Ajeno a la condena internacional, el ejército israelí atacó por tercera vez una escuela de la ONU que albergaba a cientos de familias desplazadas de sus hogares en la Franja de Gaza. “Es un ultraje moral y un acto criminal”, señaló el secretario general de la organización internacional, Ban Ki-moon, en un comunicado en el que se refirió al bombardeo como otra grave violación de la ley humanitaria internacional. Según el Ministerio de Salud de Gaza, al menos 10 personas murieron en el ataque y otras 30 resultaron heridas. A poco de cumplirse un mes del inicio de la ofensiva, la cifra de muertos palestinos se eleva a 1830 –entre ellos, unos 400 niños–, cerca de 10 mil resultaron heridos y abarrotan los colapsados hospitales de la Franja. Anoche, el ejército israelí anunció una tregua humanitaria de siete horas (entre las 10 y las 17 hora local), excepto en el territorio al este de Rafah.

Horas antes, el ejército israelí informó que la ofensiva Borde Protector pasaba a una nueva etapa. “Estamos redesplegándonos para poder combatir a Hamas y continuar defendiéndonos de los túneles construidos para infiltrarse en Israel.” Según fuentes militares, los soldados se habían retirado de la mayoría del territorio ocupado de la Franja, salvo la zona de Rafah –en el sur fronterizo con Egipto–, donde atacaron la escuela de la ONU. De acuerdo con los testimonios de testigos, un misil impactó en la entrada de la escuela secundaria de niños de Rafah, donde la Unrwa, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, da cobijo a 3 mil civiles. Frente a la puerta de la escuela, varios chicos jugaban en la calle y la mayoría fue alcanzada por la explosión, según contaron más tarde las propias víctimas desde el principal hospital de la ciudad gazatí.

Ban Ki-moon reiteró que el ejército había sido informado en varias ocasiones sobre la ubicación de las escuelas de la Unrwa. El secretario general de la ONU subrayó que los refugios de ese organismo deben ser zonas seguras y exigió que se abra una investigación. “Este ataque, junto a otras violaciones de la legislación internacional, debe ser investigado rápidamente y los responsables deben pagar por ello”, defendió. Y se declaró profundamente consternado por lo que llamó “espantosa escalada de violencia”, y por la pérdida de cientos de vidas de palestinos civiles desde la ruptura del alto el fuego humanitario, el 1º de agosto. “La vuelta de los combates sólo ha exacerbado la crisis humanitaria y sanitaria que está causando estragos en Gaza”, se lamentó el funcionario, quien urgió una vez más a retomar el alto el fuego y a iniciar negociaciones entre las partes.

A pesar de los miles de muertos y heridos, la cifra que más preocupa a la ONU es la de los desplazados. Ya son casi 270 mil los civiles que se refugian en 90 escuelas de la Unrwa, en donde el agua potable, la comida y los medicamentos escasean. Durante la actual ofensiva militar, proyectiles del ejército israelí alcanzaron en al menos otras cinco ocasiones distintos complejos de la organización. El último caso se produjo el 30 de julio, cuando quince palestinos murieron y más de medio centenar resultaron heridos en otro bombardeo en una escuela de la Unrwa en Yabalia, en el norte de Gaza, lo que desató una ola de condenas internacionales contra Israel. En esta ocasión, el ataque se produjo dos días después de la ruptura de la última tregua acordada por israelíes y palestinos.

Del lado israelí, en tanto, 64 soldados murieron en combates dentro de la Franja de Gaza y 3 civiles –entre ellos un trabajador tailandés– fallecieron en suelo israelí por algunos de los más de 3100 cohetes lanzados por Hamas y otras milicias palestinas en el último mes. Uno de los soldados que cayeron en combate es Hadar Goldin, el joven que, según Israel, había sido capturado el fin de semana por Hamas. Ayer por la mañana, el ejército informó que Goldin murió. El soldado tenía 23 años, era miembro de la familia del ministro de Defensa, Moshe Yaalon, y ocupaba con su brigada el sur de la Franja de Gaza. Según el ejército, un atacante palestino se inmoló frente a su unidad militar y mató a Goldin y a otro militar.

Pese al repliegue de las tropas israelíes del norte y este de la Franja, y de que el primer ministro Benjamin Netanyahu advirtiera que sus fuerzas están cerca de completar su misión de destruir todos los túneles de Hamas, la ofensiva continúa. Ayer, el ejército lanzó panfletos desde el cielo que advertían a los líderes de Hamas que no estarán seguros en Gaza. Por su parte, un representante del gobierno de reconciliación nacional entre Hamas y Al Fatah, el partido del presidente, Mahmud Abbas, envió una delegación a El Cairo para negociar un cese al fuego (ver aparte). Por el momento, Netanyahu no dio señales de estar dispuesto a discutir el bloqueo, ni la liberación de prisioneros de Hamas.

La posición de Israel le provocó incluso algunos cortocircuitos con su principal aliado en el mundo, Estados Unidos. La relación entre los dos socios podría tensarse aún más luego de que la revista alemana Der Spiegel revelara que los servicios secretos de Israel espiaron el celular del secretario de Estado norteamericano, John Kerry, cuando participaba de las fallidas negociaciones de paz con el gobierno palestino. La publicación, que cita fuentes de los servicios secretos, aseguró que la inteligencia israelí tenía pinchado un teléfono no seguro que Kerry usó para algunas de sus múltiples conferencias durante la fase álgida de las últimas conversaciones de paz. Según Der Spiegel, ni el gobierno norteamericano ni el israelí quisieron hacer comentarios sobre esa información divulgada por el medio alemán.