Desde Roma

Las conclusiones de los diez “sabios” convocados por el presidente de Italia, Giorgio Napolitano, para sugerir soluciones para el país y que concluyeron su trabajo ayer, pasarán al próximo presidente de la República que debería ser elegido antes de fin de mes. Así lo dijo ayer Napolitano, quien consideró importantes los aportes realizados en las dos áreas en las que trabajaron los expertos, socioeconómica e institucional. Sin embargo, algunos exponentes del Movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo disminuyeron su valor diciendo que esas deducciones las hubiera sacado cualquiera que hubiera hablado con la gente de la calle.

La senadora “grillina” Elena Fattori comentó en su Facebook el trabajo de los “sabios” nombrados por el presidente el pasado 30 de marzo: “Emergencia ocupacional y desarrollo para resolverla: para llegar a estas conclusiones no se necesitaban diez sabios, bastaba hacerse un paseo y preguntar a las diez primeras personas que se encuentran por la calle cuál era la respuesta”.

El trabajo de los expertos “no interfirió” con la actividad del Parlamento ni con las decisiones de las fuerzas políticas, indicó Napolitano respondiendo así a quienes los acusaban de esas interferencias. “Entregaré los dos informes al nuevo presidente de la República. Ambos documentos ponen el acento en “los problemas esenciales a los que están ligados tanto las necesidades y esperanzas de los ciudadanos y del país como el de-sarrollo futuro de Italia”, precisó el presidente ante la prensa.

El grupo de trabajo centrado en el área económico-social habló de relanzar el desarrollo económico, hacerlo más equitativo y sostenible e hizo una serie de propuestas para intensificar el rol de Italia a nivel internacional, mejorar el sistema impositivo y proteger a los consumidores, entre otras cosas. “Italia está atravesando la peor recesión económica de su historia. La crisis global iniciada en 2007-2008, originada lejos de nosotros, ha golpeado a la economía italiana mucho más seriamente que a otros países desarrollados. Entre 2008 y 2012, el PIB italiano bajó un 6 por ciento”, dijo el informe. El principal problema es el trabajo y el aumento de la pobreza. “Hoy tienen trabajo, a veces sólo precario, 56 personas de cada 100 entre 15 y 64 años, mientras en Francia son 64 y en Alemania 73. Por eso los expertos aconsejan, entre otras cosas, alivianar la imposición directa sobre el trabajo y tomar medidas a favor de las familias en graves dificultades económicas. En cuanto a las empresas, subrayaron la necesidad de que el crédito llegue a las pequeñas empresas y que el Estado pague sus deudas con el mundo empresarial. A nivel educativo, se propusieron medidas para contener el “grave fenómeno”, dice el informe, de la deserción escolar y para sostener el derecho al estudio.

Los “sabios” indicaron asimismo la necesidad de rever los salarios de los altos dirigentes de la administración pública y continuar con la tarea de reducir y reorientar el gasto público, favorecer el trabajo telemático para aumentar la ocupación femenina y reducir así los costos de las empresas y el ausentismo. Los impuestos en Italia son demasiado altos, por eso proponen elaborar una reforma del sistema impositivo que permita una mayor ecuanimidad y acentúe el llamado “federalismo fiscal”.

El grupo encargado de las reformas de las instituciones hizo propuestas referidas al estatuto de los partidos políticos y la reducción del número de parlamentarios, entre otros puntos. Según los “sabios”, una nueva ley electoral –de la que se viene hablando insistentemente sin que el Parlamento haya todavía dado un paso ni en éste ni en ningún otro sentido porque desde las elecciones de febrero está prácticamente parado– debería basarse en un sistema mixto, es decir en parte proporcional y en parte mayoritario, y sobre todo abolir las circunscripciones del exterior, que hoy permiten a los italianos radicados en el exterior, votar y elegir sus propios candidatos al Parlamento. Las circunscripciones del exterior son cuatro: Europa, América Meridional, América del Norte y Centro, y la cuarta, Asia, Africa, Oceanía y Antártida, y permiten elegir un senador y un diputado en cada una. En las pasadas elecciones, el primer partido en esas circunscripciones fue el Partido Democrático (centroizquierda). Los “sabios” no son de la opinión de reducir el número de parlamentarios a la mitad, como pedían algunos partidos, sino de que la Cámara de Diputados de 630 miembros pase a 480 (uno cada 120.000 habitantes) y los senadores, hoy 315, a 120.

En materia de la reducción de los llamados “costos de la política”, es decir principalmente las financiaciones del Estado a los partidos, los expertos hablaron de establecer reglas muy claras para la actividad política y para su financiación, indicando que los controles deben ser “externos e independientes”. Pero, aclararon, la financiación pública a las actividades políticas, “de forma adecuada y verificando cuidadosamente los gastos”, no puede ser eliminada “porque evita que la riqueza privada pueda condicionar impropiamente la actividad política”.

En cuanto a los magistrados –otro tema candente en Italia con los permanentes ataques de Silvio Berlusconi que los acusa de parcialidad y de querer castigarlo por interés político–, los expertos dijeron que las medidas disciplinarias contra un juez deben ser tomadas en primera instancia por el Consejo Superior de la Magistratura, pero en segunda instancia por una Corte especial integrada por jueces y por personas elegidas por el Parlamento y el presidente de la República. También se habló de potenciar la ley anticorrupción que fue aprobada hace algunos meses por el Parlamento, a la que habría que agregar algunos delitos como el “intercambio electoral político-mafioso”. Casos de intercambio, donde políticos locales hicieron pactos con la camorra (mafia napolitana), que le consiguió los votos necesarios para ser elegido a cambio de quién sabe qué acuerdo, fueron descubiertos recientemente en relación con algunos políticos locales del norte de Italia. Y esto, se sabe, ha sido moneda corriente en las zonas donde la mafia, la camorra o la N’Drangheta tienen influencia.