Vie 31.01.2014

EL MUNDO  › LOS MISMOS QUE SE OPUSIERON AL MATRIMONIO IGUALITARIO DIFUNDIERON UN FALSO PROGRAMA ESCOLAR QUE GENERO ESCANDALO

Pavor de los padres por la Francia que atrasa

Un rumor propagado por los ultracatólicos por las redes sociales hizo creer a decenas de miles de personas que el gobierno se proponía enseñar la masturbación en los jardines de infantes y dar clases de la teoría de género.

› Por Eduardo Febbro

Desde París

Las líneas que siguen son un reflejo verbal de la realidad, y no una broma fraguada en el corazón de una de las grandes democracias de Occidente. Si alguien duda sobre el poder destructor que pueden alcanzar las redes sociales y los instrumentos de comunicación más avanzados, la última crisis francesa aporta una prueba a la vez demoledora y cómica acerca de la influencia de esos dispositivos en la opinión pública. Un falso rumor propagado por los ultracatólicos a través de Facebook, Twitter y SMS hizo creer a decenas de miles de personas que el Ejecutivo se aprestaba a enseñar la masturbación en los jardines de infantes, a dar cursos sobre la famosa teoría de género al tiempo que le atribuyó a la senadora socialista Laurence Rossignol la siguiente frase: “Los niños no pertenecen a los padres, sino al Estado”. El resultado de esta campaña ha sido devastador: el gobierno se encontró en serios aprietos mientras que miles de padres acataron una huelga y se negaron a llevar a sus hijos a las escuelas. Todo es, sin embargo, falso. Los grupos de ultraderecha y los católicos integristas que el año pasado salieron a la calle para manifestar contra la ley que aprobó el casamiento entre personas del mismo sexo están detrás de esta argucia mentirosa difundida a través de las redes sociales. La mentira dio en el blanco.

La historia pasaría por una anécdota chistosa si no se tratase de una sociedad avanzada como la francesa, y si no hubiese tenido ningún impacto en la realidad. En septiembre del año pasado, el ministro de Educación, Vincent Peillon, y la ministra de los derechos de la mujer, Najat Vallaud-Belkacem, plantearon la idea de llevar a cabo en algunos establecimientos escolares del país una operación destinada a promover la igualdad entre hombres y mujeres. Reciclada por los católicos integristas y la extrema derecha, la idea se convirtió en una amenaza imaginaria articulada en torno de un supuesto programa cuyo objetivo consistía en propagar en las escuelas la teoría de género, es decir, ese principio según el cual ser hombre o mujer es una mera construcción social y no por completo una consecuencia biológica. Miles y miles de padres empezaron a recibir SMS advirtiéndoles de que el gobierno, en nombre de la teoría de género, había dado instrucciones a los maestros para que éstos les enseñaran a los niños el arte de la masturbación e invitaran a transexuales a las clases. Muchos se lo creyeron. El 24 de enero, en una decena de departamentos de Francia, las clases estaban vacías. Aterrorizados ante semejante barbaridad, los padres sacaron a los niños de las escuelas. Delirium tremens.

Los hilos de esta operación perversa por los grupúsculos de extrema derecha y los católicos fanáticos agrupados en diversas asociaciones: JDR, JRE 2014, los fachos del grupúsculo Jour de Colère cercano al ensayista de extrema derecha Alain Soral y a la militante Farida Belghoul, 24heuresactu, Boulevard Voltaire, Egalité et Réconciliation, Manif pour tous, Printemps Français, Action Française, Familles de France. Esos movimientos pertenecen a la órbita más extrema de la derecha y viven en una esfera paranoica. En un artículo publicado a mediados de enero, 24heuresactu, por ejemplo, asegura que el Ejecutivo socialista está estudiando “un informe de la OMS (Organización Mundial de la Salud)”. Dicho informe propone alentar la “masturbación infantil” y permitirle al niño la “expresión de sus deseos sexuales”. El informe existe, pero en ningún caso expresa esas ideas. Sin embargo, el rumor cundió como verdad. Esta nebulosa católico-fascista denuncia una suerte de engranaje lógico donde se asocia al matrimonio entre personas del mismo sexo con la igualdad entre el hombre y la mujer, el ocaso de familia tradicional con la decadencia de la civilización, la ampliación del derecho de aborto con la toxicidad de la inmigración, la cultura laica con la sospecha de que se está buscando reconfigurar a la familia y cambiar la mentalidad de los niños, la obsesión de que se les va a transmitir a los niños cosas de adultos, de que se los va a incitar a cambiar de sexo, a masturbarse y a convertirse en pedófilos.

El catálogo es pesado. La teoría de género ni siquiera es una teoría sino “un estudio de géneros” iniciado en los Estados Unidos en los años ‘60 y ‘70. Sin embargo, los anti inventaron su existencia en las escuelas de Francia y están convencidos de que los socialistas buscan rearmar la sociedad en base a las orientaciones sexuales, las cuales se convierten, así, en el sócalo del derecho y la igualdad. La política gubernamental contra la desigualdad entre el hombre y la mujer no tiene nada que ver con esto sino, más bien, con la igualdad ante los roles sociales del hombre o la mujer. El ministro francés de Educación, Vincent Peillon, respondió a estos delirios: “No escuchen a quienes quieren sembrar la división y el odio en las escuelas. Lo que no-sotros hacemos no es enseñar la teoría de género, yo la rechazo, sino promover los valores de la República y la igualdad entre los hombres y las mujeres”, dijo el titular de la cartera. La llamada facho-esfera logró, con todo, que muchos padres creyeran en esos inventos. Francia se vio así bajo el poder hipnótico de una intoxicación destructora, de un fantasma que, en pleno siglo XXI, gana adherentes en el corazón de sociedades que sustentaron sus progresos en valores totalmente opuestos a los que estas corrientes extremistas promueven.

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