Cinco cohetes fueron lanzados ayer desde el sur del Líbano hacia Israel, que respondió con una treintena de proyectiles de artillería y una promesa de futuras “acciones preventivas”. El premier israelí Benjamin Netanyahu no dudó en responsabilizar a la organización chiíta libanesa Hezbolá del ataque. El jefe de la misión de la ONU en el Líbano (Finul), Paolo Serra, calificó el intercambio de misiles como un incidente peligroso, pero sostuvo que ambas partes se comprometieron a cesar las hostilidades. Hace dos semanas un grupo de soldados libaneses mató a un soldado israelí que patrullaba la frontera. La tensión entre ambos países se dio el mismo día en que se enterraba en Beirut al político de la oposición libanesa Mohamed Shatah, asesinado el viernes cuando una carga explosiva hizo volar por los aires el auto en el que se trasladaba.