EL MUNDO
› HABLA ERNESTO SAMPER, EX PRESIDENTE (1994-98)
“Hace falta una OTAN regional”
› Por Mercedes López San Miguel
El ex presidente colombiano liberal Ernesto Samper (1994-98) estuvo en la Argentina para hablar sobre “gobernabilidad”. Samper conversó con Página/12 sobre el conflicto de su país, en momentos en que la principal guerrilla, las FARC, exige al gobierno de línea dura de Alvaro Uribe el canje de prisioneros por secuestrados.
–¿Cómo podemos mirar a Colombia con la gestión de Alvaro Uribe, un disidente liberal?
–Colombia es un país atípico, y en mi opinión las políticas en materia de seguridad que lleva adelante Uribe deben acompañarse de una inversión social. No basta con una mayor presencia de las fuerzas militares y el énfasis en el Plan Colombia de lucha antinarcóticos.
–¿Qué opina de la reanudación de los vuelos de interdicción en el marco de ese plan de lucha que financia Estados Unidos?
–Es un desarrollo lógico de la presencia militar de Washington en Bogotá. Quizá debe llevarnos a la reflexión de que hoy más que nunca el problema colombiano debería ser parte de un nuevo concepto de seguridad hemisférica.
–¿Quiere decir que podría haber desbordes del conflicto colombiano a los vecinos?
–Sí, porque yo parto de la base de que estamos comenzando a confrontar unas amenazas distintas que no reconocen fronteras y en buena parte son producto de la globalización: el narcotráfico, el terrorismo y la corrupción entre ellas.
–Uribe ha dicho que la amenaza que sufre Colombia es análoga a la del 11 de septiembre para Washington. De allí que ha pedido una ayuda internacional. ¿Qué le parece?
–Más que factible, lo veo indispensable. Si nosotros seguimos convirtiendo las relaciones entre nuestros países –especialmente los fronterizos– en un permanente enfrentamiento diplomático porque la guerrilla traspasa las fronteras, entonces tenemos que encontrar algo que yo he llamado una especie de OTAN latinoamericana, donde haya un tratado de asistencia recíproca.
–¿Qué opina del proceso de negociación del gobierno de Uribe con los paramilitares y el tema de su desmovilización?
–Pienso que es un tema complicado, porque para las personas que han estado en las filas de los paramilitares –que no se puede considerar que sean grupos que hayan actuado contra el Estado y en muchos casos lo hicieron con la complicidad de éste–, el tema no es la negociación para la reinserción sino su sometimiento a la ley. La negociación con la guerrilla colombiana es: “Ustedes han tratado de reemplazar al Estado, no pudieron, siéntense en una mesa de negociación, armemos su desmovilización y su desarme para que regresen”. El problema con los paramilitares no es que regresen –porque no se han ido– sino que se salgan del Estado y se sometan a la ley con unos beneficios que les permitan reintegrarse. Y ahí es donde existe el mayor desafío: de qué manera se van a desarmar y reinsertar sin que se queden dentro del Estado.
–¿Es probable que suceda?
–Sí, en el mediano plazo. Personalmente preferiría que los procesos actuaran simultáneamente –la guerrilla y los paramilitares–.
–En este momento no hay diálogo con los rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
–No hay y no lo habrá hasta que la guerrilla no entienda que obtiene algo, gana algo desmovilizándose.
–¿Cuál es el pedido de las FARC respecto del pasado, para sentarse en la mesa de diálogo?
–No hay un espacio distinto a uno que venimos promoviendo los ex presidentes liberales, que es el de la celebración de unos acuerdos humanitarios. Si no somos capaces de acabar con el conflicto, por lo menos tenemos que tratar que no se comprometa en él a una mayor cantidad depoblación inocente. Que, sobre todo, se devuelva a los secuestrados. El camino es que mientras llega la paz, se humanice la guerra.
–¿Qué pasa con el pedido de canje de los secuestrados por prisioneros rebeldes?
–Ese es un acuerdo en el que estamos trabajando.
–El gobierno no está de acuerdo.
–El gobierno no ha dicho que no, tampoco que sí.
–¿Cuál es el efecto de haber terminado con la zona de distensión -durante el gobierno de Andrés Pastrana que precedió al actual–?
–Fue el comienzo de la descriminalización de la guerrilla. Porque la zona de distensión ayudó a que la guerrilla se fortaleciera en términos militares y aumentara sus instalaciones. Desde los años ‘80 la guerrilla está íntimamente asociada al desarrollo del fenómeno del narcotráfico.
–También cuando usted gobernaba.
–Sí, sí. De los últimos cinco gobiernos. Si no hubiera existido el auge del narcotráfico durante ese tiempo en Colombia, no hubiera sido igual la capacidad de financiación de las distintas formas de violencia.