Una decisión del Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil causó una estampida de reacciones en los partidos políticos, acostumbrados a tejer todo tipo de alianzas a nivel regional, provincial y nacional ante las contiendas electorales. La decisión consiste en obligar a los partidos a repetir a nivel provincial las mismas coaliciones establecidas a nivel nacional. Mientras el presidente Fernando Henrique Cardoso se mostró satisfecho, el candidato presidencial por el Partido de los Trabajadores Luiz Inácio Lula da Silva sostuvo que la medida –cuyo partido apelará– “obliga a todo el mundo a ir para el lado del gobierno”. Solamente las elecciones de octubre permitirán ver las consecuencias políticas de las nuevas alianzas.
Desde este año, las coaliciones electorales de los distintos estados tendrán que repetir las alianzas conformadas a nivel nacional, por lo que si dos o más partidos se unen para la elección presidencial no podrán formar otro tipo de alianzas en el resto de los estados. Según Lula da Silva, su partido, el PT, va a ser uno de los menos afectados. Lula también aseguró que el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) del presidente Cardoso y su principal socio de la coalición gubernamental, el Partido del Frente Liberal (PFL) van a ser los más perjudicados. Otros, como la gobernadora de San Pablo, Marta Suplicy, sostuvieron que el partido de Cardoso se vería beneficiado. A todo esto, el presidente brasileño se mostró complacido con la decisión. Desde Eslovaquia, Cardoso afirmó: “Nosotros siempre quisimos hacer en el país una reforma política y, de repente, esa reforma comienza a ser hecha”.
En declaraciones al Jornal do Brasil Miro Teixeira, del PDT, cuya consulta sobre la formación de las alianzas derivó en la nueva medida, aseguró que tiende al fortalecimiento de los partidos políticos. Teixeira sostuvo que los caciques regionales se van a ver perjudicados ya que “forman todo tipo de alianzas de acuerdo con sus conveniencias”. La decisión del TSE fue anunciada anteayer en un momento en que las encuestas establecen un empate entre Lula da Silva y la popular gobernadora derechista de Maranhao, Roseana Sarney. Por ello, entre otros cambios, el PFL –partido de Sarney– podría abandonar la coalición de gobierno. En tanto, el PSDB designó como candidato a la presidencia al senador José Serra, que actualmente negocia una alianza con el Partido del Movimiento Democrático Brasileño.
En su intento de conquistar más votos, el PT presentó ayer un proyecto de seguridad que consiste en la creación de un organismo nacional que centralice las acciones.