Mié 25.09.2013

EL MUNDO  › MENSAJE AL PARTIDO OPOSITOR DE SU LíDER ED MILIBAND A DOS AñOS DE LAS ELECCIONES

Laborista, populista y keynesiano

En el marco del congreso anual partidario, el líder laborista británico Ed Miliband presentó sus propuestas con un mensaje populista, keynesiano y algún que otro guiño a la derecha, todo transmitido en directo por la BBC.

› Por Marcelo Justo

Desde Londres

El dilema del Partido Laborista en la oposición ha sido si girar a izquierda, derecha o buscar ese elusivo y casi mitológico “centro” que, según muchos analistas y políticos, es el preferido por la mayoría de los británicos. Este martes, en el marco del congreso anual partidario, el líder laborista Ed Miliband intentó zanjar la cuestión con un mensaje populista, keynesiano y algún que otro guiño a la derecha, todo transmitido en directo por la BBC. “David Cameron dice que Gran Bretaña está en una competencia global. Lo que no dice es que para ganar necesita que ustedes pierdan, que tengan salarios más bajos, trabajos más precarios y que la competencia sea al menor postor”, señaló Miliband.

Desde que fue elegido líder partidario en 2010 luego de la primera derrota electoral laborista en trece años, Miliband intentó evitar el dilema izquierda-derecha, amparándose en que faltaba mucho para las elecciones de 2015 y que no podían atarse las manos con promesas fijas en medio de una realidad cambiante. Pero los números no lo acompañan. Según un sondeo de la semana pasada, después de más de un año de cómoda ventaja en las preferencias de voto, los conservadores se han puesto cabeza a cabeza con los laboristas de la mano de una tímida recuperación económica.

El congreso anual partidario le sirvió a Miliband para lanzar una plétora de anuncios que pusiera sustancia a sus críticas al gobierno. El laborismo prometió construir 200 mil nuevos hogares, disminuir los impuestos para un millón y medio de pequeñas empresas, revertir el desalojo de viviendas populares, reforzar el salario mínimo y la capacitación de los trabajadores y congelar las tarifas de gas y electricidad, pesadísimas durante el duro invierno británico. “Tenemos una crisis del costo de la vida y de trabajos muy mal pagos. Los que ganan en nuestra economía son los privilegiados”, señaló Miliband.

En un guiño a temas que suele impulsar la derecha y que se han vuelto muy populares en una Europa que busca chivos expiatorios a su crisis, Miliband indicó que en su primer año de gobierno introduciría una ley inmigratoria para obligar a las compañías a capacitar a un “aprendiz” por cada trabajador extranjero extraeuropeo que empleen y que obligaría a las firmas a pagar el salario mínimo para que no usen a los inmigrantes como herramienta para bajar costos, desplazando a los trabajadores británicos.

El discurso de Miliband de más de una hora y sin notas obtuvo una extraordinaria ovación de los miles de miembros del partido presentes en el congreso. Como era de prever, los conservadores y liberal-demócratas lo criticaron, señalando que sus promesas eran un regreso a la vieja política laborista de “más impuestos y más gastos” y que terminarían costando puestos de trabajo. Los representantes de las grandes empresas, nucleados en torno de la Confederación de Empresas Británicas (CBI), también criticaron que se buscara dar marcha atrás con uno de los “grandes logros” del gobierno de coalición: la reducción impositiva a las grandes corporaciones que ellos representan.

El gran enigma ahora es el electorado. Las encuestas muestran que el primer ministro David Cameron es más popular que Miliband. Pero los sondeos están llenos de paradojas. A pesar de este menor carisma, una amplia mayoría piensa que Miliband puede ubicarse en el papel del ciudadano de a pie, mientras que Cameron es percibido como un irredento miembro de las clases privilegiadas.

La economía será fundamental. El gobierno ha celebrado un crecimiento del 0,9 por ciento en el último trimestre después de tres años (2010-2013) de un aumento casi nulo del Producto Interno Bruto (PIB). Este crecimiento, sin embargo, es idéntico al que había en vísperas de las elecciones de 2010, cuando el estímulo fiscal aplicado por el último gobierno laborista para contrarrestar los estragos causados por el estallido financiero de 2008 comenzaba a reflejarse en la economía.

Esa incipiente recuperación fue ahogada por el violento ajuste presupuestario anunciado por el nuevo gobierno, equivalente a unos 140 mil millones de dólares en cinco años, pero los conservadores consiguieron atribuirle al “despilfarro laborista” la responsabilidad de la crisis. Con la invalorable ayuda de los medios inclinados a la derecha, el electorado sigue comprando esta narrativa de los hechos.

El nuevo mensaje laborista apunta a quienes han sido los perdedores de un ajuste sin precedentes del Reino Unido. En una frase muy celebrada, Miliband dijo en relación con la tímida recuperación económica que “solía decirse que una marea ascendente elevaba las embarcaciones de todos, pero ahora sólo eleva los yates”. Si consigue imponer esta visión, tendrá mucha más chance de ganar las elecciones de 2015, más allá de los avatares de la economía británica.

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