El ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton volvió al ruedo esta semana en apoyo a los precandidatos demócratas y atacando al presidente George W. Bush. Clinton brindó ayer en Los Angeles su apoyo al gobernador demócrata de California, Gray Davis, que podría ser destituido en una votación prevista para el 7 de octubre.
Clinton asistió junto al gobernador a una misa en una iglesia frecuentada por la comunidad negra de Los Angeles. Durante el evento, el ex mandatario recordó su propia lucha en Arkansas, donde ocupó en dos ocasiones el puesto de gobernador a comienzos de los años ‘80. “Nunca me rendí, no iba a dejar que me sacaran de mi propio estado, así que me quedé, y las cosas fueron mejorando para todos”, explicó, en alusión a la difícil situación en la que se encuentra Davis. Allí el predecesor acusó a Bush de haber alienado al mundo y al país, en vez de unirlos, con su manejo de la campaña antiterrorista emprendida tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
El ex presidente fue a Indianola, estado de Iowa (centro-norte), participó previamente en un evento de recaudación de fondos para los nueve candidatos demócratas a la presidencia. Clinton se negó a apoyar a alguno de los precandidatos en especial. Al llegar a la ciudad, miles de demócratas lo esperaban bajo la lluvia, con carteles que rezaban: “Bienvenido Bill. Te extrañamos”. El ex mandatario también se refirió a la “buena voluntad” mostrada por los países del mundo tras los atentados y el apoyo incondicional que recibió Estados Unidos en su campaña que ahora, sin embargo, parece haberse esfumado con la guerra en Irak.
Tras un período con pocas apariciones públicas al final de su mandato, Clinton vuelve poco a poco a la escena política, y los candidatos demócratas vuelven a valerse de su figura, con la esperanza de que los votantes lo asocien con el éxito económico de los años ‘90, en contraste con la caída de los últimos años, durante la administración Bush.