El ayatola Seyed Mohamed Said al-Hakim fue blanco de un ataque ayer en Najaf. El religioso resultó con heridas leves en su cuello, pero dos de sus guardaespaldas y su chofer (todos iraquíes) murieron en el atentado, y otras diez personas resultaron heridas. “El gran ayatola está bien y fue evacuado a otra casa”, afirmó Abu Muntazer Al-Abudi, de la oficina de Sayyed Abdel Aziz Hakim, representante de la Asamblea Suprema de la Revolución Islámica en Irak en el consejo de gobierno transitorio. Un detonador conectado a una garrafa de gas estalló detrás de la pared de su oficina cuando entraba en ella después de la oración de mediodía.