EL MUNDO › PRIMER PASO EN LAS NEGOCIACIONES DE GINEBRA ENTRE EL RéGIMEN SIRIO Y LA OPOSICIóN
En medio de acusaciones cruzadas y de un clima tenso, Damasco dio el visto bueno a un pedido realizado por la oposición y Naciones Unidas antes de comenzar a discutir una solución pacífica a la larga guerra civil.
El régimen de Bashar al Assad permitirá que mujeres y niños abandonen la sitiada ciudad de Homs. En medio de acusaciones cruzadas y de un clima tenso, Damasco dio el visto bueno a un pedido realizado por la oposición siria y Naciones Unidas antes de comenzar a discutir una solución pacífica a la larga guerra civil. El mediador de las negociaciones entre el gobierno y la oposición, Lakhdar Brahimi, anunció desde Ginebra que el gobierno se comprometió a vehiculizar la salida inmediata de las mujeres y los niños de Homs. Y pidió a la oposición una lista con los nombres de los otros civiles atrapados en la ciudad. Según explicó el enviado de la ONU, Damasco quiere asegurarse de que los que salgan sean realmente civiles y no combatientes de la insurgencia.
Asimismo, Brahimi reconoció que se trata de un acuerdo mucho más limitado que el esperado –la ONU había pedido el ingreso a la ciudad de un convoy con ayuda humanitaria–, pero destacó que sacar a Siria del pozo en el que ha caído tomará tiempo. “Creo que ir demasiado lento es mejor que ir demasiado rápido. Si uno corre, puede ganar una hora y luego perder una semana”, explicó el veterano mediador. El casco histórico de Homs, uno de los focos del conflicto armado sirio y uno de los primeros bastiones de la insurgencia, se encuentra cercado por las fuerzas gubernamentales desde hace 18 meses. Desde entonces las organizaciones humanitarias lograron ingresar a la ciudad en contadas oportunidades.
La oposición estima que unas 500 familias se encuentran atrapadas en la zona bloqueada. “Hay un acuerdo con los grupos armados (opositores) que están adentro para no atacar el convoy de ayuda cuanto éste ingrese a Homs”, agregó Brahimi y pronosticó que hoy podrían tener más novedades. El otro tema que dominó las negociaciones del día de ayer fue la liberación de presos. La Coalición Nacional Siria, única representante de la oposición en Ginebra, tomó la iniciativa al denunciar la existencia de 47.000 presos políticos en las cárceles sirias y al pedir la inmediata liberación de 2300 mujeres y menores.
“Hablamos de decenas de miles de detenidos y pedimos que el tema de los prisioneros en general sea tratada de manera separada a la de las mujeres y niños detenidos, a los que queremos ver fuera lo antes posible”, explicó Obaida Nahas, uno de los miembros de la delegación de la oposición, tras la primera reunión que tuvo lugar en la mañana de ayer. En diálogo con la prensa, Nahas aseguró que la reacción de los representantes del gobierno sirio fue hostil.
Sin embargo, el vicecanciller sirio, Faisal Makdad, anunció más tarde que su gobierno considera la posibilidad de un intercambio de prisioneros con la oposición y adelantó que le pidió una lista de personas “de nuestro lado que ellos tienen detenidos”. La oposición, en tanto, rechazó hablar de ese posible intercambio. El vocero de la delegación de la oposición siria, Monzer Akbik, sostuvo tras las reuniones que la insurgencia que lucha contra el gobierno sirio no tiene detenidos civiles.
Pese a ser la única representante de la oposición en el diálogo abierto en Suiza, la Coalición Nacional Siria no representa a todo el frente insurgente y, dadas las últimas fracturas, ni siquiera a la mayor parte de él. Actualmente, los grupos opositores más activos en el norte de Siria son islamistas, algunos de ellos vinculados con Al Qaida, y dirigen una sistemática campaña de ejecuciones de civiles sirios y secuestros de activistas humanitarios y periodistas extranjeros.
Por su parte, la delegación del gobierno reiteró ayer que no vetará ningún tema, pero pidió concentrarse en la resolución de la guerra civil que desangra a su país y ya dejó más de 130.000 muertos y 6,5 millones de refugiados y desplazados. “La oposición se está centrando en asuntos menores cuando lo principal es la paz y la seguridad. Estamos aquí para pensar en grande y encontrar una solución política al conflicto”, reclamó la consejera presidencial Buzaina Shabaan.
Más allá del evidente malestar de Shabaan, Brahimi anunció ayer que el corazón de las negociaciones, es decir, la discusión sobre la posible creación de un gobierno de transición que ponga fin a las hostilidades, no se discutirá hasta el próximo lunes. En sintonía con Brahimi, el canciller ruso, Sergei Lavrov, destacó en una entrevista televisada que los acuerdos preliminares en materia humanitaria podrían fortalecer la confianza y afectar al clima de las negociaciones en Ginebra de cara a las discusiones de los temas de fondo.
Lavrov, junto con su par estadounidense, John Kerry, impulsaron el diálogo de paz entre Damasco y la oposición en Suiza. La discusión sobre un posible gobierno de transición se realizará en base a la resolución de Ginebra I, la cumbre que reunió a las principales potencias mundiales y a algunos vecinos de Siria en 2012, según adelantó ayer uno de los delegados de la oposición, Ahmad Ramadan. Ese texto sostiene que la salida pacífica de la guerra civil siria debe darse a través de un gobierno de transición que incluya a miembros del oficialismo actual y de la oposición.
Mientras la oposición siria y sus aliados, como Estados Unidos y las potencias europeas, interpretan que el texto supone la salida inexorable de Al Assad del poder, Damasco y sus socios, con Rusia a la cabeza, sostienen que los únicos que pueden definir el futuro del mandatario son los sirios en las urnas.
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