Lun 12.01.2015

EL MUNDO  › DURANTE UNA SEMANA, FRANCISCO HARá UNA VISITA A UN PAíS CATóLICO Y A UNO BUDISTA

El Papa viaja a Filipinas y Sri Lanka

Filipinas ha sufrido atentados de extremistas islámicos que quieren separar la isla de Mindanao –donde viven– del resto del archipiélago. El enfrentamiento de distintas etnias ha devastado Sri Lanka por décadas.

› Por Elena Llorente

Desde Roma

Llamó la atención el silencio del papa Francisco ayer, cuando habló desde el balcón que da a la Plaza de San Pedro como lo hace cada domingo a la hora del Angelus. Curiosamente no hizo ninguna referencia a la multitudinaria manifestación que en ese momento se estaba realizando en París, en solidaridad con las víctimas de los atentados de la semana pasada y a la que asistieron numerosos jefes de Estado y primeros ministros. Hay que recordar que Francisco, el mismo día del atentado contra la revista satírica Charlie Hebdo, había expresado “su firme condena al horrible atentado” y había exhortado a todos los católicos a “oponerse con todos los medios a la propagación del odio y de toda forma de violencia”. Pero este domingo prefirió evitar otros comentarios.

Según expertos vaticanistas, la actitud del Papa podría haber sido sugerida por su propio servicio de seguridad con vistas al viaje de una semana que emprende hoy a Sri Lanka y Filipinas, un país, este último, que ha sufrido numerosos atentados en los últimos años, por obra de extremistas islámicos que quieren separar la isla de Mindanao –donde viven– del resto del archipiélago filipino. Pese a que en marzo pasado el presidente filipino Benigno Aquino firmó un acuerdo de paz con los separatistas de la isla de Mindanao –el Frente Islámico de Liberación Moro (MILF)–, el 9 de diciembre una escisión de esa organización, los Combatientes por la Libertad Islámica de Bangsamoro, puso una bomba en un micro al sur de Filipinas, matando a nueve personas e hiriendo a diecisiete. El presidente Aquino además proclamó el 18 de diciembre una tregua unilateral en relación con la guerrilla maoísta que también actúa en el país desde hace años. El cese al fuego unilateral es hasta la medianoche del 19 de enero, es decir, hasta después de que el Papa haya partido de Manila.

Las fuerzas de seguridad italianas –que han multiplicado los controles en puntos neurálgicos del país– saben que el Vaticano, y en especial el papa Francisco, pese a su insistencia en la importancia del diálogo interreligioso, podrían ser objetivo de atentados. Sobre todo porque, según revelaron los servicios secretos de la península recientemente, son al menos cuatro –uno de ellos una mujer– los terroristas italianos que militan activamente en el extremismo islámico. Y Francisco podría además estar ahora en la mira de los terroristas filipinos, pese a que la mayoría de ese país es católica.

Francisco partirá esta tarde para Sri Lanka, un país que acaba de elegir un nuevo presidente y donde el 70 por ciento de la población es budista, seguida de hindúes y musulmanes. Sólo el 7 por ciento es católico. El portavoz vaticano, padre Federico Lombardi, al informar sobre los contenidos del viaje, dijo que dada la historia de enfrentamientos internos por la que ha pasado el país es probable que el pontífice “invite a las partes en conflicto al diálogo y a la reconciliación”. El enfrentamiento de distintas etnias ha devastado Sri Lanka por décadas, a lo que se agregó una guerra civil, entre 1983 y 2009, en la que se enfrentaron el gobierno cingalés y los Tigres de Liberación del Tamil.

Durante y después de la guerra se verificaron numerosas violaciones de los derechos humanos, desde fosas comunes con 400 cuerpos o la desaparición de 600 arrestados, hasta el encarcelamiento, sin acusación alguna, en campos de concentración, de unas 250.000 personas de etnia tamil que escapaban del conflicto. Se trata del séptimo viaje al exterior de Francisco desde que fue elegido en 2013, y del segundo en pocos meses a Asia después de Corea del Sur. El Papa llegará al aeropuerto de Sri Lanka el 13 de enero y se dirigirá en papamóvil por 28 kilómetros hasta la capital, Colombo. En Colombo canonizará al beato Giuseppe Vaz. Permanecerá en Sri Lanka hasta el 15 de enero.

Esa tarde llegará a Manila y la mañana siguiente celebrará en la Catedral de la Inmaculada Concepción la misa del Santo Niño, uno de los eventos religiosos anuales más importantes para los católicos filipinos. El 18 se encontrará en Tacloban con los sobrevivientes del furioso tifón Haiyan, que hace poco más de un año costó la vida a más de 4000 personas.

Encontrar al único numeroso pueblo asiático de religión católica (el 82 por ciento de los casi cien millones de habitantes es católico) y expresar su solidaridad a las víctimas del tifón son dos de los objetivos principales del viaje de Francisco a Filipinas, dijeron fuentes vaticanas. El 19 de enero está previsto el retorno del papa a Roma.

Los países que tocará Francisco en este viaje fueron ya parte del itinerario cumplido por otros papas como Paulo VI en 1970 –momento en el que sufrió una puñalada de parte de una persona desequilibrada en el aeropuerto de Manila– y por Juan Pablo II en 1995.

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