EL MUNDO › MURIó DE UN INFARTO EMILIO BOTíN, EL PROPIETARIO DEL GRUPO SANTANDER
La hija del banquero lo sucederá en la presidencia de la principal entidad financiera del país y, como tal, también responsable del desastre económico que vive la península.
› Por Flor Ragucci
Desde Barcelona
El año político en España arrancó fuerte. Después del receso veraniego, ayer miércoles se celebraba la primera sesión de control al gobierno en el Congreso cuando Rajoy recibió la noticia: falleció Emilio Botín, el mayor banquero del país. A los 79 años, el presidente del Grupo Santander sufrió un infarto el martes por la noche en su domicilio de Madrid y sus restos mortales serán enterrados este jueves en Cantabria, en el panteón familiar donde reposan los restos de su padre, Emilio Botín-Sanz de Sautuola López, al que le dio el relevo al frente del Banco Santander.
Emilio Botín, nacido en 1934, era bisnieto, nieto, sobrino, hijo, hermano y padre de banqueros y, como tal, representante de la casta que verdaderamente mueve los hilos de España. Bajo su dirección, convirtió al Santander en el mayor banco de la Zona Euro por capitalización bursátil. Las cifras hablan solas: en la actualidad esta entidad atiende a más de 100 millones de clientes en una red global de 14.400 oficinas, gestiona fondos por 1,388 billones de euros para todos los segmentos de clientes, tiene más de 3,3 millones de accionistas y 187.000 empleados. Fundado en 1857 en la ciudad de Santander por 76 hombres de negocios vinculados a la economía regional y al comercio colonial de España con América, el banco tiene negocios en más de cuarenta mercados distintos. Así, el Santander es el principal grupo financiero en España, y también en América latina, continente donde sus mercados más importantes son Brasil, México, Chile y Argentina.
Mientras la prensa económica internacional se deshace en elogios –“Fue capaz de crear a partir de un pequeño prestamista local el mayor banco de la Eurozona” apunta el Financial Times en su tapa–, los mensajes que desde el primer minuto circulan por las redes sociales no lo retratan con la misma admiración. “En el nombre de todos los empobrecidos, los desahuciados (desalojados), los desempleados, los recortados, los despedidos, los emigrados, los estafados (...) los desengañados y los ninguneados por este desgraciado país, reciba el más profundo desprecio” reza uno de los archivos más difundidos por WhatsApp tras el anuncio de la muerte de Botín. Y es que su nombre está asociado para muchos con las causas de la severa crisis económica que España atraviesa desde 2008. Fue su banco –al igual que tantos otros– el que contribuyó a inflar la burbuja inmobiliaria con la concesión ilimitada de créditos para la compra de vivienda. Y hoy es, también, el que desahucia a las familias que no pueden afrontar el pago de su hipoteca por haberse quedado sin trabajo.
De ahí que las repercusiones de la muerte de Emilio Botín se hayan disparado instantáneamente en muy diversas direcciones. Los principales dirigentes políticos, las bancas y la mayoría de medios de comunicación (muchos de los cuales, el diario El País, por ejemplo, cuentan con el Santander como uno de sus accionistas) destacan su labor como impulsor de la banca española y su trascendental influencia en el desarrollo del país. Los partidos de la oposición, sin embargo, así como algunas voces independientes dentro del periodismo, lamentan el fallecimiento y expresan sus condolencias a los familiares sin dejar pasar, por ello, las críticas a quien consideran un paradigma de la práctica inescrupulosa de los bancos. “Ahora solo cabe esperar que Emilio Botín descanse en paz, pero aquí abajo deja una estela de mal hacer, de impunidad y de crisis provocada por la avaricia bancaria de los banqueros como él, que produce sufrimiento y daño a millones de personas”, cierra su columna de opinión en el diario Público.es el catedrático en economía aplicada Juan Torres López.
El líder del flamante partido de la oposición, Podemos, que está ocupando una posición cada vez más fuerte dentro de la izquierda española, reprochó a “algunos representantes de la casta que hoy elogian a Botín que no tengan la misma sensibilidad para las víctimas del sector financiero de la que él formaba parte”. Pablo Iglesias declaró en rueda de prensa que su pensamiento “está con la Unión de Créditos Inmobiliarios, la filial del Banco Santander donde se derivaban los préstamos de alto riesgo y con las víctimas de los desahucios”.
Por su parte, el presidente Mariano Rajoy mostró su pesar apenas recibió la noticia en el Congreso, cuando comenzaba la sesión semanal de control al gobierno. “Emilio Botín ha sido un gran embajador de la marca España –declaró–. El banco que presidía es el más importante de nuestro país y confío en que tras su fallecimiento las cosas se resuelvan lo mejor posible y siga siendo así.” También manifestó su tristeza el líder de la oposición y el secretario general del Partido Socialista (PSOE), Pedro Sánchez, quien trasladó su solidaridad a los familiares y personas cercanas a Botín con “un abrazo a sus seres queridos en estos momentos duros”.
Los principales banqueros del país también lamentaron la repentina muerte del número uno de su sector y, desde el Banco de España, se envió una nota a los medios recordando que, durante su presidencia, “el Santander emprendió una política de expansión y diversificación dentro y fuera de España que ha llevado a la entidad a ser, por su volumen de activos, el primer banco español y una de las mayores entidades del mundo, con una muy destacada presencia en, entre otros países, Reino Unido, Brasil, México, EE.UU., Portugal y Chile”.
Tras la noticia del deceso, el consejo de administración del banco se apuró a reunirse para decidir quién sería el sucesor de la presidencia del Grupo Santander y ayer miércoles por la tarde, el nombre de Ana Patricia Botín, hasta ahora consejera delegada de Santander en Reino Unido, resonó por unanimidad. El consejo del primer banco español considera que la hija mayor de Emilio Botín es “la persona más apropiada para el cargo, dadas su cualificación personal y profesional, su experiencia y su reconocimiento tanto a nivel nacional como internacional”. Ana Patricia tendrá que remontar entonces la caída de casi un 2 por ciento que sufrieron en la Bolsa las acciones de la entidad después del fallecimiento de Botín.
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