EL MUNDO › COLOQUIO SOBRE EL PLAN DE EXTERMINIO CONJUNTO DE LAS DICTADURAS SUDAMERICANAS
Los panelistas pusieron de relieve la trascendencia que tuvo el Plan Cóndor, su carácter multinacional y criminal, las víctimas que provocó y cómo reactivó el concepto de justicia universal.
› Por Eduardo Febbro
Desde París
El Colectivo Argentino por la Memoria con el respaldo activo de la embajada argentina en Francia y del senador Jean Desessard organizaron en París un espléndido coloquio internacional sobre el Plan Cóndor. Tres décadas después de la recuperación de la democracia en la Argentina y cuando transcurrieron 21 años del descubrimiento de los llamados “archivos del terror” por parte del activista y defensor de los derechos humanos paraguayo Martín Almada, el coloquio que se celebró en el Senado francés abordó la cadena polifónica de este eje del mal compuesto por las dictaduras de América del Sur.
Los principales actores judiciales y los activistas de derechos humanos que intentaron e intentan desentrañar los meandros aún ocultos del Plan Cóndor estuvieron presentes en la capital francesa: desde el juez español Baltasar Garzón, Alicia Bonet-Krueger y Estela Belloni –respectivamente presidenta y cofundadora del Colectivo Argentino por la Memoria–, el mismo Martín Almada, el periodista norteamericano John Dinges, el profesor e investigador Gabriel Peries, la fiscal de la Audiencia Nacional de España, Dolores Delgado García, hasta la abogada francesa Sophie Thonon, el fiscal argentino Miguel Angel Osorio, el abogado chileno Eduardo Contreras o el director general de Derechos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores, Federico Villegas Beltrán. Todos pusieron de relieve la trascendencia que tuvo el Plan Cóndor, su carácter multinacional y criminal, las víctimas que provocó y, a su manera paradójica, el papel que desempeñó en la reactivación del concepto de justicia universal que desembocó en el arresto del dictador Augusto Pinochet en Londres.
“El Plan Cóndor es parte de algo mucho más complejo”, resaltó el fiscal Miguel Angel Osorio mientras que Eduardo Contreras, defensor de las familias de las víctimas chilenas, destacó que “al Plan Cóndor le debemos la muerte de muchas personas en América latina”. Para Contreras, “este acuerdo siniestro urdido en Estados Unidos, y hecho suyo por los generales dictadores de la época, provocó mucho dolor, pero también nos ha unido a todos en la búsqueda común de recuperar la memoria, la verdad, la justicia y la reparación”. En este contexto preciso, el juez español Baltasar Garzón puso de relieve los avances realizados en la Argentina en materia judicial: “La Argentina puede estar orgullosa de ser un ejemplo mundial”, dijo Garzón. Lejos de haber terminado, el ciclo de las investigaciones continúa al ritmo de los nuevos descubrimientos. A este respecto, Martín Almada recordó que “inicialmente los archivos del terror eran tres toneladas. Ahora serán cinco”. Pese a las evidencias, las Justicias no están siempre dispuestas a enjuiciar a los culpables. Almada dijo a Página/12 que “debido a la impunidad que impera en Paraguay se tuvo que recurrir a la Justicia argentina”.
El periodista norteamericano John Dinges, autor del libro Los años Cóndor, cómo Pinochet y sus aliados llevaron el terrorismo a tres continentes, detalló la dimensión internacional del dispositivo represor y “las evidencias que esa internacionalización permitió rescatar. El hecho de que el Plan Cóndor haya sido internacional llevó a que se escapara del control de los gobiernos individuales y eso condujo a los juicios internacionales”. Esos juicios tienen, desde luego, un punto central: el caso del dictador Augusto Pinochet asumido por el juez Baltasar Garzón.
La fiscal de la Audiencia Nacional de España, Dolores Delgado García, recordó a la vez con orgullo y con nostalgia que esa intervención de una Justicia exterior fue “un paréntesis que luego se cerró, pero que marcó un antes y un después”. Pero antes de que ese paréntesis desapareciera intervino un hecho mayor que el abogado Eduardo Contreras califica como trascendente: “La detención de Pinochet en un país distinto consagró el principio de justicia universal”.
La Argentina, Chile, Bolivia, Paraguay, Brasil y Uruguay, las dictaduras de aquella época, colisionaron para “obtener información y detener a adversarios políticos”, según recordó Dolores Delgado García. “Esa coordinación las llevó incluso a actuar en Estados Unidos”, destacó el fiscal Miguel Angel Osorio cuando se refirió al asesinato del diplomático chileno Marcos Orlando Letelier, ultimado en Washington por agentes del régimen militar de Pinochet en 1976.
La fiscal de la Audiencia Nacional también rescató el hecho de que la detención en Londres de Pinochet reveló en toda su profundidad los aspectos más escondidos de la represión al tiempo que asestó un golpe severo a la imagen de Pinochet. A este propósito, John Dinges recordó que “el Plan Cóndor fue el argumento jurídico más fuerte que se podía desarrollar para que el caso valiera internacionalmente. Y así fue con un caso específico chileno”.
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