A una semana de las elecciones generales en Grecia, el mayor partido de izquierda, Syriza, sigue liderando las encuestas, pese a la campaña de miedo conducida por el gobierno conservador saliente y el establishment político y financiero de la Unión Europea. La cuestión sobre la posible insolvencia de Atenas centra los últimos días de la carrera electoral.

El líder de Syriza, Alexis Tsipras, sigue primero con una intención de voto del 35 por ciento frente al 30 por ciento de la Nueva Democracia del primer ministro Antonis Samaras. Tsipras aspira a conseguir una mayoría absoluta, consciente de que un gobierno de coalición lo obligaría a renunciar a parte de su programa. Sin embargo, ningún sondeo hasta ahora le da esa mayoría de 151 escaños.

Por su parte, el gobierno de coalición entre gobernadores y socialistas liderado por Samaras intenta recuperar terreno con un discurso alarmista, advirtiendo sobre la precariedad de las finanzas del país. Al menos dos de los cuatro principales bancos griegos del país, anticipando una posible falta de liquidez, pidieron al Banco Central Europeo (BCE) recurrir al programa de liquidez de urgencia. Además, los contribuyentes parecen haber suspendido el pago de sus impuestos, lo que supone millones de euros perdidos para el Estado. “Es un error pensar que con Syriza no se pagarán impuestos”, reaccionó el candidato Tsipras en un tuit.

Durante toda la semana, el ministro de Finanzas, Guikas Hardouvelis, ha estado advirtiendo de la debilidad financiera del país. Según el ministro, Grecia tendrá muchas dificultades si no recibe antes de fines de febrero los 7200 millones de euros de préstamos de la UE y el FMI, que depende de los resultados sobre una auditoría en curso sobre las finanzas del país.

Las autoridades de la Unión Europea parecen por su parte resignadas a tener que extender el plan de ayuda a Atenas. “No habrá gobierno griego antes del 10 de febrero, por lo que Grecia tendrá que pedir una nueva extensión” del plan de ayuda, indicó una fuente europea. El gobierno griego tiene que devolver en 2015 unos 20 mil millones de euros en préstamos.