EL MUNDO
› LA CASA BLANCA NO REVELA DATOS
Mr. energía Cheney
Un grupo de senadores y legisladores demócratas denunció ayer que Estados Unidos jamás sabrá toda la verdad sobre el trabajo del grupo creado por el vicepresidente Richard Cheney para estudiar asuntos energéticos debido a la “obsesión de la administración Bush con el secretismo”. Los congresistas Henry Waxman y John Dingell, así como los senadores Joseph Lieberman, Ernest Hollings, Carl Levin y Byron Dorgan divulgaron ayer un informe de la Oficina de Contabilidad General (GAO), que investigó, sin mucho éxito, las labores del Grupo sobre Asuntos Energéticos.
En un comunicado conjunto, el grupo demócrata señaló que “la obsesión de la administración Bush con el secretismo es profundamente malsana para nuestra democracia”. “Este informe es una triste crónica de los esfuerzos de la oficina del vicepresidente para ocultar sus actividades al pueblo norteamericano. Si era un problema acerca del número de reuniones con contribuidores de campaña, o si era una política equivocada de secreto, no lo sabemos. Pero no debería sorprendernos que el plan de energía fuese tan ponderado por parte de los que tenían un acceso especial”, agregó el grupo demócrata en el comunicado.
El informe de la GAO –brazo investigador del Congreso– detalla la negativa de la Casa Blanca a entregar información sobre las actividades del grupo especial creado por Cheney para estudiar asuntos relacionados con la política energética. Según el informe de la GAO, el vicepresidente, junto a otros altos cargos del gobierno, controlaron la mayoría del trabajo relacionado con la elaboración de la Política Nacional Energética, desde los horarios, reuniones y agenda hasta la redacción y revisión del documento y la aprobación de sus recomendaciones. El grupo se reunió un número indeterminado de veces con representantes del sector energético, incluyendo las industrias de energía nuclear, petróleo, carbón y gas natural. Debido a la falta de información, la GAO no pudo entregar al Congreso detalles sobre las personas que se reunieron con el grupo de Cheney y tampoco pudo determinar si representantes del poderoso sector energético pudieron haber influenciado las recomendaciones entregadas al presidente George W. Bush.