Los tres principales partidos políticos de Gran Bretaña estaban evaluando anoche los daños de las elecciones locales, en las que todos fueron afectados por el terremoto “político” que UKIP, de Nigel Farage, había prometido y entregado. Farage predijo que las fuertes ganancias electorales de su partido, fuera de Londres, en las elecciones municipales del jueves en Inglaterra, serán igualadas al salir primeros, cuando se declaren mañana por la noche los resultados de la encuesta del Parlamento Europeo.

Los conservadores, los laboristas y los liberales demócratas pusieron ayer todos su mejor cara en los resultados del ayuntamiento. Pero detrás de las escenas, calculaban frenéticamente el impacto que el nuevo panorama político “cuatripartito” tendría en las elecciones generales del próximo año.

Con resultados declarados en 148 distritos locales, los conservadores habían perdido 187 escaños y el control de 11 distritos. El laborismo ganó 269 escaños y seis ayuntamientos, mientras que los demócratas liberales perdieron dos distritos y 268 escaños. UKIP ganó 153 escaños. Una proyección de la BBC indica que patrones de voto similares darían lugar a un Parlamento sin mayoría tras las elecciones generales, con Ed Miliband casi con la mayoría absoluta. Les dio al laborismo el 31 por ciento de la votación nacional, a los conservadores el 29 por ciento, al UKIP 17 por ciento, a los demócratas liberales 13 por ciento y a los demás el 10 por ciento. Eso daría a los laboristas 322 escaños (64 más), a los conservadores 261 (45 menos) y los demócratas liberales 37 (20 menos). Cameron rechazó las presiones de algunos parlamentarios conservadores de hacer pactos locales con UKIP, pero huyó de los pedidos de renuncia, mientras los euroescépticos mantuvieron sus expectativas hasta después de las elecciones generales. Los conservadores insisten en que pueden persuadir a los desertores de UKIP de “volver a casa” presentando las elecciones como una opción entre Cameron y Miliband. Sin embargo, las fuentes de los conservadores admitieron que el 50 por ciento de los partidarios actuales de UKIP dicen que van a seguir con el partido el próximo año. “No sabemos qué hacer para que vuelvan”, dijo uno.

Aunque al laborismo le fue bien en Londres, ganando cuatro distritos, entre ellas el buque insignia conservador de Hammersmith y Fulham, Miliband fue criticado por algunos parlamentarios laboristas mientras los expertos advirtieron que el partido no está en camino de recuperar el poder en mayo de 2015.

Patrick Diamond, un asesor político de Downing Street de Tony Blair y Gordon Brown, le dijo a The Independent: “Afuera de Londres, al laborismo no le va tan bien como para estar seguro de obtener una mayoría absoluta en 2015. Los bastiones tradicionales del laborismo se han volcado a UKIP. El sur de Inglaterra aún no se vuelca al laborismo en números suficientemente grandes.

El laborismo tiene que reorientarse y pronto. La “crisis del costo de vida” es una buena frase, pero no lo suficiente como para sostener el partido a través de una campaña de elecciones generales en las que la credibilidad económica será todo. El partido necesita construir su mensaje alrededor del compromiso con la competencia económica, la responsabilidad fiscal y una recuperación sostenible, que aportará nuevos empleos y nuevas industrias a todos los rincones del Reino Unido”.

Nick Clegg se enfrenta a pedidos de algunos demócratas liberales para que se retire, si mañana el partido pierde la mayor parte de sus 12 diputados. Ayer dijo que no iba a retirarse, ya que culpó los resultados del consejo a un “sentimiento antipolítico muy fuerte”. UKIP les infligió daño a los conservadores, a los laboristas y a los demócratas liberales por igual, ya que logró una sucesión de bancas a través de Inglaterra, obteniendo excelentes resultados en muchas de las bancas marginales que decidirán el resultado el próximo mes de mayo. Se anotó impresionantes éxitos en Essex, ganando 11 escaños en Basildon, poniendo fin al control conservador y ganó cinco escaños en Thurrock y expulsó al laborismo del poder.

El partido de Farage le quitó al laborismo el control en Great Yarmouth, donde ganó 10 asientos, y en North East Lincolnshire, donde consiguió siete. El logro de UKIP de seis escaños en Portsmouth derrocó a los demócratas liberales.

Farage también fue alentado por la capacidad de su partido para obtener apoyo en las zonas urbanas del norte, como Rotherham, Sheffield y Oldham. Hablando en Basildon, el líder de UKIP predijo que su partido se encaminaba hacia un avance histórico en las elecciones generales del próximo año e insinuó que él pelearía por un distrito electoral en su condado natal de Kent.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.