Sáb 12.10.2013

EL MUNDO  › OBAMA SE REUNIO CON CUARENTA SENADORES REPUBLICANOS; NO HUBO ACUERDO

Parálisis fatal en Washington

El encuentro, a puertas cerradas, tuvo lugar en la Casa Blanca y duró una hora y media. Al término de la reunión, la senadora republicana Susan Collins la calificó de “buena” pero “inconclusa”, aunque destacó que hay progresos.

Una delegación de cuarenta senadores republicanos discutió ayer con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, una nueva propuesta para destrabar las negociaciones entre el Congreso y la Casa Blanca por el nuevo techo de la deuda pública, en una nueva reunión sin resultados.

La propuesta en la que están trabajando los senadores republicanos y que presentaron a Obama contempla la reapertura de la Administración federal, parcialmente paralizada desde hace once días por falta de fondos, y un aumento del techo de la deuda por tres meses, hasta final de año.

En la reunión de ayer se trató también la propuesta que los republicanos de la Cámara de Representantes entregaron anoche a la Casa Blanca, que incluye elevar el techo de la deuda por seis semanas, hasta el 20 de noviembre, y la reapertura de la Administración durante la próxima semana. No obstante, ese plan incluye la exigencia de recortes de gastos en algunos programas sociales, entre ellos el Medicare para ancianos y jubilados, y Obama ya había informado que lo rechazaba, por más que, según CNN y The Washington Post, sea votado esta misma tarde en la Cámara baja.

El encuentro, a puertas cerradas, tuvo lugar en la Casa Blanca y duró una hora y media. Al término de la reunión, la senadora republicana Susan Collins la calificó de “buena” pero “inconclusa”, aunque destacó que hay progresos en las conversaciones. Sus otros colegas no hicieron declaraciones.

Los republicanos están usando el vencimiento del plazo para el incremento del techo de la deuda federal –atribución parlamentaria– para presionar a Obama e imponer una demora en la aplicación de la reforma de salud que impulsa el Ejecutivo. De no llegarse a un acuerdo, se corre el riesgo de que a partir del 17 de octubre se paralice el Estado central y el país entre en cesación de pagos.

El jueves a la noche, Obama firmó una ley para permitir que se vuelvan a pagar las ayudas a los familiares de militares fallecidos, suspendidos hasta ahora debido a la paralización parcial de la Administración, luego de que la norma respectiva, propuesta en la Cámara de Representantes, fue aprobada por el Senado.

El Pentágono paga normalmente 100 mil dólares a cada familia en los tres días siguientes a la muerte de un militar, una suma destinada a cubrir gastos como los del funeral y el entierro, una ayuda que fue suspendida hace diez días por el cierre parcial del gobierno federal. Esta ley es la segunda excepción que la Casa Blanca hace de su negativa a aprobar medidas que permitan reactivar sólo una parte de la Administración, junto a la legislación que Obama firmó minutos antes de entrar en vigor la paralización para seguir pagando a los militares que se encuentran en activo.

Por otra parte, los ministros de Finanzas y jefes de los bancos centrales del G-20 llamaron a Estados Unidos a poner rápidamente fin a las disputas partidarias que tienen cerrado el gobierno y en duda el aumento del techo de la deuda, tras su reunión anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington. “Estados Unidos debe actuar rápidamente para abordar las incertidumbres fiscales de corto plazo”, indicaron en su breve declaración.

Sin embargo, no hicieron mayores precisiones acerca del bloqueo presupuestario por la falta de consenso entre demócratas y republicanos, y que ha llevado a un cierre administrativo del gobierno que tiene a cientos de miles de funcionarios en casa y sin paga desde hace casi dos semanas. Además, si no se eleva el límite del techo de la deuda, la mayor economía del mundo podría entrar en cesación de pagos en pocos días, con “devastadoras” consecuencias para la economía global, como ya ha advertido repetidamente el FMI en los últimos días.

Tras la reunión del G-20, en el que Rusia ostenta la presidencia pro tempore, el ministro ruso de Finanzas, Anton Siluanov, dijo que durante su encuentro se discutieron posibles consecuencias de un fracaso de Washington en lograr un consenso que desactive la amenaza de default.

Con todo, aseguró, “el optimismo ganó” a las visiones más pesimistas, en vista de que los estadounidenses les aseguraron a sus colegas del G-20 que están haciendo todo lo posible para desbloquear el impasse. La amenaza de un default de Estados Unidos, si no logra un acuerdo para ampliar el techo de la deuda antes del 17 de octubre, está ensombreciendo un encuentro anual del FMI y el Banco Mundial, que también mira con preocupación la desaceleración de algunas de las economías emergentes clave que durante los últimos años de crisis fueron el motor global.

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