EL MUNDO › EL PAPA HABLO DEL DESAFIO QUE REPRESENTAN PARA LA IGLESIA LAS NUEVAS FAMILIAS
En una nueva reflexión, Francisco se refirió a los hijo de padres separados y a los de padres del mismo sexo y dijo que representan un desafío educativo que requiere de un nuevo lenguaje que les llegue a los jóvenes.
El papa Francisco considera que las distintas realidades personales que se dan en la sociedad actual, como la existencia de hijos con padres del mismo sexo, suponen un desafío educativo nuevo para la Iglesia Católica, sobre todo a la hora de anunciar el Evangelio. Este es uno de los mensajes que el pontífice argentino dio en noviembre en la clausura en el Vaticano de la 82 Asamblea General de la Unión de Superiores Generales (USG) de los institutos religiosos masculinos, recogido por la revista La Civiltá Cattolica y del que ayer se publicó más información. El diálogo fue transcripto y resumido por el director de la revista, Antonio Spadaro, autor también de la entrevista de septiembre pasado, que tanta repercusión tuvo, en la que Francisco criticaba a una Iglesia obsesionada sólo con el aborto y el matrimonio gay.
“Recuerdo el caso de una niña muy triste que al final le confesó a la maestra el motivo de su estado de ánimo: ‘la novia de mi madre no me quiere’”, contó Francisco a los superiores generales de los institutos religiosos. “El porcentaje de chicos que estudia en los colegios y que tienen a sus padres separados es muy elevado. Las situaciones que vivimos hoy, por tanto, plantean nuevos desafíos que para nosotros, a veces, son incluso difíciles de comprender. ¿Cómo anunciar a Cristo a estos chicos y chicas? ¿Cómo anunciar a Cristo a una generación que cambia?”, se preguntó el Papa. “Quien trabaja con los jóvenes no puede detenerse a decir cosas demasiado ordenadas y estructuradas como un tratado, porque estas cosas les resbalan a los jóvenes. Se necesita un nuevo lenguaje”, reconoció.
Por otro lado, Francisco indicó a los religiosos que es necesario que estén atentos a no suministrar a estas nuevas generaciones una vacuna contra la fe y que los pilares de la educación son transmitir el conocimiento, las formas de hacer y los valores, a través de los cuales se transmite también la fe. “El educador tiene que estar a la altura de las personas que educa, debe preguntarse cómo anunciar a Jesucristo a una generación que cambia. La tarea educativa hoy es una misión clave, clave, clave”, aseveró Jorge Bergoglio. “La Iglesia debe ser atractiva. ¡Despertar al mundo!”, agregó.
La Civiltá Cattolica, revista de los jesuitas, orden de la que proviene Francisco, recoge además que en el encuentro del pasado noviembre el papa Bergoglio les contó algunas de sus experiencias en Buenos Aires, arquidiócesis de la que fue titular, en contextos educativos de niños y jóvenes con situaciones familiares complicadas.
El tema de la familia y su pastoral centrará la Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de Obispos –reunión entre el Papa y los obispos de todas partes del mundo que se realiza periódicamente– que se celebrará el próximo mes de octubre en el Vaticano, y que para su preparación la Santa Sede envió un cuestionario a las conferencias episcopales de todo el mundo con preguntas sobre el matrimonio igualitario y el divorcio.
“¿Cuál es la actitud de las Iglesias locales hacia el Estado como promotor de uniones civiles entre personas del mismo sexo y ante las personas que las protagonizan? ¿Qué atención pastoral se puede dar a quienes han elegido vivir bajo este tipo de uniones?”, se pregunta en el documento. En caso de adopciones por parte de parejas del mismo sexo: “¿Qué se puede hacer pastoralmente para transmitir la fe?”, prosigue el cuestionario, que dedica también un apartado a la educación de los niños en lo que la Iglesia llama “matrimonios irregulares” –en un eufemismo que evita referirse tanto a los matrimonios entre dos hombres o dos mujeres o las parejas heterosexuales no casadas– y la forma en la que sus padres se acercan a la Iglesia.
No es la primera vez que Francisco se expresa sobre gays y lesbianas. “Cuando uno se encuentra con una persona así (gay), debe distinguir entre el hecho de ser gay y el hecho de hacer lobby, porque ningún lobby es bueno. Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo? El catecismo de la Iglesia Católica lo explica de forma muy linda esto. Dice que no se debe marginar a estas personas por eso. Hay que integrarlas en la sociedad. El problema no es tener esta tendencia. Debemos ser hermanos. El problema es hacer un lobby”, dijo el pontífice en julio del año pasado, a la vuelta de la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, Brasil. Sin embargo, como cardenal de Buenos Aires, Francisco se había opuesto a la aprobación de la ley de matrimonio igualitario sancionada en 2010, aduciendo que se trataba de “la pretensión destructiva del plan de Dios”.
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