Las autoridades cubanas informaron ayer sobre el secuestro de dos embarcaciones por emigrantes ilegales que intentaron llegar a Estados Unidos, en hechos aislados que dejaron un saldo de tres muertos y dos heridos. El primer secuestro resultó frustrado y se registró el lunes en el puerto La Coloma, 130 kilómetros al oeste de La Habana, donde tres hombres, una mujer y sus dos hijos –de 10 y 17 años– tomaron por asalto un barco de pesca para salir de la isla hacia Estados Unidos, según un comunicado del Ministerio del Interior. El otro caso sucedió ayer en Nuevitas, un puerto en la provincia oriental de Camagüey, donde al menos 27 personas tomaron control de una embarcación que salió navegando hacia el sur de Estados Unidos, a 180 kilómetros de las costas cubanas.
En el primer incidente, los tres hombres resultaron muertos, en tanto un guardia de seguridad del puerto fue herido de arma blanca y el niño de 10 años se encuentra hospitalizado con un balazo en la cabeza, según el informe. La información oficial precisa que no hubo intervención de la policía en un tiroteo que se desencadenó dentro del buque, en un confuso hecho que se encuentra bajo investigación. Al parecer, el grupo de frustrados emigrantes llegó al puerto de La Coloma armado con un revólver calibre 45 y un cuchillo, tomando por asalto la nave pesquera “Ferrocemento 18”. Una vez a bordo de la nave, quisieron obligar a un marino a que encendiera los motores y se dirigiera rumbo a costas estadounidenses, pero éste escapó de los asaltantes y se arrojó al mar.
“Al notar esta situación anormal, la embarcación fue rodeada por pescadores y varios agentes de la autoridad, a fin de impedir su salida”, precisó la nota oficial, que añade que los secuestradores amenazaron con matar a los niños si no cedían a sus demandas de zarpar. “En realidad, luego se comprobó que la madre estaba en complicidad con los autores del secuestro, utilizando a sus dos hijos para fingir” como rehenes, añade la nota. Una hora después se escuchó un tiroteo, sin que se conocieran cuáles fueron las causas del mismo. Las autoridades abordaron el pesquero y encontraron a “tres hombres que yacían inmóviles, dos de ellos muertos y otro con un disparo en la cabeza”, quien falleció posteriormente.
En relación con el segundo secuestro naval, las autoridades señalaron que “no es política del gobierno de Cuba asaltar embarcaciones secuestradas con personal a bordo en alta mar, por los graves riesgos de accidentes y de pérdidas de vidas que ello entraña”, según el comunicado, que señala que las autoridades de Bahamas y los guardacostas estadounidenses están al tanto de la situación. La Habana sostiene que los gobiernos de esos países deben “cumplir los Acuerdos Migratorios suscritos”, que establecen que los emigrantes ilegales interceptados en el mar deben ser devueltos a la isla, así como el transporte secuestrado.