El canciller de Francia, Laurent Fabius, renovó ayer en París ante su par estadounidense, John Kerry, el pedido de explicaciones por el “inadmisible” espionaje de Estados Unidos contra ciudadanos y políticos franceses que hizo saltar la alarma en España, que se quejó ante el silencio de Washington. “El jefe de la diplomacia francesa renovó ante Kerry nuestra demanda de explicaciones ”, indicó el portavoz de Quai d’Orsay, la Cancillería gala, Romain Nadal, mediante un comunicado.

A partir de las filtraciones del ex analista de la CIA Edward Snowden, el diario francés Le Monde publicó el lunes que en sólo 30 días –del 10 de diciembre de 2012 al 8 de enero de 2013– la Agencia Nacional de Seguridad norteamericana (NSA) recopiló datos correspondientes a 70,3 millones de llamadas telefónicas en Francia. Le Monde subió ayer la apuesta y poco después del encuentro entre Fabius y Kerry publicó nuevos documentos de la NSA, en los que se detallan los métodos utilizados para vigilar los diplomáticos franceses en Washington y Nueva York.

Uno de ellos, fechado el 10 de septiembre de 2010 y calificado de secreto por la NSA, pone en evidencia el programa Genie sobre la implantación a distancia de dispositivos de escucha en las computadoras.

En el artículo se menciona la vigilancia de la embajada francesa en Washington, identificada con el código de “Wabash”, y la representación francesa ante la ONU en Nueva York, con el de “Blackfoot”.