Mié 03.04.2013

EL MUNDO  › LA ONU APROBó REGULAR LA VENTA DE ARMAMENTO CONVENCIONAL: CADA PAíS DEBE RATIFICARLO EN SU PARLAMENTO

Luces y sombras de un tratado sobre armas

El tratado fue impulsado, entre otros, por Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña. Unas 23 naciones se abstuvieron, como las que integran el bloque ALBA, y se opusieron Norcorea, Siria e Irán. Amnistía Internacional lo calificó de positivo.

La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó ayer por una amplia mayoría el Tratado sobre el Comercio de Armas. Es un acuerdo mundial que reglamenta la venta de armas convencionales, un mercado de unos 70.000 millones de dólares al año, y el primer mayor texto sobre desarme desde el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos nucleares de 1996. El principio del acuerdo consiste en que cada país deberá evaluar, antes de toda transacción, si las armas vendidas pueden ser utilizadas para eludir un embargo internacional, cometer un genocidio y otras violaciones graves a los derechos humanos, o caer en manos de terroristas o criminales. En todos estos casos, el país exportador estará obligado a rechazar la transacción. El tratado fue impulsado por un centenar de países, entre ellos Estados Unidos –mayor exportador de armas del mundo–, Francia y Gran Bretaña, tres miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Y unas 23 naciones se abstuvieron de votarlo, entre ellas, Rusia, China y los países de la ALBA.

Las armas incluidas van desde las pistolas hasta aviones y barcos de guerra, pasando por los misiles. La lista no comprende a los drones (aviones no tripulados), los transportes blindados de tropas y los equipos destinados a las fuerzas del orden. Incluye todas las transferencias internacionales (importación, exportación, tránsito) y la intermediación. “Este tratado es un excelente primer paso porque ofrece una sólida base sobre la cual construir un sistema internacional dirigido a controlar el flujo de armas, tanto en tiempo de guerra como en tiempo de paz”, declaró Mariela Belski, la directora ejecutiva de la ONG Amnistía Internacional Argentina.

No se logró alcanzar un consenso entre todos los países miembros sobre este documento de 15 páginas discutido en Nueva York durante diez días a pesar de siete años de negociaciones. De hecho, fue bloqueado el jueves pasado por Corea del Norte, Siria e Irán, que ayer votaron en contra. La resolución presentada por Costa Rica fue aprobada por 154 votos a favor, los tres en contra y 23 abstenciones.

No bien se anunció el recuento final de votos y se dio por aprobado el histórico tratado que regulará un negocio mundial de 70.000 millones de dólares anuales, el recinto de la Asamblea General estalló en aplausos. “Se lo debemos a esos millones –generalmente los más vulnerables de la sociedad– cuyas vidas fueron ensombrecidas por el comercio irresponsable e ilícito de armas”, aseguró el embajador australiano, Peter Woolcott, el hombre encargado de dirigir las negociaciones durante los últimos siete años. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, calificó el tratado de un “logro diplomático histórico”.

Estados Unidos, el principal abastecedor de armas del planeta con 30 por ciento del mercado y que había hecho fracasar una negociación en julio pasado, indicó estar listo para firmar el convenio. El texto ayuda a “reducir el riesgo de que la transferencia internacional de armas convencionales sea utilizada para perpetrar los peores crímenes mundiales”, declaró el secretario de Estado norteamericano, John Kerry. Por otro lado la Asociación Nacional del Rifle en EE.UU., el principal lobby proarmas de ese país, ya adelantó que lanzará una ofensiva política y mediática para evitar que el Congreso estadounidense ratifique el tratado, lo que todavía no es seguro.

Entre los que seguro no lo ratificarán, se encuentran Siria, Corea del Norte e Irán. “No estamos en contra del tratado, pero no podemos apoyarlo tal como está porque no incluye los puntos que habíamos planteado para que fuera equilibrado”, explicó el embajador sirio ante la ONU, Bashar Jsafari. El representante sirio recordó que el texto aprobado ayer no prohíbe la transferencia de armas a grupos armados no estatales, lo que significa que los movimientos sociales o milicias que buscan derrocar un gobierno, por ejemplo la insurgencia en Siria, podrían recibir armas legalmente.

Otros 23 Estados miembro expresaron el mismo escepticismo y las mismas dudas, y por eso se abstuvieron. Entre ellos figuraron Rusia y China –de los principales exportadores de armas–, India, Egipto, y los países de la ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) como Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela. “Se ha decidido forzar ante la Asamblea General de la ONU una decisión que no ha logrado el consenso esperado”, afirmó el embajador cubano Rodolfo Reyes, denunciando que el texto otorga privilegios a los principales países exportadores a la hora de evaluar si se debe hacer una venta o no.

Pero todo no está listo porque para que el nuevo tratado entre en vigencia debe primero ser ratificado por los gobiernos y parlamentos de al menos 50 Estados miembro de la ONU, lo que podría llevar al menos un par de años, estimaron ayer fuentes diplomáticas.

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