EL MUNDO › LA CENTROIZQUIERDA BUSCA EL VOTO DE CONFIANZA DEL SENADO
Algunos importantes dirigentes del Partido Democrático no estarían demasiado convencidos de que un acuerdo con Grillo sea lo mejor. Mientras tanto, el cómico calificó a Bersani como “un muerto que habla que debería renunciar”.
› Por Elena Llorente
Desde Roma
Por primera vez en la historia, al menos en la historia moderna, Roma y el Vaticano se encontrarán con la “sede vacante”, es decir sin gobierno, al mismo tiempo. El papa Benedicto XVI renunciará al sillón de Pedro oficialmente el jueves por la noche y la Santa Sede se quedará sin Sumo Pontífice hasta que el cónclave elija uno nuevo. Italia, del otro lado del río Tíber, se debate desde el lunes pasado, cuando se conocieron los resultados de las elecciones, por tratar de armar un gobierno porque, en principio, ningún partido o alianza está en condiciones de gobernar por no tener la mayoría parlamentaria. Y por ahora sigue sin un gobierno, aunque el rol formal lo siga desempeñando el primer ministro dimisionario, Mario Monti.
Silvio Berlusconi, como líder del centroderecha, sigue lanzando llamados a la formación de un “governísimo” con el Partido Democrático, líder del centroizquierda, pero éste, y en particular su secretario, Pierluigi Bersani, lo rechaza de plano. Con un videomensaje en su página de Facebook y en el portal Internet del Pueblo de la Libertad, Berlusconi lanzó una advertencia a Bersani y a Beppe Grillo, líder del Movimiento Cinco Estrellas, el partido que aparece como el verdadero ganador de estas elecciones, aunque por los números lo es el centroizquierda: “Necesitamos dar un mensaje de estabilidad antes del 15 de marzo, día en el que asume el nuevo Parlamento. De lo contrario, arriesgamos pagar un precio muy alto”, dijo Berlusconi.
El alarmismo de Berlusconi, que intenta así apresurar una solución a su favor, se suma al desconcierto de los mercados que ya se manifestaron haciendo elevar los intereses de los bonos del Estado italiano y mandando la Bolsa de Milán a cierres en negativo.
Se sigue hablando insistentemente de una apertura hacia Grillo por parte de quien ha ganado, en teoría, las elecciones. En la rueda de prensa que hizo el martes como líder de la alianza de centroizquierda ganadora, Bersani habló en efecto de que presentará un programa en el Parlamento como para conseguir el apoyo de los “grillinos” y de otros, de lo contrario su gobierno no conseguirá el voto del confianza de las dos Cámaras, que necesita para poder comenzar a gobernar.
Pero parece ser el líder de Izquierda, Ecología y Libertad, Nichi Vendola, principal aliado del PD, quien mejor ha comprendido la gravedad y las dimensiones de los cambios necesarios en este momento. “Hemos precipitado otro tiempo de la política. No podemos relacionarnos con Grillo como se hacía antes. El escapa a la tentación de ser atrapado en un esquema de alianzas a toda costa. A Grillo hay que lanzarle una desafiante agenda de las cosas por hacer”, dijo Vendola. Y agregó: “Bersani tiene que decirle al país qué quiere hacer en los primeros cien días de gobierno para darle así un zamarrón y dejarlo sorprendido. Propongo un equipo de gobierno de alto nivel... Grillo así deberá asumir la responsabilidad, frente a un programa de cambios y a un gobierno de alto nivel, de llevar al país de nuevo a las urnas” de los altos dirigentes del PD; se ha expuesto negando la posibilidad de un acuerdo con Grillo, sobre todo en el Senado, donde ni siquiera una alianza con el centro liderado por Monti le permitiría tener la mayoría.
La conseguiría sólo aliándose con Grillo o con Berlusconi y ésta última posibilidad parece totalmente descartada. Pero las reuniones dentro del PD se suceden sin cesar y, al parecer, según la agencia italiana Adnkronos, algunos dirigentes como Massimo D’Alema y Walter Veltroni no estarían demasiado convencidos de que un acuerdo con Grillo sea lo mejor. Mientras tanto Grillo, que no tiene pelos en la lengua para decir lo que piensa y de la manera menos formal imaginable, calificó a Bersani como “un muerto que habla que debería renunciar”, por la situación crítica en la que se encuentra la alianza que dirige.
Pero Bersani no se echó atrás. “Lo que Grillo me tiene que decir, incluidos los insultos, que me los diga en el Parlamento. Ahí cada uno asumirá la propia responsabilidad”, dijo. Sólo que Grillo, que evade a los periodistas en todo momento y sólo lanza propuestas o acusaciones a través de los portales de su movimiento en Internet, no ocupará ninguno de los escaños parlamentarios ganados por su partido porque no era candidato. Igual, no pierde la oportunidad de responder. Su “no”, explicó, “no es un no a colaborar sino a formar parte del juego político y sus rituales”. Pero las puertas para la posibilidad de un acuerdo no parecen completamente cerradas. Y en Twitter el cómico aclara: “Analizaremos caso por caso, ley por ley, antes de votar. Si pone en su programa, por ejemplo, acabar con la financiación pública a los partidos políticos, lo votaremos con pasión. Me espero nuevas elecciones dentro de un año”.
Una investigación de un reconocido sociólogo y analista de opinión pública en Italia, Renato Mannheimer, publicada por el diario Corriere della Sera, explica de dónde sacó los votos que magistralmente se llevó en estas elecciones el Movimiento Cinco Estrellas (M5S), el único que creció de manera alucinantemente veloz en los últimos meses. Según Mannheimer, el M5S, que consiguió 8,5 millones de votos, les ha robado electores a todos los partidos, pero también ha conseguido arrastrar a un 20 por ciento de votantes que en las elecciones de 2008 había decidido abstenerse, dado que el voto en Italia no es obligatorio. Otro 16 por ciento de los sufragios de Grillo proviene de los jóvenes que fueron a las urnas por primera vez.
El estudio también demuestra la caída de los partidos tradicionales. El PDL, desde 2008, perdió seis millones de votos, muchos de los cuales fueron a parar a Grillo. Berlusconi conservó la mitad de sus electores, pero de los que los abandonaron, una parte directamente se abstuvo. Con todo, Berlusconi logró remontar unos cuantos durante su agresiva campaña electoral. Una caída importante la sufrió también el PD, que en 2008 obtuvo 12,5 millones de votos y esta vez consiguió sólo 8,6 millones. Cerca del 16 por ciento de su electorado votó por Grillo. Sumando las pérdidas de las principales fuerzas políticas, se destaca que al menos 16 millones de electores abandonaron sus partidos políticos tradicionales.
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