EL MUNDO › CIERRE DE CAMPAÑA CON COMBATES Y MUERTOS EN UCRANIA
En Kiev, la violencia empañó el fin de la campaña electoral. El gran favorito en los comicios, el multimillonario prooccidental Poroshenko, anuló su último mitin en la capital “debido a la tragedia” de la muerte de dieciocho soldados.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, aseguró que respetará los resultados de la elección presidencial de mañana en Ucrania, pero alertó que el país se encuentra en situación de “verdadera guerra civil”. De hecho, siete personas murieron ayer en combates entre separatistas prorrusos y el ejército ucraniano cerca de Donetsk. El día anterior, las milicias separatistas mataron a 18 soldados, la peor pérdida del ejército desde el inicio de la operación militar destinada a retomar el control del este del país. La ciudad de Slaviansk, bastión símbolo del separatismo prorruso, también registró combates a medida que se acercaban los comicios, clave para el futuro de Ucrania después de seis meses que llevaron al país al borde de la partición. El multimillonario Petro Poroshenko es el gran favorito para ganar la presidencia, seguido de lejos por la ex primera ministra Yulia Timoshenko.
“Según la Constitución, no puede haber elección porque el presidente (destituido Viktor) Yanukovich es el presidente en ejercicio”, declaró Putin en el Foro Económico de San Petersburgo, en el noroeste de Rusia. Pero “nosotros también queremos que vuelva la calma (en Ucrania). Vamos a respetar la elección del pueblo ucraniano”, añadió, y aseguró que Moscú trabajará con las nuevas autoridades. El mandatario ruso denunció también un golpe de Estado respaldado por “nuestros amigos estadounidenses”, en referencia al movimiento de protesta en Kiev que provocó la destitución de Yanukovich y su huida a Rusia a finales de febrero. “El resultado es el caos y una verdadera guerra civil”, lamentó Putin.
El jefe de la diplomacia ucraniana, Andrei Deshtchitsa, saludó las declaraciones de Putin y dijo que esperaba que fueran “seguidas por actos”. El jefe del estado mayor del ejército ruso, el general Valeri Guerassimov, aseguró por su parte que las tropas rusas desplegadas cerca de la frontera con Ucrania regresarán a sus cuarteles durante los próximos veinte días.
En Kiev, la violencia empañó el fin de la campaña electoral, que finalizó ayer a medianoche. El gran favorito en los comicios, el multimillonario prooccidental Poro-shenko, anuló su último mitin en la capital “debido a la tragedia” de la muerte de 18 soldados. En un breve discurso televisivo, el presidente interino, Alexander Turchinov, llamó a todos los ucranianos a acudir a las urnas mañana para dar un “poder legítimo” al país. “Durante los últimos tres meses, nuestros enemigos han intentado desestabilizar el país y abortar el proceso electoral. Pero los ucranianos han demostrado ser más fuertes y sabios”, aseguró. “Al elegir a un presidente completamos la formación en Ucrania de un poder legítimo y responsable”, agregó el presidente.
Según un último sondeo, Poro-shenko confirma su avance con más de 44 por ciento de la intención de voto ante Timoshenko, icono de la Revolución Naranja de 2004 (8 por ciento). El empresario, dueño de la empresa de chocolates Roshen, no tiene asegurada la elección en primera vuelta y quizá deberá esperar a una hipotética segunda vuelta el 15 de junio para convertirse en el quinto presidente de Ucrania.
En un último intento de revertir las encuestas, Timoshenko retó a Poroshenko en el programa político más popular de la televisión ucraniana, pero el multimillonario declinó la invitación. Entre otras cosas, Poroshenko prometió un estatus regional para el ruso, mayores competencias a las regiones, eliminar la figura del gobernador designado por Kiev, la posibilidad de celebrar referendos locales y normalizar relaciones con Rusia en tres meses. “El sudeste de Ucrania es un mito inventado por el Kremlin”, dijo Poroshenko en la campaña.
Mientras, Timoshenko centró su campaña en la lucha contra la corrupción y los oligarcas, en acusar a Rusia de agresión, pedir un aumento del presupuesto militar de hasta el 5 por ciento y prometer la reintegración a Ucrania de Crimea, anexionada por Moscú en virtud del referendo del pasado 16 de marzo. “El presidente ruso, Vladimir Putin, es el enemigo número uno de Ucrania”, expresó al comienzo de la campaña. Además abogó por el estatus oficial para el ruso, pero sólo en las regiones en las que su uso sea mayoritario y prometió la pronta firma de un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, antesala de un futuro ingreso.
Para garantizar una votación sin incidentes, Kiev desplegó 55.000 policías y 20.000 voluntarios. Los separatistas prometieron por su parte impedir la votación en el Este, donde cerca de dos millones de electores podrían enfrentarse a dificultades para acudir a las urnas. De acuerdo con los últimos datos de la Comisión Electoral, más de la mitad (18 de 34) de las comisiones electorales de las regiones de Donetsk y de Lugansk no están en condiciones de funcionar. El jefe del Consejo de Seguridad Nacional y de Defensa, Andrei Parubiy, reconoció que habrá problemas en la organización de los comicios en Donetsk, Lugansk y Slaviansk.
En el ámbito internacional, la canciller alemana, Angela Merkel, exhortó al presidente Putin a reconocer la evaluación de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y de su millar de observadores internacionales sobre la elección. La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, indicó por su parte que unas “elecciones con éxito” supondrían una etapa importante para apaciguar las tensiones en Ucrania.
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