La tasa de desempleo aumentó en forma inesperada en Estados Unidos y se ubicó en 6,4 por ciento en junio, informó ayer el gobierno, que trató de argumentar que esto no compromete las perspectivas de reactivación de la economía pese a representar el nivel más alto de este indicador en los últimos nueve años. También aumentó por encima de lo previsto el pedido de solicitudes de subsidios de desempleo. Y hay algo más en compromiso: las posibilidades de George W. Bush de ser reelecto en noviembre del 2004.
El Departamento de Trabajo en Washington informó ayer que la tasa de desempleo en Estados Unidos subió al 6,4 por ciento en el mes de junio, la más alta en nueve años. El alza en mayo al 6,1 por ciento fue más alto que lo esperado, frenando las esperanzas de una rápida recuperación impulsada por el consumo. Las empresas estadounidenses eliminaron en junio 30 mil puestos de trabajo, después de despedir a 70 mil trabajadores el mes pasado en la mayor ola de despidos desde los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. La economía estadounidense, la mayor del mundo, ha perdido 394 mil puestos de trabajo desde fines de enero. En junio, según el Departamento de Trabajo, Estados Unidos contó con 9,4 millones de desempleados, 360 mil más que en mayo, y desde marzo pasado, el número de cesantes aumentó en 913 mil. Por otra parte, los pedidos semanales de subsidios de desempleo aumentaron en 21 mil, llegando a 430 mil durante la semana que terminó el 28 de junio, anunció asimismo el Departamento de Trabajo. Esta cifra es mucho peor de lo previsto por los analistas, que esperaban unas 412 mil solicitudes para la semana pasada.
A pesar de las críticas de la oposición, el gobierno de George W. Bush encontró motivos de optimismo. Las discrepancias de percepción reflejan la peculiar forma en que se mide el desempleo en Estados Unidos, donde los trabajadores que ya no cobran seguro por desempleo y están tan desalentados por las ofertas de empleo que no buscan trabajo, simplemente desaparecen de las estadísticas. Entre los hispanos, el índice subió del 8,2 por ciento al 8,4 por ciento, y entre los negros aumentó del 10,8 al 11,8 por ciento. “Pero la fuerza laboral creció en junio por el retorno de 611 mil personas en quienes se ha renovado un sentido de confianza en la economía y creen que tienen mejores posibilidades de encontrar empleo”, argumentó la secretaria de Trabajo, Elaine Chao. Según Chao, el aumento del índice de desempleo se debe precisamente a que en junio creció la fuerza laboral. El vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer, reconoció que Bush está preocupado por el aumento, pero señaló que “la economía está recuperándose lentamente de una recesión breve y el informe de desempleo divulgado hoy es otra prueba de ello”.
El analista Jeffry Wegner, del Instituto de Política Económica, dijo que “el informe de hoy del Departamento de Trabajo se suma a meses de mala situación del empleo, y quien vea otra cosa simplemente se engaña a sí mismo”. “El aumento de la fuerza laboral sería prometedor si coincidiera con un incremento de la oferta de empleo, pero la verdad es que durante varios meses la economía ha estado perdiendo puestos de trabajo”, añadió.
La economía estadounidense ha sufrido reducciones en puestos laborales durante el período de cinco meses entre febrero y junio, en el que han desaparecido 394 mil empleos, según cifras oficiales. “Sigue habiendo una verdadera devastación en el sector manufacturero, donde han habido 35 meses consecutivos de pérdidas de empleos y no hay indicios de que haya una recuperación”, dijo Wegner.
Añadió que si se combinan a quienes están desempleados en las estadísticas oficiales y quienes están desalentados y no buscan empleo, la tasa de desempleo sube al 6,8 por ciento. Dijo que ese índice sería de 7,4 si se cuenta a los que trabajan de forma marginal (unas pocas horas o días a la semana) y no hallan nada mejor. Para el senador demócrata John Edwards, uno de los aspirantes a la candidatura presidencial por su partido para las elecciones del 2004, “es una vergüenza que Bush no tenga la menor idea de cómo podría mejorar la situación”. Desde que Bush comenzósu mandato, en enero del 2001, han desaparecido en EE.UU. más de 2 millones de empleos.