La confirmación oficial llegó ayer, poco antes de que Enrique Peña Nieto inaugurara la XXIV Cumbre Iberoamericana de Veracruz: al menos uno de los 43 estudiantes desaparecidos en México está muerto. La desaparición de los estudiantes en Iguala extendió su sombra sobre la ciudad portuaria del Golfo de México. Entre los asistentes estará el rey Felipe VI de España, en su primera participación en esta cumbre como monarca. También estará el presidente de Uruguay, José Mujica, quien ayer pidió a los mexicanos que se levanten y sigan luchando, y consideró que ante el dolor causado por la desaparición de los 43 estudiantes el pueblo debe esforzarse por encontrarlos. “Búsquenlos en su corazón y, cuando los encuentren, verán que hay muchas cosas que están olvidando”, dijo Mujica ante un auditorio repleto durante una conferencia magistral que tuvo lugar en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL).

Peña Nieto espera recibir el respaldo de sus colegas de la región cuando hoy y mañana se realice la reunión de líderes de 22 países. Los padres no piensan olvidar y dicen que todavía falta encontrar a 42 jóvenes. “Nos gustaría que la comunidad internacional se enterara de la situación que estamos viviendo”, dijo ayer el portavoz de los padres, Felipe de la Cruz. “Nuestras actividades ahora van a ser con mayor fuerza, con mayor exigencia. Esto comprueba aún más el sanguinario hecho de Iguala”, afirmó.

Hace justo un mes, el 7 de noviembre, el procurador general de México, Jesús Murillo Karam, había anunciado, en base a declaraciones de detenidos, que todo indicaba que los jóvenes habían sido asesinados por el grupo criminal Guerreros Unidos después de ser detenidos en septiembre por policías municipales en la ciudad de Iguala.

En la sede de la fiscalía en Ciudad de México, 400 kilómetros al oeste de Veracruz, Murillo Karam confirmó ayer la mala –aunque previsible– noticia, adelantada por peritos argentinos a los padres: según los estudios de ADN realizados en Innsbruck, Austria, al menos uno de los estudiantes, Alexander Mora Venancio, de 21 años, está muerto. Para Peña Nieto, la confirmación de Karam podría ser la demostración a sus colegas de que era cierta la hipótesis planteada por la procuraduría de que los jóvenes habían sido asesinados y calcinados en un basurero y arrojados a un río, y que México está haciendo todo por esclarecer el caso.

Por ahora no está previsto un pronunciamiento de la cumbre sobre el caso Iguala, aunque en palabras de la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, la región comparte con el país azteca la postura de que debe hacerse justicia y que no debe haber impunidad. “Sin duda, México está experimentando un momento de reto importante”, dijo la viceministra de Relaciones Exteriores mexicana, Vanessa Rubio, y agregó que “retos enfrentamos todos los países y México está afrontando su responsabilidad”.

El mandatario uruguayo respondió a los gritos de algunas personas del público que en la FIL le decían “aquí extrañamos a 43”. “Podemos perder mucho en la vida, y en el amor y en la lucha social, pero hay que volver a levantarnos porque los únicos derrotados son los que dejan de luchar”, señaló el dirigente del Frente Amplio. Enfundado en un traje beige y sin corbata, el presidente charrúa abordó el caso Ayotzinapa en la conferencia que transcurrió en un formato de entrevista realizada por Ricardo Rocha, periodista mexicano.

Mujica se refirió al camino tomado por su país en la despenalización de la marihuana y consideró que el narcotráfico es un tema de difícil resolución. “No vale la pena atacar esto a garrotazos, no se va a pulverizar México por esto”, señaló el presidente uruguayo, custodiado por agentes del Estado Mayor Presidencial. “No desgarren compatriotas, México no es culposo, la culpa de México es vivir al lado del gran mercado”, afirmó Mujica.

El presidente de Uruguay, que llegó a México el viernes pasado para participar en la Cumbre Iberoamericana, provocó hace dos semanas un roce diplomático con el gobierno azteca por haber expresado a una revista que consideraba al país como una especie de Estado fallido. Mujica, que con estas expresiones había molestado a las autoridades mexicanas, optó esta vez, durante la charla que brindó en el marco de la FIL, por utilizar un tono más diplomático, dejando atrás algunos señalamientos incómodos. “México es un país que tiene problemas, pero es formidable, y las dificultades que ha tenido el Estado son parecidas a las que tiene el resto de América”, aseguró en suelo mexicano, en Guadalajara, antes de trasladarse ayer a Veracruz.

Para la familia del estudiante identificado, la confirmación de la Procuraduría significa que podrán sepultar a su hijo, una vez que los restos sean enviados a México desde el laboratorio de Innsbruck, donde se lleva a cabo el proceso de identificaciones. Para las restantes 42 familias la herida no se cierra ni se acaba la lucha. “No, definitivamente no lo vamos a aceptar nunca, porque es un resto nada más”, afirmó De la Cruz, padre de un joven sobreviviente atacado el 26 de septiembre en Iguala. Más de 80.000 personas murieron y unas 22.000 desaparecieron desde diciembre de 2006 en México, cuando el gobierno de Felipe Calderón lanzó una guerra sin cuartel en las calles mexicanas como parte de su estrategia militarizada contra los carteles del narcotráfico.