EL MUNDO › ISRAEL INTENSIFICA SU OFENSIVA MILITAR. EN CATORCE DíAS AL MENOS 566 PALESTINOS MURIERON Y 3350 RESULTARON HERIDOS
En el enclave palestino se ven cada vez más calles sepultadas bajo escombros, salas de hospitales con pacientes destruidas y caravanas de familias que abandonan sus hogares. Del lado israelí murieron 25 soldados y 2 civiles.
En medio de la creciente presión internacional para que se firme una tregua, Israel intensificó ayer sus ataques contra la Franja de Gaza, donde cada vez más calles quedan sepultadas bajo escombros, salas de hospitales con pacientes son destruidas y caravanas de familias abandonan sus hogares y se refugian en escuelas. Según cifras del Ministerio de Salud de Gaza, al menos 566 palestinos murieron y más de 3350 resultaron heridos desde que el ejército israelí lanzó hace catorce días su última ofensiva contra el pequeño territorio palestino, sitiado desde 2007.
Del lado israelí, el ejército informó que al menos 25 soldados y 2 civiles murieron en combates o por los casi 2000 cohetes lanzados por el movimiento islamista Hamas y otras milicias palestinas aliadas, la mayoría en las últimas 48 horas. La Unrwa, la agencia de la ONU encargada de los refugios palestinos, informó además que más de 100.000 civiles dejaron sus casas por miedo a los ataques y se refugiaron en 69 escuelas. Esa cifra es más del doble de la que la Unrwa albergó en 2009, cuando Israel bombardeó e invadió la Franja durante tres semanas y mató a unos 1400 palestinos, entre ellos más de 1100 civiles.
Las cifras sacuden, pero a poco de cumplirse dos semanas del comienzo de la nueva ofensiva, que el ejército israelí bautizó Borde Protector, la escalada militar no para de crecer. La Cruz Roja Internacional denunció que el hospital Mártires Al Aqsa, de una ciudad de 50.000 habitantes en el centro de Gaza, fue atacado cuatro veces a lo largo del día de ayer. Según informó el Ministerio de Salud local, al menos 5 pacientes murieron, otras 70 personas, entre ellos 30 médicos, resultaron heridos y las salas de terapia intensiva y de emergencias quedaron dañadas. Israel defendió los ataques y aseguró que Hamas escondía armamento antitanque junto al hospital, en la ciudad de Deir al Balah.
Pero los bombardeos contra hospitales y casas han provocado la reacción de la mayoría de la comunidad internacional. En la madrugada de ayer, el Consejo de Seguridad hizo un llamado al “inmediato cese de hostilidades” en Gaza y expresó su “seria preocupación” por la escalada de la violencia en la Franja, según destacó el presidente de turno del Consejo de Seguridad, el ruandés Eugene Gasana, después de una reunión de unas dos horas para analizar la situación.
Más tarde, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, habló en los jardines de la Casa Blanca y también expresó su “preocupación por el alto número de víctimas”, aunque fue muy claro en volver a apoyar “el derecho de Israel a defenderse”. Obama envió a El Cairo a su secretario de Estado, John Kerry, quien ayer comenzó a negociar, junto con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el gobierno egipcio, la posibilidad de una tregua entre Israel y Hamas. Ban Ki-moon afirmó que los combates entre Israel y Hamas “deben cesar ahora” y calificó de “ina-ceptable” lo ocurrido en Gaza.
En tanto, el primer ministro de Hamas en Gaza, Ismail Haniyeh, reiteró ayer en un discurso televisado que está dispuesto a firmar ya una tregua si Israel cesa los ataques y levanta el bloqueo, que asfixia la vida de la Franja desde hace siete años. Pero más allá de las palabras y el frenesí diplomático, dentro de la Franja nada hace pensar que una tregua esté cerca.
“Nuestro barrio sufrió un daño colosal en los últimos días. El ejército israelí está bombardeando día y noche” desde el comienzo de los ataques, contó al diario británico The Guardian Adnan Abdul Rahman, desde Rafah, un barrio pegado a la frontera con Egipto, en el sur de la Franja. “La mayoría de los que abandonaron sus casas creen que pueden estar más seguros en otro lado, pero la realidad es que no hay ningún lugar seguro en Gaza”, agregó el hombre, que se quedó sólo a cuidar su casa, mientras el resto de su familia se refugió en una escuela de la Unrwa.
Los que se quedaron en sus casas y no dependen de la ONU deben aprovechar los pocos momentos de calma que hay durante el día para salir a la calle a buscar agua –1,2 millón de los 1,8 de habitantes de la Franja tienen un acceso limitado a agua potable– y comprar alimentos.
Los propios comerciantes aprendieron de conflictos pasados y ya instalaron un sistema de racionamiento en las calles, que sólo permite comprar una cantidad pequeña de alimentos y productos a cada persona.
Rafah fue muy golpeado por los bombardeos israelíes, pero pocos lugares de la Franja están tan devastados como el barrio de Shajaiya, en el este de la ciudad de Gaza.
Este barrio fue el centro de los bombardeos y de combates cuerpo a cuerpo del domingo, donde cerca de 70 palestinos y 13 soldados israelíes murieron. Un video difundido ayer por la ONG pro palestina Movimiento de Solidaridad Internacional y reproducido por medios internacionales muestra cómo rescatistas y voluntarios caminaban sobre los escombros de lo que había quedado de Shajaiya en busca de sobrevivientes y para recoger los cuerpos de los que fallecieron anteayer. Uno de los rescatistas recibió un disparo de un desconocido y, por miedo a ser atacados, el resto de sus compañeros tuvo que retirarse del lugar, según se ve en el video. Al caer la noche, el Ministerio de Salud palestino pidió a través de su cuenta de Twitter que Israel permita la recolección de los cuerpos de los fallecidos en Shajaiya para “evitar un desastre ambiental”.
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