La detención y posterior liberación bajo fianza del vicepresidente del Parlamento británico, Nigel Evans, por presunta violación y agresión sexual a dos hombres, conmociona a la clase política, que ayer salió en defensa de su colega. El político conservador negó categóricamente las acusaciones, a las que calificó de completamente falsas, y expresó su incredulidad por denuncias que proceden de dos personas a las que hasta ayer consideraba amigos. En el jardín del pub vecino a su hogar en Pendleton leyó un breve comunicado: “No entiendo por qué se han presentado estas denuncias”. Anteayer, Evans fue interrogado por la policía y posteriormente liberado hasta el 19 de junio, cuando volverá a declarar.