Vie 13.09.2013

EL MUNDO  › OPINION

Dos Poemas con Chile

› Por Rodolfo Alonso *

Quizás estos dos poemas, escritos uno a muy pocos días del golpe y el otro bastante después, deberían haberse publicado el 11 de septiembre, cuadragésimo aniversario del primer zarpazo de la sangrienta garra pinochetista sobre Chile. Pero, en realidad, acaso sea mejor así. Porque el pensamiento vivo de Salvador Allende es el que se está concretando, cada día, en las nuevas democracias soberanas de América del Sur, unidas como nunca y como nunca atentas cada una a su propia identidad, a su propio camino dentro del destino general, en su gran mayoría ampliando las libertades constitucionales y los derechos humanos con la inclusión popular y la justicia social. Como quería Allende.

Ay, Chile

Me duele el corazón
pero me duelen
también el hígado, las manos, los riñones,
y también los testículos
y el alma.

Ay Chile, ay amor mío.

Los pequeños mendigos
de mi patria
que duermen en los subtes
no me han visto llorar.

(Buenos Aires, 19-9-1973)

Aquel Allende

Como un endecasílabo curioso
Avanzará la tarde a manos llenas
Y se abrirán las grandes alamedas
En nuestro desolado corazón

Estallarán en luces los opuestos
Y no se negarán contradicciones
Habrá ricos de amor cuando lo quieran
Y se abrirán las grandes alamedas

Al fin restañará su aura el obrero
Soldándonos de a uno uno a uno
Y no toda la luz será de sombra

Y se abrirán las grandes alamedas
Hacia lo que nos queda por hacer
Hacia lo que nos queda por vivir

(Buenos Aires, 17-2-2002)

* Poeta, traductor y ensayista argentino.

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