El fantasma de la violencia, nunca lejano de las conmemoraciones por el golpe del 11 de septiembre de 1973, volvió a corporizarse en la noche de su 30º aniversario. La violencia que se extendió hasta la madrugada del viernes en barrios de la periferia de Santiago y otras ciudades dejó un balance de 300 detenidos y 24 policías heridos –dos de ellos con impactos de bala–. Los manifestantes, en su mayoría jóvenes que no habían nacido hace 30 años, levantaron barricadas para repudiar el golpe militar del 11 de septiembre de 1973 y la dictadura que dejó más de 3.000 muertos y desaparecidos.
“¡Lagos, aprende, la dignidad de Allende!”, gritaron algunos manifestantes, en un mensaje al presidente socialista Ricardo Lagos, evocando el suicidio de Salvador Allende en el palacio de La Moneda. Decenas de transeúntes se detenían y deliberaban ayer junto a la puerta lateral del palacio presidencial, en Morandé 80, reabierta después de 30 años y colmada de ofrendas florales en memoria de Allende. “Acuérdese de de las ‘colas’, señora”, reprochó un hombre maduro, a una mujer que observaba las ofrendas, en alusión al desabastecimiento de productos esenciales que Chile conoció en los últimos meses del gobierno de Allende (1970-1973), durante la desestabilización impulsada por Estados Unidos.
“Sí... pero él murió defendiendo la libertad”, replicó la mujer. “¡No se olvide que les quitó las tierras a los agricultores!”, gritó otro interlocutor, a lo que un cuarto transeúnte replicó: “Y usted, recuerde que esa reforma agraria se cumplió de acuerdo con la ley”.
Lagos habló en la ceremonia principal del jueves, en el interior de La Moneda, destacó el sacrificio de Allende y llamó a los chilenos a pensar en el futuro, como lo señaló el extinto mandatario en su último mensaje por radio, cuando anunció que “más temprano que tarde” volvería la libertad después del golpe militar. Pero en la ceremonia, que buscaba ser un acto “republicano” y “ecuménico” no estuvieron presentes los líderes de la derecha opositora, que respaldaron la dictadura de 17 años del general Pinochet, quienes, en cambio, criticaron al gobierno de Lagos por su reivindicación de la figura de Allende.
Separadas por antiguas discrepancias, las dos corrientes de la derechista Alianza por Chile, la conservadora Unión Demócrata Independiente (UDI) y el Partido de Renovación Nacional (RN) tuvieron enfoques distintos para recordar la fecha. Mientras la UDI afirmó que “Allende no fue republicano” porque se apartó de la legalidad, el líder de RN, Sebastián Piñera, evocó la figura de “Allende republicano y democrático, que fue diputado, ministro, senador y presidente del Senado, que supo convivir con la democracia durante más de 30 años”.
“Una vez más quedó en evidencia la profunda división que produce la figura de Salvador Allende, quien, como Pinochet, despierta legítimas discrepancias en el país”, escribió ayer el diario La Tercera, en una nota editorial. Pero el general Pinochet, de 87 años, quien tuvo el jueves una silenciosa aparición pública en su residencia, no resultó menos divisivo. Su esposa, Lucia Hiriart, habló provocativamente en nombre suyo para pedir que “la historia no sea tergiversada”. La petición fue una indirecta protesta por la amplia cobertura que los medios de comunicación entregaron este año a los sucesos que en 1973 rodearon la interrupción de la vida republicana de Chile, considerado hasta entonces como una de las democracias más sólidas del continente. La fundación que lleva el nombre de Pinochet rindió un homenaje al régimen militar la noche del jueves, pero a la ceremonia tampoco acudieron los líderes de la derecha.