Desde Roma

Una gran sintonía hubo al parecer entre el papa argentino y el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, que se encontraron ayer en el Vaticano por primera vez, para hablar de varios problemas del mundo, entre otros la crítica situación existente en la región de la que es originario el secretario, la península coreana. Pero también de los conflictos y las graves emergencias humanitarias en varias regiones del mundo, como Siria y el continente africano, de la trata de personas, especialmente mujeres, de los refugiados y los migrantes, temas a los que Francisco ya había hecho referencia en su mensaje de Pascua y que son también de competencia de la ONU. Ban Ki-moon tuvo luego del encuentro palabras muy elogiosas para Francisco, llamándolo “constructor de paz”, “hombre de paz y de acción” y destacando que su nombre, “ligado a San Francisco de Asís, es un mensaje poderoso por los muchos objetivos compartidos” con Naciones Unidas. Y, algo importante, lo invitó a visitar la ONU de Nueva York cuanto antes.

En realidad, Ban Ki-moon quisiera reforzar en el mundo la justicia social para conseguir los llamados Objetivos del Milenio, que la ONU se propuso en el año 2000, y para cuya fecha de cumplimiento faltan sólo mil días. Y por lo visto, cree poder tener en el papa Francisco un gran aliado.

El padre Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, explicó luego de la audiencia a los periodistas que el Papa recordó también los aportes de la Iglesia Católica en favor de la “dignidad humana” y de la “promoción de una cultura del encuentro”. Una nota vaticana explicó por otra parte que el encuentro del Papa y el secretario quiere ser “una expresión del aprecio que la Santa Sede siente por el rol central de la Organización de las Naciones Unidas en la preservación de la paz en el mundo, la promoción del bien común de la humanidad y la defensa de los derechos fundamentales del hombre”.

Ban Ki-moon, que acaba de iniciar su segundo mandato como secretario de la ONU, le presentó al pontífice su programa para el quinquenio, centrado en la prevención de los conflictos, la solidaridad internacional y el desarrollo equitativo y sostenible, indicó una nota de la Santa Sede. Y, cuestión importante, invitó al Papa para que vaya a visitar la sede de Naciones Unidas en Nueva York lo más pronto posible. “Le pedí de corazón su apoyo constante”, dijo el secretario en una entrevista con Radio Vaticana. Paulo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI visitaron al menos una vez la sede de la ONU e intervinieron ante la Asamblea General.

“El Papa ha reiterado en voz alta su compromiso con los pobres y yo aprecio además su profundo sentido de humildad, su pasión y su compasión, dirigida a mejorar las condiciones humanas” contó Ban Ki-moon en la entrevista. Según el secretario de la ONU, el papa Francisco “es un hombre de paz y de acción, es la voz de los que no tienen voz”. Le ha dado mucha esperanza, dijo, además, “su compromiso por construir puentes entre las comunidades de distintas religiones. Aprecié mucho sus primeros pasos en relación con las comunidades judía y musulmana. Creo firmemente en que el diálogo interreligioso puede abrir el camino hacia la tolerancia, la inclusión, la paz. Le dije que lo considero un constructor de paz y que a través de ese proceso, podemos promover una mejor comprensión y respeto entre los distintos grupos religiosos y las distintas culturas”, añadió en la entrevista.

Luego de la audiencia, que se realizó en la Biblioteca del pontífice, localizada en el segundo piso del Palacio Apostólico y donde generalmente los papas realizan las audiencias privadas, Ban Ki-moon fue a saludar al secretario de Estado, como prevé el protocolo. El coloquio con el cardenal Tarcisio Bertone, del que no se informaron los contenidos, duró cerca de media hora, indicó Lombardi. De este encuentro también participó el subsecretario para las Relaciones con los Estados, monseñor Antoine Camilleri.