EL MUNDO › DURANTE MáS DE UNA DéCADA, VLADISLAV SURKOV FUE EL IDEóLOGO MáS INFLUYENTE DE RUSIA
Considerado un titiritero de excepción, arreglaba la creación de partidos de “oposición leal” para dar la impresión de competencia, y luego los desbandaba cuando se convertían en demasiado populares, y controlaba la televisión.
› Por Shaun Walker *
Desde Moscú
Era un coloso en su campo, reconocido por su hábil manipulación de sus rivales y los medios, así como por ser un tenaz sobreviviente y un genio táctico. No, no sir Alex Ferguson, sino Vladislav Surkov, el que tenía acceso a información en el Kremlin, quien también renunció anteayer. Durante más de una década, Surkov fue, quizás, el ideólogo más influyente en Rusia. Acuñó el concepto de “democracia soberana” patrocinada por el presidente, Vladimir Putin, y estaba considerado el arquitecto del sistema político fuertemente controlado que ha dominado la Rusia de Putin.
Se lo llamaba “el cardenal gris de la política rusa”: un titiritero y extraordinario manipulador que era una de las personas más poderosas en el país. Surkov, de 48 años, fue corrido de su rol sombrío en la administración presidencial al puesto de viceprimer ministro en diciembre de 2011, y desde entonces ha sido el responsable de la modernización e innovación de la economía rusa.
Ahora dejó la escena política por completo, posiblemente víctima de una batalla detrás de la escena entre la elite rusa. Generalmente, las batallas del Kremlin son llevadas a cabo en absoluto secreto, pero en los últimos días Surkov había intercambiado comentarios mordaces públicos con el vocero del poderoso Comité de Investigación, Vladimir Markin. El comité, visto como una reserva de la facción de la línea dura dentro de la política rusa, estaba investigando el proyecto Skolkovo, “el Silicon Valley ruso” que Surkov supervisaba.
Surkov no era un típico tecnócrata gris ruso. Aunque casi nunca les daba entrevistas a los medios, los ocasionales vistazos que el mundo exterior recibía de su vida insinuaban un inusual carácter excéntrico para alguien de su posición. Escribió canciones de rock, está ampliamente difundida la noción de que escribió una novela nihilista bajo un seudónimo y también ocasionalmente escribía columnas en las revistas rusas sobre temas que iban desde el arte de Joan Miró a su apreciación de las películas de Hollywood. Tenía retratos del rapero estadounidense Tupac Shakur y del Che Guevara, entre otros, en su oficina del Kremlin.
Una fuente lo describe como alguien que trabajaba en la administración presidencial como un “tipo de poder”, no un “tipo de dinero”. Surkov siempre dio la impresión de un hombre que disfruta estando en control de los procesos políticos, más que uno que está en el Kremlin para beneficiarse del acceso a los fondos ilícitos que se dice que ofrecen esos puestos. Medio checheno y con una debilidad por las corbatas finitas negras, Surkov es famoso por lo implacable, y comenzó su carrera trabajando para los oligarcas en la década de 1990, incluyendo a Mikhail Khodorkovsky, hoy preso.
Durante sus años en la administración presidencial, Surkov era conocido por su control personal sobre mucho de lo que mostraba la televisión controlada por el Estado y por su vigilancia de la “democracia manejada” que se convirtió en un hito del sistema político de Putin. Arreglaba la creación de partidos de “oposición leal” para dar la impresión de competencia, y luego los desbandaba cuando se convertían en demasiado populares.
Cuando Mikhail Prokhorov, en un momento el hombre más rico de Rusia, estableció un partido político en el período previo a las elecciones parlamentarias de 2011, lo hizo con el apoyo de Surkov, pero luego se enojó por el nivel de control que el funcionario del Kremlin quería tener sobre su propio partido. “Hay un titiritero en este país que hace tiempo privatizó el sistema político y durante mucho tiempo malinformó al liderazgo del país”, dijo el oligarca en una conferencia de prensa convocada apuradamente. “Su nombre en Vladislav Yurevich Surkov.”
En ese momento, Prokhorov dijo que él exigiría una reunión con Putin y el entonces presidente Dmitri Medvedev, e insistiría en que Surkov fuera despedido. Prokhorov perdió la batalla, pero Surkov fue dejado a un lado unos meses más tarde, mudado del Kremlin a la tarea de viceprimer ministro. Algunos adjudican esto a un estado más duro en el Kremlin antes del regreso de Putin al puesto principal. El presidente ha reemplazado el entendimiento de Surkov del autoritarismo moderado con un enfoque más duro y directo, desde que fue amenazado por protestas callejeras masivas que comenzaron en diciembre de 2011, poco antes de la reelección de Putin.
“Soy una persona demasiado odiosa para este Valiente Nuevo Mundo”, dijo Surkov en aquel momento, con la elegante ironía que lo caracteriza. El vocero de Putin, Dmitri Peskov, dijo el martes que Surkov renunció por su propia voluntad, dada la inhabilidad del gobierno para cumplir un número de nuevos decretos presidenciales. Muchos analistas, sin embargo, especulaban que fue sacado y sugerían que el primer ministro y ex protegido de Putin, Dmitri Medvedev, también pronto estaría en la calle mientras Putin trata de balancear grupos de diferentes intereses dentro del gobierno.
Surkov se niega a discutir los motivos de su renuncia, diciendo que lo hará más tarde, “cuando sea apropiado hacerlo”. Les dijo a los medios rusos que sus planes futuros incluían escribir “una comedia política basada en hechos reales”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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