EL MUNDO › SE QUEDA PARA INTENTAR UN ACUERDO QUE PERMITA REABRIR EL GOBIERNO Y EVITAR LA CESACION DE PAGOS
La decisión de no asistir a dos cumbres clave desde el punto de vista comercial con sus socios del Pacífico tiene como objetivo lograr un consenso que permita que centenares de miles de empleados federales vuelvan a sus trabajos.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, canceló su asistencia a las cumbres de Indonesia y Brunei, en cuyo marco se reuniría con Vladimir Putin, anunció la Casa Blanca al culminar el tercer día de paralización administrativa debido a que demócratas y republicanos no lograron aprobar el presupuesto federal. La decisión de no asistir a dos cumbres clave desde el punto de vista comercial con sus socios del Pacífico tiene como objetivo impulsar las negociaciones para lograr un acuerdo que permita que centenares de miles de empleados federales vuelvan a sus trabajos.
“El presidente tomó la decisión basándose en la dificultad de seguir adelante con un viaje al extranjero de cara a la paralización del gobierno y en su determinación de seguir presionando para que los republicanos permitan inmediatamente una votación para reabrir las oficinas gubernamentales”, dijo la Casa Blanca. La suspensión del viaje impedirá concretar una reunión bilateral entre los presidentes de Rusia y Estados Unidos, que se llevaría a cabo en Bali (Indonesia), para tratar los temas de Siria e Irán. Ambos líderes tenían previsto abordar el conflicto sirio, en particular el acuerdo para destruir las armas químicas de ese país, y el presunto desarrollo de armas nucleares por parte de Irán. Previamente, Obama había cancelado las visitas a Malasia y Filipinas que realizaría en la misma gira, la cual se iba a iniciar el sábado y duraría una semana.
El secretario de Estado, John Kerry, sustituirá a Obama en ambas cumbres, la del Foro de Cooperación Económica de Asia Pacífico, prevista en Bali, Indonesia, y la de seguridad en Asia, en Brunei.
El enfrentamiento entre demócratas y republicanos por el presupuesto federal precede un debate de mayor envergadura: ambos partidos deberían ponerse de acuerdo sobre un incremento de la deuda antes del 17 de octubre para evitar que Estados Unidos caiga en una cesación de pagos. Hasta ahora, los republicanos han exigido que Obama suspenda la aplicación de su ya famosa reforma sanitaria con la que dio cobertura médica a todos sus compatriotas a partir del pasado 1º de octubre.
Sin embargo, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John A. Boehner, adelantó el jueves que su partido no iba a permitir que el país entre en default, lo que desataría una crisis que afectaría a todo el mundo. Con esta declaración, Boehner, líder del establishment republicano, habría tomado distancia de sus correligionarios ultraderechistas, aglutinados sobre todo en el Tea Party y enemigos acérrimos de otorgar cualquier beneficio social, incluida la reforma sanitaria.
Boehner, acusó ayer a los demócratas de tratar como si fuera “un juego” la paralización parcial de la Administración y los instó a negociar y afrontar “el problema de gasto público”. En una conferencia de prensa, Boehner afirmó que el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, “no está dispuesto a hablar” hasta que los republicanos dejen de atacar la reforma sanitaria, culpando al proyecto llamado “Obamacare” por la búsqueda de un acuerdo presupuestario. “Su actitud es ‘no nos importa cuánto dure esto, porque estamos ganando’. Esto no es un maldito juego”, exclamó Boehner.
El comunicado de la Casa Blanca criticó fuertemente a los republicanos, a los que culpó por la cancelación de la gira. “Esta paralización completamente evitable está afectando nuestra capacidad para crear empleos mediante la promoción de las exportaciones de Estados Unidos, y la defensa del liderazgo y los intereses de Estados Unidos en la mayor región emergente del mundo”, subrayó.
Al problema del cierre del gobierno se une, cada vez más peligrosamente, el temor a otra crisis inminente: la que se creará si el Congreso no aprueba, en los próximos días, un aumento del techo de la deuda. El Departamento del Tesoro ya advirtió que se quedará sin fondos suficientes para hacer frente a sus deudas contraídas el 17 de octubre a más tardar, por lo que Estados Unidos corre el peligro, muy real, de caer en default, con todas las enormes consecuencias negativas que ello traería para el país e incluso para la economía global, que aún no se recupera de la última crisis.
En la página web de la Oficina de Estadísticas del Departamento de Trabajo, una “información especial” notifica que, desde el lunes 30, el día previo al cierre del gobierno, la página fue actualizada. “Debido al período de cierre, la Oficina no recolectará datos, no emitirá informes ni responderá a consultas públicas. La ausencia de los datos del desempleo, cifra que, entre otros, le sirve a la Reserva Federal para orientar su política monetaria, se convierte así en una de las señales más visibles del cierre del gobierno, que desde la medianoche del lunes al martes ha mantenido prácticamente paralizadas las instituciones públicas no vitales.
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