Por J. P. Velázquez-Gaztelu *
Desde Bagdad

Un día después de que Washington pusiera precio a su cabeza, Saddam Hussein, o alguien que pretende ser el depuesto dictador, envió ayer un mensaje a través de la televisión para desafiar a las fuerzas de ocupación y pedir a los iraquíes que resistan a los “infieles”. En una cinta de audio difundida por el canal árabe Al-Jazzeera coincidiendo con la fiesta nacional de EE.UU., Saddam asegura estar escondido en algún lugar de Irak y que sus colaboradores más estrechos también permanecen en el país.
Saddam no ha sido visto en público desde el pasado 9 de abril, cuando los tanques de EE.UU. entraron en Bagdad, y su paradero es objeto de las conjeturas más dispares entre los iraquíes. Los responsables de Al-Jazzeera, el canal de 24 horas de información vía satélite con base en Qatar, explicaron que la grabación llegó a su sede por vía telefónica, mediante una llamada anónima. “Los extraño, querido pueblo, aunque estoy entre ustedes y en sus filas”, afirma la voz presuntamente perteneciente a Saddam, que dice haber grabado el mensaje el 14 de junio. La voz continúa con un llamamiento a la yihad (guerra santa) y anuncia que se han formado un gran número de grupos de hombres y mujeres combatientes para luchar contra las fuerzas de ocupación.
Los responsables de las fuerzas estadounidenses en Irak han dado en los últimos días claras señales de que piensan que el dictador está vivo y el administrador provisional Paul Bremer, máximo representante de Washington en Bagdad, ofreció anteayer una recompensa de 25 millones de dólares a quien ayude a capturarlo.
Algunos bagdadíes que oyeron el mensaje dijeron que la voz y el tono eran muy parecidos a los del hombre que gobernó implacablemente su país durante 34 años. Otros se mostraron más escépticos. “Creo que Saddam está escondido en el norte del país, entre Mosul y Tikrit”, su ciudad natal, declaró el carpintero Abu Sarmed, haciendo un alto en el trabajo. “Si lo atrapamos, lo meteremos en una jaula y lo pondremos en el zoo, para que la gente pueda escupirle”, dijo. Adran Manwa, vecino de la zona, asegura que renunciaría a la recompensa si supiera dónde está el tirano. “Yo personalmente pagaré a quien denuncie a Saddam, pagaré a EE.UU. si lo atrapan.” Manwa cree que Saddam está en el norte de Bagdad y que su enorme fortuna le ha permitido pagar por un buen escondrijo.
Mientras tanto, como reconocen en Bagdad los propios generales estadounidenses, la guerra contra los leales al régimen de Saddam continúa abierta. Ayer, las fuerzas de ocupación dieron muerte a 11 iraquíes armados que intentaron emboscar una patrulla en una carretera cercana a la ciudad de Balad, a unos 60 kilómetros al norte de Bagdad. En la misma localidad, 16 estadounidenses resultaron heridos el jueves, dos de ellos de gravedad, en un ataque con proyectiles de mortero contra una base logística de EE.UU.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.