Lun 19.01.2015

EL MUNDO  › RUSIA COMENZO A TOMAR MEDIDAS, AUNQUE EVITA REALIZAR GRANDES ANUNCIOS

Al Kremlin le preocupa la inflación

El gobierno de Moscú aplicará un impuesto a la exportación de trigo a fin de controlar la suba de precios en un contexto complicado: tras la devaluación del rublo, la baja del precio del petróleo y las sanciones de Occidente.

› Por Agustín Fontenla

Desde Moscú

El gobierno ruso está preocupado por la inflación y ha comenzado a tomar medidas, aunque evita realizar grandes anuncios. El panorama no es alentador en vistas de la pérdida de valor que continúa sufriendo el rublo, un 10 por ciento desde que comenzó el año, los precios bajos del petróleo (aunque este viernes se recuperó, se encuentra un 50 por ciento más barato que seis meses atrás) y las sanciones aplicadas por Occidente respecto de la crisis en Ucrania. Las tres variables están presionando los precios internos.

Según la agencia de estadísticas de la Federación Rusa, Rosstat, la inflación del 2014 alcanzó el 11,4 por ciento, cuando las estimaciones del Banco Central ruso para ese año eran del 5 por ciento. En el 2013, el índice marcó un 6,5 por ciento y en el 2012, 6,6 por ciento. Durante el Foro Económico de Gaidar celebrado en Moscú el miércoles pasado, el ministro de Economía, Alexei Ulyukayev, afirmó que la economía global no volvería a ser como en el período 2000-07, y que la situación de Rusia tampoco sería la misma. En efecto, aseguró que “será mucho más complicada”, y “que ahora mismo es mucho más complicada”. El ministro se refiere a la última época dorada de la economía rusa, cuando después de la devaluación del rublo y la aplicación de reformas económicas, logró años de crecimiento de su producto bruto interno a una tasa superior al 5 por ciento, y que coronó en el 2007 con una declaración del Banco Mundial, donde se sostenía que la economía rusa había conseguido “una estabilidad sin precedentes”.

La medida más firme del gobierno para controlar la suba de precios es la aplicación de un impuesto del 15 por ciento a la exportación de trigo. Sin embargo, su entrada en vigor será a partir del primero de febrero. Mientras tanto, se han ajustado los controles informales, a la luz de un negocio que, tras la devaluación de un 45 por ciento del rublo en los últimos seis meses, se ha vuelto muy rentable para los exportadores pero muy inquietante para los consumidores locales, que podrían sufrir un aumento del precio de los derivados de la harina, en primer lugar del pan. Este año, Rusia aspira a convertirse en el cuarto exportador mundial de trigo, con una cosecha de 105 millones de toneladas.

Los alimentos son el rubro que más ha crecido durante el 2014. Según Rosstat, aumentaron un 15 por ciento, nueve y hasta cuatro puntos por encima del índice en general. Anna Andreeva, ejecutiva en una multinacional importadora de lácteos, cuenta que antes de las sanciones de agosto importaban quesos de Francia y Polonia, pero que ahora les compran a Argentina y a empresas rusas. Los precios de sus productos disminuyeron en un 30 por ciento porque ahora “son de menor calidad”, pero si se compara con los importados de Suiza, estos últimos son entre un 50 y un 70 por ciento más caros. La leche también ha estado en la mira de las autoridades. Según el director del holding ruso Ruskoe Moloko, el aumento de este artículo trepó al 15 por ciento en los últimos nueves meses. Desde el Ministerio de Agricultura aprobaron una partida de 26 mil millones de rublos (cerca de 400 mil dólares) en subsidios para el sector agrícola y ganadero.

Consultado sobre el impacto de la inflación en sus compras, Gregory Golunov, empleado de una empresa de celulares, afirma que en comida el aumento es de más del 30 por ciento, mientras que en electrónica es de entre el 5 y el 30, según los productos. Con la devaluación de rublo, se lamenta que “ahora no es posible viajar con la frecuencia con que estaba acostumbrado”. Este último dato está reflejado en la abrupta caída de reservas para las vacaciones de Año Nuevo y Navidad, unos diez días que los rusos aprovechan para escaparse de la nieve y las temperaturas de más de 15 grados bajo cero. Según la industria turística del lujoso balneario de Goa en India, se cancelaron 40 mil reservas de ciudadanos rusos, en tanto que la Asociación de Hoteles de Tailandia sufrió una caída del 70 por ciento en todos sus complejos, sólo para turistas de la Federación.

En línea con el aumento de los controles, esta semana el gobierno retomó una política que se había relajado a finales del 2011. El primer ministro Dmitry Medvedev anunció que ministros y viceministros volverán a ocupar cargos en las empresas con activos estatales, y señaló que “la decisión de involucrar a funcionarios de alto rango en el directorio de las firmas es una medida que ya trajo buenos resultados”.

El ministro de Desarrollo Económico, Alexey Ulyukayev, precisó que serán unas 40 empresas de carácter “estratégico”, entre ellas las hidrocarburíferas, Rosneft y Gazprom, la aerolínea de bandera nacional, Aeroflot, el principal banco, BTV, y la gran productora de diamantes del país, Alrosa, que partir de los próximos días contarán con un alto representante del gobierno en su directorio. En este caso, el control no es sólo respecto de los precios, sino también al destino de las divisas generadas por el negocio, que pueden ser vendidas en la plaza financiera con el objetivo de defender el valor del rublo. Una receta que utilizó el gobierno durante los días negros de diciembre, cuando la moneda llegó a perder el 20 por ciento de su valor en cuestión de horas. En suma, la defensa del rublo ayuda a contener la inflación.

En un mensaje con tono de prédica, aprovechando el Día del Fiscal, el jefe de la Administración Presidencial, Sergei Ivanov, instó a los fiscales de la nación a controlar la escalada de precios y proteger los derechos e intereses de los ciudadanos. “Deben ayudar a controlar los precios de los combustibles, los alimentos, la medicina, y responder inmediatamente a las violaciones cometidas en el lugar de trabajo, a los retrasos y otras irregularidades en el pago de salarios y prestaciones sociales”, señaló el funcionario. A las autoridades, les preocupa que la espiral inflacionaria recorte el poder de compra de los salarios.

Como sea, las alternativas del Kremlin para paliar la situación hasta que se estabilicen los precios del petróleo y se retiren las sanciones (esto último dependerá de la evolución del conflicto bélico en Ucrania) están acotadas, entre otras variables, por el presupuesto de que dispongan. El ministro de Finanzas Anton Siluanov, precisó que con el barril de crudo a un promedio de 50 dólares dejarán de ingresar al Estado alrededor de 3 trillones de rublos (45 billones de dólares).

Las proyecciones para el año en curso son dispares. En el Foro, el viceministro de Economía afirmó sin ser muy preciso que el punto más alto de la inflación llegaría en marzo/abril, y estaría en torno del 15 y el 17 por ciento, en un promedio del 20 por ciento para todo el año. Pocas horas después, la vicepresidenta del Banco Central, Kseniya Yudayeva, confió en que lograrían estabilizar los aumentos de precio entre un 8 y un 10 por ciento. Después de prometer que seguirán luchando contra la inflación, y en un mensaje dirigido más a los ciudadanos que a los ejecutivos, Medvedev indicó que “dieron un paso gigante desde la era post-soviética, con la mitad de la economía en ruinas, para transformarse en una gran economía de tipo occidental” y que “sería un error monstruoso volver al pasado”.

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