El ex presidente del gobierno español, José María Aznar, no asistirá a la Convención Nacional del Partido Popular (PP), que comenzará este viernes en Valladolid, al encontrarse fuera de España, según informaron fuentes cercanas al ex gobernante. La ausencia de Aznar es un duro golpe para el actual presidente Mariano Rajoy, cuya popularidad y la del PP se diluye ante una recuperación económica demasiado lenta. “El hecho de que se anuncie a última hora, y la certeza de que Aznar podría mover su agenda si quisiera, no hizo dudar a nadie: se trata de un plantón en toda regla y un nuevo gesto político de distancia del presidente de honor con su sucesor, que llega después de un 2013 difícil”, publicó ayer el diario El País.

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, aseguró que el partido “obviamente” había invitado a Aznar a acudir y participar en la convención. El ex mandatario había asistido a las tres últimas grandes citas nacionales del PP: las convenciones de Málaga y Sevilla, en 2011, y el congreso del partido de 2012, también celebrado en Sevilla. La decisión de Rajoy y sus ministros de no acudir a la presentación del último libro de Aznar a principios de noviembre fue un síntoma del enfriamiento de las relaciones entre ambos.

“Algunos dirigentes moderados cercanos a Rajoy están satisfechos y creen que es bueno para el presidente romper con este mundo –del que él proviene directamente, el núcleo duro del aznarismo– para centrar su imagen, precisamente ahora que la ley del aborto la ha derechizado. Y creen que es mejor que Aznar dé un plantón a que fuera a Valladolid a lanzar otro de sus discursos incendiarios contra Rajoy en presencia del líder”, explicó El País, que habló abiertamente de una crisis dentro de la derecha española. La ausencia de Aznar se produce en una semana convulsa para el PP, donde se han conocido noticias como la renuncia del ex ministro Jaime Mayor Oreja a liderar la lista del PP a las elecciones europeas o la marcha del partido del veterano dirigente Alejo Vidal-Quadras por su discrepancia con la conducción de los populares.