EL MUNDO
“Basta con que hagan un atentado para que todo vuelva para atrás”
Oled Balavan es un filósofo argentino-israelí especializado en “derechos humanos” pero con posturas muy cercanas a la línea dura de Sharon. Una conversación sobre las negociaciones de la Hoja de Ruta para la paz entre israelíes y palestinos.
› Por Mercedes López San Miguel
Oded Balavan es argentino, pero reside en Israel desde hace más de 30 años, en donde enseña a abordar la política internacional desde el pensamiento filosófico. Actualmente concluyó un ensayo hermenéutico sobre la cumbre de 2000 entre Clinton-Arafat-Barak en Camp David. De visita en Buenos Aires, donde estuvo para presentar el libro Impunidad y Derechos Humanos en América latina, que compiló junto con Amos Megged, Balavan conversó con Página/12 so-bre los derechos humanos y el plan de paz en Medio Oriente.
–¿Cómo ve desde el lado de los derechos humanos la política de los “asesinatos selectivos” que implementa el gobierno de Ariel Sharon?
–Hay que pensar cómo es que se llega a una estrategia o táctica militar de tal estilo en Israel. Personalmente creo que habría que hacer todos los esfuerzos por llevar a cabo arrestos, aunque no sé en qué medida es posible. Por otra parte, es importante comprender que con la Intifada en Medio Oriente y el terror activo, la gente teme salir y se paralizó prácticamente la vida económica de Israel. La gravedad de la situación también lleva a tomar medidas graves como las que se han tomado. El que invita a atentar contra la defensa de los derechos humanos es el terrorismo. Hay una mutualidad entre la no defensa de los derechos humanos y la actividad terrorista tan divulgada. Pero incluso este tema empieza a ser parte del pasado.
–¿Lo dice porque ve positivo el actual estado de las negociaciones?
–Creo que con la política del nuevo dirigente palestino, Mahmud Abbas, se está creando una situación positiva. Ahora ya han firmado un acuerdo.
–¿Qué opina de la tregua temporaria de parte de las facciones radicales?
–Pienso que la tregua es muy seria. Cuando veo que tanto Sharon como Abbas están invirtiendo esfuerzos para llegar a un acuerdo, infiero que no es una táctica que vaya a terminar, sino que va ir creando su dinámica. Es cierto que la posición ideal para Israel sería que el acuerdo no fuera de cese de fuego interno entre los movimientos palestinos sino que incluya el desarme de esos grupos. Porque la crítica que hay en Israel es que ahora van a tener una tregua de tres meses y se van a armar. Pero fue una concesión entre líneas divergentes. Y a mí me parece que después de los tres meses podrá haber avance en las negociaciones, que ya empezaron con el retiro israelí de Gaza y Belén y con la liberación de prisioneros palestinos, sumado al hecho de permitirle a Arafat irse a Gaza, aun con su movimiento limitado –muy importante y los palestinos lo aceptan, porque a ellos les conviene que Arafat no tenga vía libre dentro de la Autoridad Palestina–. El enemigo número uno de Arafat es Abbas.
–¿Por qué?
–La idea de Abbas es llegar a una Autoridad Palestina democrática. A los movimientos extremistas se les reconocerá que formen partido como se hizo en el Líbano en el acuerdo de Taif –bajo el auspicio sirio–, dice que todos entregan las armas pero forman partido. Eso es lo que se propone Abbas con Hamas y Jihad, movimientos muy populares en AP, y hay dos opciones más: o que entreguen las armas –difícilmente– o integrarlos a la policía palestina, para que su armamento esté legalizado. Si lo logra, será un éxito.
–O sea que para usted será posible que deje de haber atentados masivos.
–Estoy convencido de que sí. Es un hecho que con este acuerdo se detuvo.
–¿Qué pasa con el muro de seguridad?
–Está claro que Sharon no tiene ningún deseo de construirlo. Y otros que sí. Todo lo que sea muro entre pueblos es fácil de construir bajo el dominio del terrorismo que hay en Israel, porque el pueblo exige que haya un muro. Pero no es una solución. El único modo de llegar a una paz verdadera y estable debe ser una paz de colaboración. Si podemos ser pacientes en esta etapa en la que los palestinos todavía no llegaron a un acuerdo de terminar con su Intifada hasta que Abbas logre el proceso de paz, el muro va a ser innecesario. Y llegar a que no haya frontera cerrada entre la AP e Israel. Después de la primera Intifada, que no era armada, los palestinos trataban la cuestión del IVA: que no se pongan puestos de aduana en la frontera. Sería una paz sin fronteras cerradas, que la haría más estable. El símbolo clásico de frontera cerrada es Jerusalén como ciudad dividida. La cuestión es que el tipo de paz sea de frontera abierta con libre comercio.
–Con un Estado Palestino.
–Para todos es claro que va a haber un Estado Palestino. La pregunta es de qué tipo: si con colaboración, frontera abierta y democracia, o sin democracia y frontera cerrada al estilo de Arafat. La línea dominante en el gobierno israelí y en el palestino es hacia una frontera abierta.
–¿Qué pasará con los asentamientos judíos ilegales?
–A las colonias ilegales las van a desmantelar. Inconscientemente, legitimizan al Estado Palestino. Israel ya declaró que está dispuesto a retirarlas, aunque tenga la oposición de todos los grupos extremistas israelíes. Yo creo que va a hacerlo por la fuerza.
–¿Qué horizonte ve para la aplicación de la Hoja de Ruta?
–Soy optimista moderado. Es cierto que es muy endeble todo esto: basta con que algún grupo terrorista disidente decida hacer un atentado en un micro y todo se puede ir para atrás.
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