Sáb 13.04.2013

EL MUNDO  › CAMINO AL MUSEO DE LA REVOLUCION, LA ELECCION DE MAÑANA SE VIVE CON UNA MEZCLA DE DOLOR Y EMOCION

Venezuela votará bajo la mirada de Chávez

Cada día suben por la colina unas mil personas para recorrer el cuartel bautizado Museo de la Revolución, donde descansan los restos de Hugo Chávez y en donde su heredero político Nicolás Maduro dijo que tendrá un despacho si gana.

› Por Mercedes López San Miguel

Desde Caracas

Camino al Cuartel de la Montaña, un sitio que desde el 15 de marzo se volvió el centro de las miradas de venezolanos y extranjeros, se podían ver las humildes casas coloridas asentadas en la geografía ascendente del barrio 23 de Enero, uno de los más emblemáticos y populares del chavismo en el oeste de la ciudad. Cada día suben por la colina unas mil personas para recorrer el cuartel bautizado Museo de la Revolución, donde descansan los restos de Hugo Chávez y en donde su heredero político Nicolás Maduro dijo que tendrá un despacho si mañana resulta electo presidente.

El edificio antiguo de color rosa y ocre, flanqueado por torres, está coronado con un enorme 4F, en alusión a que fue el epicentro de las operaciones del frustrado golpe que lideró Chávez el 4 de febrero de 1992 contra Carlos Andrés Pérez. A un nutrido grupo que venía de visita al museo llevando remeras rojas que decían “Maduro” o “Pa’lante mi comandante” el guía, en voz alta, les preguntó: “¿Estuvieron ayer en el cierre de campaña, no?”, y recibió un sí al unísono. Si es que había algún simpatizante del candidato opositor Henrique Capriles Radonski, optó por quedarse callado.

El paseo con el guía de nombre “miliciano Correa” tenía un claro mensaje político. El hombre de mediana edad señaló unas banderas que flameaban en la entrada y dijo que las 37 representaban el sueño de Chávez de lograr que la región se convierta en potencia, y que él será recordado por impulsar la alternativa al ALCA –el ALBA– y otro bloque como la Celac. Alguien mencionó el Mercosur. Todavía unos pasos afuera del edificio el guía afirmó que era allí donde el líder bolivariano, entonces con 38 años, dijo al rendirse la frase que quedó grabada en la historia “no logramos los objetivos... por ahora”.

Ya adentro, lo primero que se veía en el patio principal era el sarcófago de mármol gris y a ambos lados estaban parados cuatro guardias de honor. “El mármol significa la fortaleza”, dijo, y pocos lo escucharon en medio de la emoción que se reflejaba en los rostros de los que pasaban en fila india para despedirse del presidente fallecido el 5 de marzo.

¿Está embalsamado?, preguntó un joven y el guía respondió que no, que el cuerpo estaba a temperatura ambiente presurizado. Después le dijo a este diario que los restos de Chávez van a estar allí por cinco años y que la Asamblea Nacional propondrá una ley para que puedan ser depositados en el Panteón Nacional junto a Simón Bolívar antes de los veinte años, como establece la Constitución bolivariana.

Una señora se secaba las lágrimas y no soltaba de la mano a un chiquito luego de pasar por delante del sarcófago. “Siento demasiado dolor y tristeza”, dijo Seidy Mora, caminando hacia un pequeño altar, ubicado debajo de dos grandes cuadros de Chávez, en una sala contigua al patio principal. “Siento fuerza para seguir al buen hombre que es Nicolás (Maduro), para que continúe esta patria soberana.” La mujer, de 40 años, dijo que lleva catorce votando por la revolución. Vive en Catia, otro barrio popular de Caracas.

Era difícil encontrar una queja contra el proceso venezolano entre los que visitaron el cuartel y recorrieron la vida de Chávez a través de fotos, dibujos y cronologías colgados de las paredes. El guía no paraba de ensalzar la figura del líder bolivariano, así como la de su equipo de ministros. “Diosdado es más estratega, Maduro más político”, dijo en referencia al presidente de la Asamblea, Diosdado Cabello, y al candidato y presidente encargado, Nicolás Maduro, señalando dos posturas diferentes dentro del Partido Socialista Unido de Venezuela y que por estas horas se muestran en armonía.

“Lo vamos a mantener vivo”, dijo Tibisay Buena sobre el final de la visita, y agregó que Chávez fue un visionario porque eligió a Maduro como la persona que continuará su legado. “La única persona era Maduro, porque viene de estos barrios y transportó al pueblo en el autobús.”

Para los seguidores de Chávez se hacía imperioso recordarlo, despedirse de él y ver en su delfín político la esperanza de que habrá una continuidad de las políticas del gobierno, como las misiones sociales que llevaron educación y salud gratuitas a los lugares más recónditos del país. Para los analistas, el oficialismo tiene importantes desafíos por delante, en caso de ser ratificado en las urnas. El politólogo Faith Fraija enumeró a este diario los principales temas pendientes. “Reimpulsar la capacidad productiva y diversificar la economía; avanzar en la integración regional sin afectar la soberanía alimentaria y bajo la premisa de la complementariedad; atacar el problema de la inseguridad y mejorar los servicios públicos como el sector energético.”

Durante la campaña, el candidato opositor que perdió ante Chávez en octubre pasado criticó al gobierno por la inseguridad, la falta de productividad en el país y el desabastecimiento de productos. Capriles prometió aumentar el salario mínimo y mantener las misiones sociales.

Fraija relativizó el asunto del desabastecimiento. “Hay marcas de productos que no se encuentran en el mercado, pero es el sector empresarial el que juega bajo la lógica de la política. Un ejemplo, para producir harina no se necesita importar nada, y de todas formas hay faltante a causa de las perversiones del sector privado.” Y respecto de la inflación, el analista señaló que “nuestra economía es altamente especulativa y dependiente de la producción de petróleo. El gobierno empezó a introducir mecanismos para controlar la relación precio-producto y devaluó el bolívar porque necesitaba incrementar los ingresos del petróleo.”

Si hay algo que toca de cerca a los pobladores de 23 de Enero, un barrio de 100 mil habitantes, y de otras zonas de la periferia de Caracas es la esperanza de tener una vivienda digna, a resguardo de las tormentas. Las inundaciones de noviembre de 2010 dejaron sin hogar a 134 mil familias y pusieron en evidencia un problema estructural. Entonces el gobierno puso en marcha la Gran Misión Vivienda y un censo arrojó que la deuda habitacional es de 2,5 millones. El oficialismo prometió dos millones de casas nuevas en los próximos años si es que, como señalan los sondeos, Maduro resulta ganador de las elecciones de mañana. En el 23 de Enero esperan que se cumpla.

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