EL MUNDO
› SADDAM ACUSA A TONY BLAIR Y A W.
Les habló el amigo invisible de la resistencia
Por J.M. Velázquez-
Gaztelu *
Desde Bagdad
Una voz que aseguró ser la de Saddam Hussein aprovechó ayer el 35º aniversario de la llegada al poder del partido Baas en Irak para acusar al presidente de EE.UU., George W. Bush, y al primer ministro británico, Tony Blair, de mentir sobre las armas de destrucción masiva para justificar la guerra. En un mensaje de audio de cinco minutos de duración difundido por las televisiones árabes Al Jazeera y Al Arabiya, el supuesto Saddam hace un llamamiento a la resistencia contra EE.UU., cuyas Fuerzas Armadas reconocen por primera vez que se enfrentan a una verdadera guerra de guerrillas en Irak. La nueva cinta apareció mientras en Faluja, uno de los centros de la resistencia sunnita a la ocupación, se registraba una manifestación por la vuelta de Saddam Hussein.
“¿Qué dirán Bush y Blair a sus pueblos y al mundo? –se pregunta la voz atribuida a Saddam–. Sus argumentos estaban equivocados y no tenían fundamento. El presidente de EE.UU. y el primer ministro británico sabían que todo era mentira cuando decidieron hacer la guerra con Irak.” El mensaje, cuya difusión coincidió también con la visita de Blair a Washington, critica al Consejo de Gobierno iraquí formado a instancias de EE.UU., al que acusa de ser un títere manejado por Washington e Israel. “¿Cómo puede el pueblo beneficiarse de unos empleados nombrados por los ocupantes extranjeros?”, se cuestiona el supuesto Saddam. “¿Qué puede ofrecer que no sea más que la voluntad de los ocupantes?” El Consejo, agrega la grabación, “ha sido creado por voluntad de los extranjeros y por lo tanto es un servidor de los extranjeros y no un servidor del pueblo”.
Según muchos iraquíes que escucharon el mensaje, la voz es muy parecida a la de Saddam y las referencias a acontecimientos como la formación del Consejo de Gobierno indican que la grabación es reciente. El pasado 4 de julio, coincidiendo con la fiesta nacional de EE.UU., otro mensaje atribuido a Saddam aseguraba que éste se encontraba en Irak junto a algunos de sus más estrechos colaboradores. La CIA señaló entonces que muy probablemente se trataba del derrocado dictador iraquí, que no ha sido visto en público desde el 9 de abril, cuando las tropas norteamericanas entraron en Bagdad. EE.UU., que ofrece 25 millones de dólares a quien proporcione información fidedigna sobre su paradero, ha puesto en marcha sin éxito varias operaciones para capturarlo.
Como ya hiciera el 4 de julio, el supuesto Saddam llama en su nueva grabación a la “guerra santa” contra el invasor y pide a los iraquíes que no colaboren con las tropas norteamericanas. “El enemigo quiere debilitar Irak y la única solución es resistir la ocupación mediante la Jihad para causar bajas y expulsar al enemigo de Irak”, manifiesta.
Horas antes de que se difundiese el mensaje, el nuevo jefe del mando central de EE.UU., general John Abizaid, declaró que sus tropas están haciendo frente a una guerra de guerrillas en Irak. Es la primera vez que un jefe militar estadounidense reconoce que existe algún tipo de coordinación entre quienes hostigan a sus tropas con coches-bomba, granadas y disparos de fusil. El general Abizaid responsabilizó de esos ataques a miembros de nivel medio del partido Baas y ex soldados de la Guardia Nacional que suelen actuar en “células” de seis u ocho personas. Según el sustituto del general Tommy Franks, en el acoso a sus soldados participan también “grupos terroristas significativos”, entre los que podría estar Ansar al Islam, organización fundamentalista vinculada a Al Qaida.
Aunque ayer no se produjo ningún incidente de importancia, las tropas de Estados Unidos estuvieron todo el día en estado de alerta ante la posibilidad de que los leales a Saddam utilizaran el 35º aniversario de la llegada al poder del partido Baas para llamar la atención con algún atentado espectacular. Los norteamericanos redujeron su presencia en las calles, y las oficinas y negocios de Bagdad funcionaron a media máquina, ya que mucha gente optó por quedarse en casa. El 17 de julio era fiesta nacional en la época de Saddam y durante la jornada solían celebrarse desfiles y conmemoraciones en todo el país. El nuevo Consejo de Gobierno decidió el pasado domingo anular la festividad.
Los norteamericanos, que vienen sufriendo una media de 13 ataques al día, han perdido 33 soldados desde el pasado 1º de mayo, cuando Bush dio por terminadas las grandes operaciones de combate en Irak. Los ataques están minando la moral de unos soldados que, en algunos casos, ocupan en la zona desde septiembre pasado. Unos 16 mil integrantes de la Tercera División de Infantería, la primera en entrar en Bagdad, recibieron esta semana la mala noticia de que no regresarán a casa a finales de julio, como estaba previsto, sino que su presencia en Irak será, por ahora, indefinida.
* De El País de Madrid, especial para Página/12.