Por 15 votos contra ocho, la Corte de Apelaciones de Santiago rechazó ayer el pedido de desafuero para el ex dictador Augusto Pinochet. El juez Juan Guzmán Tapia había solicitado que le saquen la inmunidad que, como ex presidente, protege a Pinochet de ser juzgado por su participación en el caso Calle Conferencia. El ex dictador está acusado por el Partido Comunista por la desaparición de 10 de sus dirigentes. Esta sentencia “consagra la impunidad”, dijo el abogado querellante Eduardo Contreras al conocer la decisión del tribunal.
El pleno de la Corte decidió rechazar el pedido para sacarle la inmunidad a Pinochet y juzgarlo por el caso Conferencia, señaló el presidente del tribunal chileno, Alfredo Pfeiffer. El dictamen “demuestra que, en este país, la justicia todavía no es plena”, dijo Contreras. Y la abogada Julia Urquieta, también de la parte querellante, afirmó que “seguiremos insistiendo para demostrar que Pinochet es el responsable de todos estos crímenes”. Durante más de cuatro horas, los 23 ministros estudiaron el pedido del juez Tapia y el de la parte querellante, que pidió nuevos exámenes médicos para el ex dictador. Según Urquieta, hay nuevos antecedentes que probarían que Pinochet no tiene los problemas de salud que posibilitaron su sobreseimiento en mayo del año pasado por el caso Caravana de la Muerte. Ese era el nombre de un operativo realizado en octubre de 1973 por las fuerzas militares que derrocaron al presidente Salvador Allende. En la operación fueron ejecutadas 75 personas.
En cuanto al caso Conferencia, Urquieta afirma que hay “fundadas sospechas” sobre la participación del ex comandante en jefe del ejército en la desaparición de 10 dirigentes comunistas. En mayo de 1976, la cúpula de este partido fue apresada mientras participaba en una reunión clandestina en la Calle Conferencia de Santiago. Desde hace 27 años, estas 10 personas integran las listas de los más de 3000 muertos y desaparecidos en la dictadura de Pinochet.
El ex dictador de 87 años perdió su fuero por primera vez a mediados del 2000, cuando empezó a ser juzgado por asesinatos y secuestros. Un año después, la Corte Suprema lo sobreseyó al determinar que una “demencia subcortical” le impide defenderse ante los tribunales. Aunque Pfeiffer no dio detalles del veredicto de ayer, aparentemente habría utilizado los mismos argumentos que usó la Corte Suprema para su sobreseimiento en el 2002. El jurista agregó que estudiará si es procedente una queja o apelación a la sentencia y anunció que pedirá nuevos desafueros, por las cerca de 300 querellas abiertas en los tribunales chilenos contra el ex dictador. En los alegatos, Contreras explicó que está totalmente demostrada la participación de Pinochet como superior jerárquico de la DINA, la policía secreta del régimen, que está acusada de cometer los secuestros y ejecuciones. Por su parte, el abogado de Pinochet, Ambrosio Rodríguez, explicó que la petición de desafuero es improcedente porque “la salud del general le impide comparecer en un juicio”.
El año pasado, la jueza argentina María Servini de Cubría pidió el desafuero de Pinochet en la causa que investiga el asesinato del ex general chileno Carlos Prats. Este último murió en Buenos Aires hace 29 años en un atentado con explosivos junto a su esposa Sofía Cuthbert. Sin embargo, el pleno de la Corte de Apelaciones rechazó el pedido por las condiciones de salud de Pinochet.
También ayer, el ex comandante de la armada chilena Jorge Arancibia admitió que el buque insignia de la institución, el “Esmeralda”, funcionó como centro de torturas después del golpe militar de Pinochet en el ‘73. Arancibia, que ahora es senador, reconoció las denuncias hechas por distintas organizaciones de derechos humanos en un programa que fue transmitido ayer por el canal estatal TVN. Según el senador, las torturas en el buque eran explicables en ese contexto, pero que analizadas 30 años después constituyen un “error”. Era como “un partido de fútbol en que van uno a uno y hay que ganar y están las barras de uno y otro lado”, declaró.