenzar a instrumentarse a partir de este viernes. Estas reducciones forzosas, calificadas de “estúpidas” por numerosos legisladores, afectarían a todos los ministerios y a centenares de miles de funcionarios del Estado, en caso de no producirse un acuerdo entre demócratas y republicanos en el Congreso. Otro de los hombres cuya confirmación Obama espera con ansiedad es John Brennan, nominado para hacerse cargo de la dirección de la CIA. La Agencia de Inteligencia estadounidense está descabezada desde la renuncia de David Petraeus, en noviembre pasado, tras revelarse que mantenía una relación extramarital.
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