EL MUNDO › PESE A LAS ACUSACIONES DE OCCIDENTE, LOS EXPERTOS PONEN EN DUDA QUE SE HAYAN USADO EN SIRIA
A pesar de las acusaciones de los gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia en contra del régimen de Assad, distintos especialistas en el tema señalan que sería muy difícil ocultar un ataque con gas sarín.
› Por Kim Sengupta *
El levantamiento sirio, el episodio más largo y violento de la Primavera Arabe, está desestabilizando la región y se ha convertido en un campo sangriento de la Jihad internacional y luchas sectarias. Ahora, con acusaciones de que se están usando armas de destrucción masiva, hay exigencias más contundentes para que intervenga Occidente. Las afirmaciones de que se han usado agentes químicos en el conflicto llegan en un momento en que la impasse en el terreno, la desunión entre la oposición política y la creciente inquietud por la predominancia de los extremistas entre los combatientes rebeldes han provocado pedidos para un renovado impulso por la paz.
En una conferencia de ministros de Exterior de la Otan en Bruselas esta semana, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry; el canciller ruso, Sergei Lavrov, y el secretario general de la alianza, Anders Fogh Rasmusse, todos han propuesto resucitar la iniciativa de Ginebra de conversaciones, firmada el año pasado, mientras Kerry enfatiza que las diferencias entre Washington y el Kremlin no son tan profundas como antes. La afirmación de Israel de que el régimen ya usó el agente sarín en un número de ocasiones, inmediatamente llevó a que se le preguntara a Kerry por qué esto no era considerado cruzar “la línea roja” por parte de Assad, que Barack Obama había advertido que llevaría a un cambio de política de Washington hacia Siria.
Cuarenta y ocho horas después, presionado por partidarios de la oposición siria, incluyendo al senador John McCain, la Casa Blanca envió una carta a los miembros del Congreso diciendo que las agencias de Inteligencia de Estados Unidos creían con “grados variables de seguridad” que las armas químicas habían sido usadas contra los rebeldes. Esto fue posterior a una carta enviada por los gobiernos británico y francés a las Naciones Unidas, acusando a las fuerzas del régimen de usar armas de destrucción masiva.
David Cameron seguía sosteniendo ayer: “Es limitado, pero hay una creciente evidencia de que hemos visto el uso de armas químicas, posiblemente por el régimen”. El cuadro que está emergiendo de los relatos dados por funcionarios de Occidente y Medio Oriente y miembros de la oposición siria es éste: hasta ahora las pruebas no han dado resultados concluyentes; han estado basadas en muestras de sangre, cabello y tierra, así como fotografías y videos; las muestras no fueron recogidas independientemente por los investigadores occidentales dentro de Siria sino que fueron entregadas por los rebeldes o, por lo menos en una ocasión, por la Inteligencia turca; algunas de las secuencias filmadas pueden haber sido falsas; las pruebas fueron llevadas a cabo en el Laboratorio de Ciencia y Tecnología de Defensa del Reino Unido y en múltiples lugares de Estados Unidos: las conclusiones sobre ellas varían dentro de las agencias de Inteligencia estadounidenses y la experiencia de Irak y las armas de destrucción masiva es una fuente de cautela entre los funcionarios de Washington y Londres.
La doctora Sally Veivesley, analista química y bióloga, y ex asesora científica del Ministerio de Interior británico, dijo: “Hay cosas acá que no suman. Un ataque químico usando sarín dejaría muertes masivas y muy poca gente viva. Por lo que uno escucha sobre los síntomas, es posible que un agente hostil más que un agente de gas nervioso fuera usado”. Veivesley, quien ha visto algunas de las fotografías y videos, continuó: “Las últimas muestran a gente con desórdenes oculares, que obviamente es preocupante, pero no quiere decir que armas químicas o sarín estén involucrados. Algunas de las fotos que vimos anteriormente eran extrañas: personas con máscaras y guantes, quienes supuestamente son médicos, tocando a las víctimas, algo que no sucederá. Los síntomas que hemos visto pueden haber sido causados por otros elementos, tales como el cloro”.
“Lo que puede ser considerado ‘evidencia’ de la presencia de elementos químicos en cosas como cabellos podría ser algo como pesticida, que es el motivo por el cual las agencias estadounidenses quieren esperar a tener más pruebas. ¿Podría haber algo falsificado? Posiblemente, pero si se está haciendo eso no es porque la gente sea mala: es porque está desesperada.”
Los analistas también están extrañados por la forma en que supuestamente el régimen usó su arsenal de armas de destrucción masiva. El doctor Ralf Trapp, un especialista en proliferación química, dijo: “Desde una perspectiva militar, no tiene sentido usar armas químicas de a cuentagotas. ¿Por qué el régimen pondría un poco en una granada aquí o un lanzador de cohetes allá? No es la forma en que se espera que actúe una fuerza militar”.
Dudas sobre de dónde proviene la evidencia le están dando a la administración de Estados Unidos las bases para resistir activando la amenaza de “línea roja”. Washington está ahora desesperado por involucrar a los inspectores de la ONU. En Bruselas, los estadounidenses instaron a Sergei Lavrov a que intercediera con Assad para permitir que los equipos tengan acceso a las instalaciones dentro del país. La ONU, a la que los neoconservadores del presidente George W. Bush evitaron para invadir Irak, es considerada por la gente del presidente Obama como vital para ayudar a evitar la directa acción militar, en el último intento de cambiar el régimen.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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