EL MUNDO › LOS COMICIOS SE CELEBRARON EN LAS ZONAS QUE CONTROLA EL EJéRCITO, BAJO EL RUIDO DE BOMBARDEOS
Al Assad, en el poder desde el año 2000, concurrió a votar junto a su esposa Asmaa al barrio capitalino de Al Malaki, para acceder a un tercer mandato de siete años. Séptima elección consecutiva para la dinastía Al Assad.
Los sirios votaron ayer en medio de una gran afluencia de público en unas elecciones –las primeras con más de un candidato en medio siglo en el país– en las que el presidente Bashar al Assad se consagró como ganador. Al Assad, y sus oponentes, Maher Abdel Hafez Hayar y Hasan Abdallah al Nuri, votaron temprano en Damasco, ciudad en la que (pese a encontrarse bajo férreo control del ejército) por momentos se oyeron los bombardeos en la periferia, donde los soldados luchan contra los grupos rebeldes. Los comicios se realizaron bajo la condena de varias potencias occidentales. Desde muy temprano, millones de sirios comenzaron a llegar a los locales de votación, muchos de ellos a bordo de automóviles decorados con banderas sirias, además de pancartas y carteles com la imagen de Al Assad, de 48 años. Casi 16 de los 23,6 millones de sirios estaban llamados a participar del proceso celebrado en medio de un conflicto armado que costó la vida a 150 mil personas, según cifras no oficiales, en el que un heterogéneo grupo de rebeldes, algunos de ellos vinculados con la red Al Qaida, busca derrocar a Al Assad.
Las elecciones se celebraron en las zonas en manos del ejército, que según fuentes gubernamentales controla el 70 por ciento del territorio sirio, mientras en zonas rebeldes los opositores organizaron simulacros de elecciones para protestar contra el gobierno, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Pese a la fuerte concurrencia que caracterizó la jornada, las autoridades ordenaron una extensión de cinco horas del horario en los 9601 centros de votación.
Al Assad, en el poder desde el año 2000, concurrió a votar junto a su esposa Asmaa a la escuela del Mártir Naim Muasiri, en el barrio capitalino de Al Malaki, para acceder a un tercer mandato de siete años. Hafez Hayar, diputado de la oposición no insurgente, y el ex ministro Al Nuri acudieron a votar poco después de que lo hiciera el presidente. Hayar depositó su boleta en el centro de votación instalado en la sede del Parlamento y Al Nuri ejerció su derecho a voto, junto a su esposa, en el Hotel Sheraton. En declaraciones a la prensa, Al Nuri afirmó que las elecciones suponían “una gran victoria nacional” en el camino “hacia una Siria nueva y democrática” y que la próxima etapa en el país estará marcada por el triunfo sobre los “terroristas”, de la mano de la voluntad popular.
En Al Raqa, en el norte del país, en manos del grupo radical Estado Islámico de Irak y del Levante, no se votó, al igual que en buena parte de Alepo. El gobierno reforzó la seguridad para mantener el orden durante los comicios y aumentó los puestos de control para evitar actos de sabotaje y la infiltración de “terroristas” en Damasco y otras regiones centrales. En la capital, varios cohetes cayeron hoy en zonas del centro sin causar víctimas; en el resto de las provincias, la jornada transcurrió sin incidentes. Según las autoridades, miles de sirios cruzaron desde el Líbano para sufragar en los centros de votación instalados en puestos fronterizos. En las embajadas podían votar sólo los ciudadanos que hubieran salido a través de los puestos fronterizos oficiales, registrándose primero en la legación y presentando el pasaporte; mientras que ayer pudo sufragar cualquier sirio con el documento nacional de identidad. El sábado, el Ministerio de Interior libanés había informado que los sirios que se trasladasen a su país a partir del 1º de junio podían perder su condición de refugiados, incluso si están inscriptos en las oficinas del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur).
El gobierno de Damasco también abrió cinco centros de votación en la provincia de Homs, limítrofe con el territorio libanés, desde donde unos 4000 sirios cruzaron ayer por la mañana para ejercer su derecho a sufragar, dijo el gobernador provincial, Talal al Barazi. Las elecciones para los sirios en el extranjero se desarrollaron el pasado día 28 en 43 legaciones diplomáticas en todo el mundo. Ante la gran afluencia de electores, los comicios se extendieron por un día en la embajada siria en el Líbano, país que acoge a más de un millón de refugiados.
Las últimas siete elecciones desarrolladas en el país fueron más bien referendos para confirmar al presidente de turno, ya sea Al Assad o su padre, Hafez al Assad (1971-2000), en las que siempre obtenían más de 95 por ciento de los sufragios. La nueva Constitución, aprobada en un plebiscito en febrero de 2012, y la nueva ley electoral abrieron la puerta a elecciones con más de un candidato, aunque dificultan la presentación de los opositores exiliados.
Antes del inicio de los comicios, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, había afirmado que la organización “no reconocerá” los resultados de las elecciones sirias pues éstas “no cumplen con los estándares internacionales de transparencia”. Horas antes, el gobierno estadounidense había tachado las elecciones presidenciales como una farsa, tras lo cual advirtió también que no reconocerá los resultados.
“Esta elección fluye de un legado familiar de una brutal dictadura y también está claro que no reconoceremos el resultado”, dijo la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki.
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