El gobierno ucraniano admitió la dificultad de que los comicios presidenciales del 25 de mayo se celebren en todo el país. No será posible llevar a cabo las elecciones en muchos sitios en Donetsk y Lugansk, explicó el ministro del Interior, Arsen Avakov. Ambas zonas están bajo control de los separatistas pro rusos que rechazan la votación. Avakov acusó a las fuerzas separatistas de atacar a comisiones electorales y de secuestrar a sus integrantes. Rusia habría replegado ayer tropas apostadas cerca de la frontera con Ucrania. “Vladimir Putin dio la orden al Ministerio de Defensa de devolver las tropas a sus guarniciones debido a la conclusión de los ejercicios que requirieron su desplazamiento a las regiones de Rostov, Belgorod y Briansk”, señaló el Kremlin. Estados Unidos pidió certezas del retiro de tropas rusas. Un alto funcionario estadounidense, que solicitó mantenerse en el anonimato, dijo que esa medida sería bienvenida si se concreta, pero agregó que se necesita “clara y firme evidencia” antes de que Washington pueda expedirse.

A pesar de la situación conflictiva que se vive en el este de Ucrania, donde mandan las tropas pro rusas, Avakov destacó que las elecciones se celebrarán en cualquier caso, también en algunas zonas de Donetsk y Lugansk. Para el servicio secreto ucraniano (SBU, según sus siglas en inglés), hasta ahora murieron 24 miembros de las fuerzas de seguridad ucranianas en enfrentamientos que tuvieron lugar en las zonas más conflictivas. Sin embargo, los separatistas hablan de cientos de efectivos muertos, heridos y apresados en medio de la operación antiterrorista lanzada por Kiev para recuperar el control en ambas regiones.

Por otra parte, los líderes de las milicias pro rusas lamentaron la falta de moral combativa de la población y aseguraron que en lugares como Slaviansk o Karamatorsk apenas hay personas dispuestas a tomar las armas para defender a esas regiones. El ministro de Defensa de la autoproclamada República Popular de Donetsk, Igor Strelkov, convocó a la población, en un mensaje filmado, a unirse lo antes posible a la resistencia contra el gobierno de Kiev y a salvar al pueblo ruso. “Nunca pensé que no encontraría en toda la región ni a mil hombres dispuestos a arriesgar su vida”, se lamentó Strelkov. “En lugar de pelear, cientos de miles se ponen cómodos ante la pantalla de televisión y siguen desde ahí los combates”, afirmó.

Pero es tarea de todos defender su honor y dignidad, agregó Strelkov, para quien, hasta ahora, sólo lucha un pequeño grupo de voluntarios de Rusia y Ucrania. “Sencillamente esperan al ejército de Rusia, que está dispuesto a hacer todo por ellos”, señaló Strelkov, en un discurso en el que calificó de cobardes a los hombres. En un primer momento muchos pidieron armas, recordó, y ahora hay todo un arsenal y casi nadie las toma para defender el territorio ruso. “¿Dónde están los jóvenes?”, se preguntó el líder separatista. Ante la escasez de hombres dispuestos a luchar, Strelkov llamó a las mujeres a unirse a las filas de uniformados armados e instó a llevar adelante una lucha sangrienta contra las tropas del gobierno. El discurso de Strelkov recibió en poco tiempo un millón de visitas en YouTube. El líder separatista está sospechado de actuar por encargo del servicio secreto militar ruso (GRU), y los investigadores de Kiev creen que su verdadero apellido es Girkin.

Según Estados Unidos y la OTAN, Rusia, acusada por Kiev de apoyar a la rebelión armada, disponía de 40 mil soldados desplegados cerca de la frontera con Ucrania en el marco de maniobras militares. La semana pasada, Putin afirmó que esas tropas habían retrocedido, pero funcionarios del gobierno norteamericano dijeron no tener pruebas de movimientos por el momento. “Queremos tener pruebas concretas y claras de esas acciones”, señaló ayer un alto responsable estadounidense, un día antes de la visita del vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, a Rumania y a Chipre.

Asimismo, el jefe del estado mayor de las fuerzas armadas rusas, Valeri Guerasimov, expresó en una conversación telefónica con el presidente del comité militar de la Alianza Atlántica, Knud Bartels, su fuerte preocupación frente al refuerzo de la actividad militar de la OTAN cerca de la frontera rusa, que, advirtió, no contribuye a la seguridad en Europa.

El anuncio del Kremlin tiene lugar mientras en Lugansk y Donetsk siguen registrándose enfrentamientos esporádicos entre insurgentes armados y soldados ucranianos. El Ministerio de Defensa ucraniano anunció ayer la muerte de un soldado en un ataque con mortero de los rebeldes cerca de Slaviansk, uno de los bastiones de la insurrección, rodeado por las tropas regulares. Según el ejército ucraniano, un separatista murió, otros siete resultaron heridos y uno fue capturado en Donetsk.

La violencia, que ya dejó cerca de 130 muertos desde el 13 de abril, cuando comenzó la operación antiterrorista destinada a retomar el control del este, podría obstaculizar los comicios en el este del país. Moscú instó a Kiev a poner fin inmediatamente la operación represiva y la violencia, así como la retirada de las tropas y la solución de todos los problemas existentes por medios exclusivamente pacíficos.

A su regreso de Donetsk, el secretario general adjunto de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Ivan Simonovic, describió la región como un sitio al “borde del hundimiento”, y alertó sobre la posibilidad de que se produzca una “oleada de desplazados” si la situación no mejora.