La Comisión Europea (CE) rebajó sus previsiones económicas de este año para España. Según sus datos, se contraerá un 1,5 por ciento en 2013, y pronosticó un déficit público del 7 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) para 2014, por encima de los datos que baraja Madrid. Para el año que viene, Bruselas espera que España crezca un 0,9 por ciento. En sus previsiones de febrero, estimaba que el PIB español retrocedería un 1,4 por ciento este año y crecería un 0,8 por ciento el próximo.

Pero el mal desempeño no es exclusivo del país ibérico. La recesión económica en la Zona Euro en 2013 es peor de la esperada, según los datos difundidos ayer por la CE, que pronosticó una contracción del PIB del 0,4 por ciento para este año. Los altos niveles de desempleo y los déficit excesivos en algunos de los Estados miembros clave para la Eurozona centran buena parte de las preocupaciones del vicepresidente de la CE y responsable de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, quien recomendó “intensificar las reformas estructurales para desbloquear el crecimiento en Europa”.

“El desempleo es insoportablemente alto”, dijo Rehn, que subrayó que todas las instituciones comunitarias tienen que contribuir para reducirlo, al tiempo que recomendó a los países en los que ese indicador es alto, que “afronten sus propios desafíos”. Los cálculos de la UE apuntan a que la tasa española se situará en el 27,0 por ciento este año, la más alta junto a la de Grecia, que será similar. En 2014 bajará a un 26,4 por ciento en España y a un 26,0 por ciento en Grecia. España cuenta en la actualidad con 6,2 millones de desempleados, un 27,16 por ciento de la población activa y el gobierno no cree que la tasa baje del 25 por ciento hasta 2016.

La semana pasada Madrid envió a Bruselas un nuevo Plan Nacional de Reformas. “Hay cambio de políticas y medidas que (la Comisión Europea) tendrá en cuenta, se reducirá sin duda la cifra de déficit público”, afirmó ayer el ministro de Economía español, Luis de Guindos. Por su parte, Bruselas confirmó que está dispuesta a conceder dos años más a España para cumplir con sus objetivos de déficit. “Podría ser razonable extender el límite” a 2016 para España, afirmó Rehn.

Por otro lado, las condiciones financieras continuarán suponiendo un freno al crecimiento económico español en un futuro próximo y seguirá habiendo difíciles condiciones para el crédito a corto plazo, lo que restringirá el consumo privado y las inversiones.