Una multitudinaria concentración de la oposición venezolana exigió ayer el desarme de grupos radicales afines al gobierno, mientras que una masiva marcha de mujeres partidarias del oficialismo exhortó a la paz. Las dos manifestaciones se realizaron sin violencia en zonas distintas de Caracas. El presidente Nicolás Maduro hizo un llamado a una “conferencia nacional por la paz” que fue aceptado, con límites, por el líder opositor Henrique Capriles. El mismo día, se supo que los muertos por la violencia de los últimos diez días ya eran diez. Se confirmó que una estudiante herida en la cara el miércoles en choques callejeros ocurridos entre militantes oficialistas y opositores murió ayer, y que el viernes por la noche un motociclista fue degollado al toparse con un cable metálico colocado como cerco alrededor del lugar donde se realizó ayer la concentración opositora.

La marcha organizada por el gobierno llegó desde la Plaza Morelos, en La Candelaria, hasta El Calvario, que está a espaldas del presidencial Palacio Miraflores, y fue encabezada por la ministra de la Mujer, Adriana Tarazón, convocante junto a la diputada Blanca Eekhout, coordinadora del Gran Polo Patriótico (GPP). “Lucharemos contra las pretensiones fascistas de la derecha. ¡Aquí no habrá ninguna Primavera Arabe! Aquí habrá revolución socialista”, declaró la parlamentaria en rueda de prensa junto a los líderes de los 26 sectores sociales del GPP, poco antes del inicio de la concentración en Plaza Morelos.

Más tarde, el Movimiento de Mujeres por la Vida y por la Paz fue recibido por Maduro, quien les ofreció un mensaje contundente: “Si un día, por estas cuestiones de violencia fascista e imperialista, amanecen ustedes y Nicolás Maduro no está como presidente, porque el fascismo me desapareció, los autorizo a que se lancen a las calles a rescatar la patria, cada milímetro de ella. ¡Que la patria no se pierda nunca, que la patria no se pierda jamás!”.

Maduro explicó que “nadie ha llamado a la violencia sino a la paz” y convocó a la oposición a hacer lo mismo. “Llamo oficialmente a la Mesa de Unidad Democrátrica a que se deslinde definitivamente de grupos violentos, condene y la violencia y desmovilice a grupos fascistas”.

Indignado, el presidente definió la situación como un “golpe de estado continuado” y acusó que “en el mundo están creyendo que soy un dictador, un asesino represor, y la derecha aquí aplaudiendo”. Por eso, Maduro propuso para este miércoles “una conferencia nacional por la paz con todos los sectores”.

El líder opositor Henrique Capriles recogió el guante cuando instó a atender el llamado al diálogo, “pero llevando una agenda de peticiones concretas”. Esto debe incluír una amnistía para los detenidos y “el desarme de grupos paramilitares y radicales”. Las declaraciones fueron en una concentración en el Este de Caracas, con varios miles acompañando a los dirigentes de la alianza Mesa de Unidad Democrática (MUD), donde participó también la esposa del dirigente Leopoldo López, Lilian Tintori, quien entregó un mensaje de aliento a su compañero, que está encarcelado, acusado de instigar y organizar las protestas opositoras. “Deben exigir una amnistía para todos los detenidos, incluyendo a López. Exigimos el de-sarme de los paramilitares. Al pueblo chavista lo respetamos y lo queremos pero no venga ahora Maduro a confundir lo social con los paramilitares, que son grupos con armas que usan sin ninguna consecuencia. Exigimos no palabras vacías, sino que el gobierno ponga hora y fecha para el desarme. Los estudiantes quieren ver el desarme de los paramilitares”, expresó el líder opositor Henrique Capriles.

Capriles señaló que apoya que la protesta sea pacífica y llamó a los estudiantes a convertir las manifestaciones en el “reclamo social más grande de la historia”. “El odio no se combate con odio. Cada vez que Nicolás Maduro abre la boca lo que hace es fomentar la violencia”, recalcó. Sin embargo, confirmó que mañana asistirá a una reunión con gobernadores en el Palacio de Miraflores convocada por el presidente. El ex candidato presidencial sostuvo que irá para buscar soluciones a los problemas del país junto con Maduro, a quien advirtió que no aceptará “monólogos”. También aclaró que su reunión con el jefe de Estado tampoco debe servir para “chantajear” ni para “tomar una foto como si nosotros estuviéramos defendiendo al gobierno”.

Por otra parte, la violencia desencadenada en las últimas semanas se cobró una nueva víctima fatal. Se trata de Geraldine Moreno, quien murió ayer luego de haber sido supuestamente herida con balas de goma por parte de efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en las protestas en contra el gobierno en Carabobo, zona centro del país, dijeron fuentes médicas. La muerte de la joven se sumó a la de un hombre de 29 años que chocó el viernes por la noche con un alambre que estaba cruzado en una barricada que cortaba la Avenida Rómulo Gallegos, en Caracas, mientras iba en su moto, informó el ministro de Interior, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres.

Eel gobierno reactivó las credenciales de los periodistas de la cadena de noticias estadounidense CNN después de haberlas revocado y haberles pedido a los cronistas una “rectificación” en su cobertura sobre las protestas, dijo la corresponsal de la emisora en el país, Osmary Hernández. “Tras la rueda de prensa, nos llamaron del Ministerio de Comunicación e Información (Minci) para activar nuevamente nuestras acreditaciones”, escribió Hernández en su cuenta de Twitter.