El mediador en las negociaciones entre el gobierno y la oposición siria en Suiza pronosticó que la primera ronda terminará mañana sin nada sustantivo. Sin embargo, se mostró satisfecho por haber sobrevivido a la primera semana de discusiones. “El hielo se está rompiendo, pero lentamente. Los resultados que logremos probablemente no estarán a la altura de las expectativas de los sirios y la magnitud de la crisis. Pero la gente que está aquí negociando no se había reunido nunca en estos tres años”, señaló el veterano Lakhdar Brahimi a la prensa, al terminar la sexta jornada de negociaciones en Ginebra.

Esta semana la discusión entre el gobierno y la Coalición Nacional Siria, la única representante del heterogéneo frente opositor que fue invitada a Ginebra, se centró en el futuro político del país árabe y, principalmente, la posible creación de un gobierno de transición que ponga fin a la guerra civil. La oposición siria afirmó que las negociaciones de paz dieron ayer un paso adelante positivo porque se abordó de forma concreta la cuestión de la transición, mientras que la delegación de Damasco afirmó que la lucha contra el terrorismo debe ser el primer punto a tratar.

Las dos delegaciones aún difieren en la lectura de la resolución final de la cumbre Ginebra I, establecida en 2012 por las potencias mundiales como hoja de ruta para un eventual acuerdo de paz que termine con la guerra civil siria que ya dejó más de 300.000 muertos y más de 6,5 millones de desplazados. Para la oposición, el texto de Ginebra I establece que la salida al conflicto armado es a través de un gobierno de transición, en el que, según la Coalición Nacional Siria, no puede estar el actual presidente Bashar al Assad.

El gobierno sirio, por su parte, destaca la parte del texto de Ginebra I que pide el fin de las hostilidades y rechaza una transición sin Al Assad. Brahimi reconoció que las dos partes aún están muy lejos de un acuerdo, pero se alegró de seguir reunidos. Pese al optimismo del experimentado mediador, la oposición siria, que llegó a la cumbre de paz muy debilitada y sumida en una crisis de legitimidad frente a gran parte de las milicias insurgentes que combaten en el terreno, advirtió ayer que su paciencia no será infinita.

“Estamos comprometidos con estas negociaciones, pero en algún punto las negociaciones tendrán que parar si no hay progresos y el mediador Brahimi es el principal responsable de hacer eso”, declaró el dirigente opositor y vocero de la delegación negociadora, Louay Safi, al final de la jornada. “En algún momento tendrá que haber un punto final. No podemos estar mes tras mes sin lograr avances”, agregó.

Sobre la situación humanitaria, el vocero opositor reclamó a la comunidad internacional que presionen al gobierno sirio para que deje de asediar poblaciones y matarlas de hambre. El dirigente denunció que el gobierno lanzó ayer bombardeos con barriles (de explosivos) en áreas pobladas en la ciudad de Homs, en el sur del país, y en Alepo, en el norte. “Esto es contraproducente”, se quejó.