EL MUNDO
Disparos en la delgada línea roja entre las dos Corea en conflicto
Ayer se registró un tiroteo de un minuto en la zona desmilitarizada que divide a las Corea, sin que se registraran víctimas. El hecho toma relevancia en momentos de tensión internacional por el programa nuclear con que Corea del Norte desafía a EE.UU y a sus vecinos.
La zona desmilitarizada entre las dos Corea se calentó en la madrugada de ayer con un breve tiroteo entre las tropas norcoreanas y surcoreanas. Soldados norcoreanos dispararon cuatro ráfagas de ametralladora que dieron en el muro de un puesto de guardia surcoreano y los soldados de Seúl respondieron con 17 ráfagas de ametralladora M-60, refirió el coronel Lee Hong-Gi, del estado mayor de Corea del Sur. Los disparos entre los guardias fronterizos duraron aproximadamente un minuto. Las tropas surcoreanas no señalaron víctimas, pero se ignora si algún norcoreano resultó herido. El tiroteo sucede en momentos en que se intensifican los esfuerzos diplomáticos para terminar con la crisis provocada por las ambiciones nucleares de Corea del Norte. En este sentido, el embajador de Estados Unidos en Moscú, Alexander Vershbow, instó ayer a la comunidad internacional a centrar su atención en la crisis con el régimen comunista de Pyongyang antes de que sea tarde. Corea del Norte es “la mayor amenaza para la paz y la estabilidad globales”, alertó el funcionario.
En una gota más que llena el vaso de la tensión en la península de Corea, Vershbow recordó que Corea del Norte es aún parte del “eje del mal”, como lo definió Washington. El embajador recordó que el régimen norcoreano ha afirmado que posee ya plutonio para fabricar seis bombas nucleares, e incluso podría tener ya ese tipo de armas. “Rusia ayudará a persuadir a Corea del Norte para que interrumpa su desarrollo de armas nucleares y vuelva a todos los acuerdos internacionales firmados antaño”, dijo Vershbow. Estados Unidos preferiría que Rusia tuviera un papel de mediación aparte, por su condición de antiguo aliado de Pyongyang. Moscú acepta ese papel mediador y señala que hay “que tomar en serio” la posibilidad de que Corea del Norte pueda estar cerca de la obtención de cabezas atómicas.
China, Estados Unidos y Corea del Norte mantuvieron en abril conversaciones trilaterales en Pekín luego de que Pyongyang anunciara la reanudación de su programa nuclear a fines del año pasado. Pekín urgió a Pyongyang y a Washington a volver al acuerdo de 1994, por el cual la Casa Blanca y sus aliados se comprometieron a suministrar anualmente 500 mil toneladas de combustible y dos reactores para uso civil a Corea del Norte, si este país congelaba por completo su programa nuclear militar. Ese formato tripartito de diálogo en realidad no cuenta con las simpatías de norcoreanos ni de estadounidenses, partidarios los primeros de un encuentro bilateral y los segundos de conversaciones multilaterales.
El viceministro de Relaciones Exteriores de China, Dai Bingguo, viajó a Washington para informar sobre su reciente visita a Pyongyang y delinear el formato de un nuevo diálogo con Corea del Norte. “Hasta donde sé, y por lo que hemos estado hablando con los chinos, Corea del Norte desea celebrar otra ronda de diálogo que puede ser ampliada”, explicó un funcionario bajo condición de anonimato. En tanto, la Casa Blanca se prodiga en alabanzas a China, que durante semanas ha intentado que Washington y Pyongyang se pongan de acuerdo sobre dónde, cómo y cuándo proseguir las negociaciones. “China ha sido muy útil porque reconoce que no deberíamos tener una península nuclear”, dijo el nuevo portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan.
En paralelo, funcionarios surcoreanos dijeron que el tiroteo podría haberse producido por accidente, aunque el coronel Lee Hong-Gi no descartó que pudiese tener conexión con los últimos esfuerzos diplomáticos para solucionar la crisis nuclear. El enfrentamiento tuvo lugar mientras los veteranos de la Guerra de Corea se preparaban para una ceremonia histórica en la aldea fronteriza de Panmunjom, que conmemorará el 50º aniversario de la firma del cese del fuego, el 27 de julio de 1953, poniendo fin a los tres años de guerra. Este tiroteo, que tuvo lugar cerca de Yoncheon, a unos 50 kilómetros al nordeste de Seúl, fue la primera escaramuza terrestre desde el 27 de noviembre de 2001, cuando las tropas de los dos países intercambiaron algunos disparos. Un enfrentamiento naval dejó seis soldados surcoreanos muertos el 29 de junio de 2002. Y en junio de 1999, un incidente similar causó la muerte de docenas de marinos norcoreanos.
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