EL MUNDO
› EE.UU. ELEVA LA RECOMPENSA Y REDOBLA EL DESAFIO
Jugando a los cowboys con Saddam
Por Javier del Pino *
Desde Washington
Saddam Hussein se colocó ayer a la misma altura que Osama bin Laden en el ranking terrorista de EE.UU.: las autoridades militares del Pentágono anunciaron una oferta de 25 millones de dólares de recompensa por una pista que permita la captura del ex presidente iraquí, la misma cantidad que se ofrece desde hace meses por cualquier información sobre el líder de Al-Qaida. Al mismo tiempo, Bush sugirió que no hacen falta más tropas en Irak y ha animado a los autores de los últimos ataques contra sus soldados: “Que vengan por nosotros”, dijo con tono envalentonado.
Para curarse en salud, el administrador estadounidense de Irak, Paul Bremer, anunció que los 25 millones de dólares de recompensa son a cambio de una pista que permita la captura de Saddam “o una información que confirme su fallecimiento”. La oferta se completa con 15 millones por informaciones sobre el paradero o la suerte de cada uno de los dos hijos de Hussein, Uday y say. Desde hace más de un año, el Departamento de Justicia ofrece otros 25 millones de dólares como recompensa por la captura de Osama bin Laden, aunque esa cifra se completa con otros dos millones aportados por la Asociación de Transporte Aéreo de EE.UU. En los últimos días, las confesiones de antiguos dirigentes del régimen iraquí y la falta de resultados sobre el terreno han obligado a las autoridades de EE.UU. a reconocer su desconcierto sobre el destino del ex presidente y sus hijos. En los interrogatorios, el secretario personal de Saddam aseguró recientemente que tanto él como sus hijos sobrevivieron a la campaña militar. Los hijos, según su testimonio, cruzaron brevemente la frontera con Siria pero regresaron a Irak, al ser expulsados en secreto por las autoridades de ese país. Nada permite avalar ni esta versión ni la teoría inicial de la Casa Blanca, convencida hasta hace algunas semanas de que los tres murieron en el bombardeo a un edificio en las afueras de Bagdad.
Mientras tanto, muchos políticos demócratas y alguno republicano no se creen todavía que el presidente desafiara a los saddamistas del modo que lo hizo. “Sigo sin creérmelo?, dijo el senador demócrata Frank Lautenberg. Recordó que, cuando combatía como soldado estadounidense en Europa durante la Segunda Guerra Mundial, “nunca escuché a ningún mando militar y mucho menos al comandante en jefe invitar a los enemigos a que nos ataquen”.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12
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